El ahorro más importante es el de papel, ya sea para billetes como para facturas. En total se estima que se ahorran unas 300 toneladas de celulosa gracias al dinero y facturas electrónicas, componentes que "no contaminan".
Las emisiones de CO2 también disminuyen gracias a las compras online. La posibilidad de adquirir lo que necesitas o deseas desde casa evita el desplazamiento que hasta ahora ha tenido que hacerse, normalmente en vehículos privados, ahorra así en combustible y emisiones. Aunque el producto tenga que viajar igual desde su lugar de origen hasta el domicilio del comprador, estos desplazamientos se realizan con vehículos de transporte, que aprovechan exponencialmente la energía respecto a un coche privado, pues en un mismo viaje transportan una gran cantidad de productos.
Un fenómeno curioso en las compras por Internet es el de el aumento de la vida útil de una gran variedad de objetos. Los portales de compra-venta o subasta permiten a gente de todo el mundo hacerse con aparatos o artículos desechados por otra persona, con lo que se consigue reutilizar una gran variedad de objetos.
