Reportaje > 29/11/2022

Startups commited to sustainability

Compromiso, propósito, economía circular… fueron algunos de los conceptos con los que arrancó, en el Auditorio 200 del Museo Reina Sofía, la mesa “Startups commited to sustainability”. Responsables de Ecoalf, Revolución Limo, Hemper y Too Good To Go explicaron sus retos y evolución para demostrar que es posible construir un mundo más sostenible y justo desde una óptica empresarial.

Después de más de 13 años convirtiendo todo tipo de residuos en prendas y accesorios de moda de calidad, la head & soul of Innovation & Sustainability de Ecoalf, Carol Blázquez, destacó que el principal reto con el que se encuentran es “llevar a cabo un objetivo muy claro con esa parte de propósito y compromiso con el planeta. Ha sido difícil y continúa siéndolo porque, cada vez que tienes que dar el salto al siguiente nivel, te vuelves otra vez a encontrar con todos los retos. Creo que, en empresas como las nuestras, el principal reto es cómo sigo dando pasos y escalando sin renunciar a lo que soy, a mi propósito y a mi compromiso”.


Pero además de conseguir la escalabilidad del negocio, manteniéndose firmes al compromiso, las startups se encuentran con el reto de la cadena de suministro. Es el caso de Revolución Limo que reutiliza el plástico para fabricar muebles de diseño dando una solución estética y sostenible. Su fundadora, Marta Foncillas, explicó que “ser los primeros en algo tiene sus ventajas, pero también tiene sus inconvenientes. Un gran reto fue encontrar el material para fabricar mobiliario porque, actualmente ya hay mucha experiencia reciclando plástico, pero el tipo de plástico que necesitábamos entonces no existía. Ha sido un camino duro, pero muy gratificante”.


Una situación similar relató la responsable de Empowered by Hemper, Lucía Lacuesta. Creada por un grupo de universitarios, Hemper es una marca española especializada en mochilas de cáñamo producidas de forma sostenible por comunidades nepalíes en riesgo de exclusión. “Ello provoca que los recursos y la energía que tenemos que invertir en Hemper para producir en Nepal sean mucho mayores, teniendo en cuenta que nuestra empresa es pequeña”. Y añadió: “El reto es encontrar el talento idóneo en función del momento en el que se encuentra la empresa. Una startup es muy volátil, tiene muchos cambios y necesita un equipo adaptable y versátil que es complicado encontrar”.


Too Good To Go es una compañía de impacto social que lucha contra el desperdicio de alimentos en Europa, Estados Unidos y Canadá. Lo hace a través de una app que conecta a usuarios con supermercados, restaurantes y panaderías, entre otros establecimientos, que venden su excedente diario de comida a precio reducido para evitar su desperdicio. “En 2018, empezamos a operar en Madrid. A todos los establecimientos les parecía una buena idea, pero había una barrera que hacía que todos esperasen a ver quién daba el primer paso. En un inicio nos costó crear esa comunidad de establecimientos, pero estamos orgullosos de decir que ya hemos salvado nueve millones de packs de comida en España”, aseguró Victoria Albiñana, Public Affairs manager de Too Good to Go.

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