En aviación, BBVA se ha fijado el objetivo de reducir, entre 2022 y 2030, la intensidad de emisiones de su cartera de financiación en un 18%. En el caso del sector de transporte marítimo, el banco establece su objetivo de alinear su cartera de financiación de barcos a la trayectoria fijada en 2018 por la Organización Marítima Internacional de reducción de las emisiones en el mundo en un 30% entre 2008 y 2030.
“Aviación y transporte marítimo, dos sectores críticos para el desarrollo económico y el comercio mundial, son intensivos en emisiones y queremos acompañarlos en su transición energética. Para lograr su descarbonización resultará clave el avance y el desarrollo de nuevas tecnologías”, ha afirmado el director de Sostenibilidad y CIB (Corporate & Investment Banking) de BBVA, Javier Rodríguez Soler.
Alcanzar los objetivos de descarbonización para el sector de la aviación y del transporte marítimo es un reto complejo. Se prevé una demanda y un volumen de actividad crecientes en ambos sectores para los próximos años y, si sus emisiones no se mitigan, podrían pasar de representar el 6% del total de gases de efecto invernadero a ser responsables de más del 35% en 2050, según estudios presentados por la Comisión Europea.
Lograr la descarbonización en el sector de la aviación requiere una amplia gama de medidas y un esfuerzo coordinado para impulsar tecnologías clave, como los combustibles de aviación sostenible (SAF, por sus siglas en inglés).
Adicionalmente, las aerolíneas pueden reducir sus emisiones con inversiones para mejorar la eficiencia en el uso de combustible a través de la modernización de su flota con los nuevos modelos de aeronaves que añaden nuevas turbinas y mejoras de diseño y aerodinámica.
A partir de la próxima década, se requerirán tecnologías disruptivas como la electrificación y/o el hidrógeno en los sistemas de propulsión, principalmente enfocados en los vuelos de corta y media distancia. Los esfuerzos conjuntos de los aeropuertos, las aerolíneas y los proveedores de servicios, serán clave para la descarbonización de este sector. La Alianza para una Aviación de Cero Emisiones, creada por la Comisión Europea, estima que para 2050 habrá 26.000 aeronaves de cero emisiones en el mercado.
Por su parte, el transporte marítimo representa aproximadamente el 90% del comercio mundial y, aunque es uno de los medios de transporte más eficientes en términos energéticos, es una fuente importante, y en aumento, de emisiones de gases de efecto invernadero. La Organización Marítima Internacional es el organismo encargado de desarrollar y mantener un marco regulatorio integral para el transporte marítimo. En julio de 2023 anunció que sus objetivos de descarbonización supondrán alcanzar las cero emisiones netas en 2050.
BBVA ha calculado la diferencia porcentual entre la intensidad de cada buque financiado y la trayectoria de descarbonización fijada por la IMO para ese tipo de buque en el año 2022. El indicador de alineamiento en 2022 de la cartera de financiación de BBVA se sitúa en +6,8% respecto a la trayectoria fijada por la IMO. El objetivo a 2030 de BBVA es situarse en un indicador de 0%, en línea con la trayectoria fijada por esa organización para dicho año.
Reducir las emisiones del transporte marítimo no resulta fácil debido a la larga vida útil de los activos, la alta dependencia energética y las limitadas palancas que disponen las compañías navieras. El sector está tomando la iniciativa, y cuenta con líderes en la industria que están definiendo ambiciosos planes que contemplan la renovación de la flota actual para contar con embarcaciones cero emisiones para 2050.
Para lograrlo es fundamental un esfuerzo coordinado que acelere el desarrollo de tecnologías relacionadas con los combustibles sin emisiones de carbono e implicar a toda la cadena de valor de este sector, desde los armadores y los propietarios de embarcaciones, hasta los productores de combustibles, pasando por los operadores de puertos y terminales que deben proporcionar la infraestructura necesaria.