Pese al citado aumento de la demanada de electricidad y consecuente ascenso de las emisiones respecto al mes de abril (un 2% y un 12% respectivamente), los datos de emisiones son muy inferiores a los registrados en 2009 para el periodo enero-mayo. Así, este año se ha contaminado un 40% menos el aire para la obtención de energía eléctrica que el pasado ejercicio.
Gran parte de la explicación viene dada por el aumento paulatino y seguro de las energías renovables dentro del mercado español. Actualmente suponen un tercio de la energía que se consumen en el país, y lo más destacable son sus evoluciones. A modo de ejemplo, la energía hidráulica ha aumentado un 87% su productividad respecto a 2009, y supone casi el 16% del mercado español, cifra muy similar a la energía eólica.
Por su parte, las centrales de ciclo combinado y las nucleares son las que aportan más al pastel energético nacional, aunque el papel de las nucleares se va reduciendo, y en este año su importancia ha descendido prácticamente un 10% con respecto al resto de fuentes de energía.
WWF también señala que la generación procedente de centrales térmicas de carbón, fuel y gas aumentó con respecto al mes de abril (1,5%), lo que justifica el empeoramiento de las emisiones específicas de CO2 registradas por el sector, que en mayo se situaron en 0,124 kg por kWh, un 10,7% superiores a las de abril.