Reportaje

emprendimiento social

BBVA Momentum presenta a los emprendedores sociales más prometedores

17/06/2019 El pasado 25 de febrero el auditorio del BBVA Open Space de Madrid se convirtió en el punto de encuentro de lo mejor del ecosistema de BBVA Momentum. El evento global de cierre de la edición de 2018 reunió a los emprendedores más prometedores de la última edición de esta inciativa, procedentes de Colombia, Estados Unidos, México y Turquía, que presentaron sus proyectos y planes de crecimiento. Además, el evento contó con la participación de expertos del sector que compartieron con el público su visión sobre la inversión social.

El evento de cierre de BBVA Momentum 2018 comenzó con la bienvenida de María Erquiaga, responsable global de BBVA Momentum, que se encargó de explicar los hitos del programa y presentar a sus coordinadores en los países donde está presente (Colombia, Estados Unidos, México y Turquía): “Sin ellos, el programa no sería posible”.

Irma Acosta, directora de Responsabilidad y Reputación Corporativas de BBVA México, Liliana Corrales, gerente de Responsabilidad Corporativa de BBVA Colombia, Tony Moraga, VP manager de Social Impact en BBVA USA, Ipek Aybay, de Strategic Planning & Responsible Business de Garanti en Turquía, y Selin Öz, Entrepreneurship Banking manager de Garanti en Turquía, tomaron asiento en el escenario para contar la situación del emprendimiento social en sus países de origen y los retos a los que se enfrentan.

La diversidad cultural y social de las zonas geográficas en las que BBVA Momentum tiene su actividad es grande y cada edición local tiene sus propios desafíos. Desde la necesidad de que las empresas se mantengan, como señaló Liliana Corrales, hasta el reto, que expresó Tony Moraga, de difundir el programa y acercarlo a los actores del emprendimiento.


Países variados, retos diversos

A continuación, las empresas sociales más prometedoras de BBVA Momentum 2018, procedentes de México, Estados Unidos, Colombia y Turquía, tomaron el escenario para presentar al público los planes de crecimiento en los que han estado trabajando en los últimos meses. Las compañías seleccionadas fueron:

Bir Yudum Kitap (Turquía) es un servicio de suscripción cuyo objetivo es ser el “Netflix de los libros”. Sus suscriptores reciben, cada mes, una caja con libros seleccionados exclusivamente para ellos.

Cielo Hammocks (México) es una organización social que busca aliviar la pobreza y promover la igualdad de género a través de la fabricación y distribución de hamacas en todo el mundo.

Experiencias (Colombia) ofrece experiencias educativas, culturales, interactivas e itinerantes de alta calidad y bajo coste para personas de municipios pequeños o alejados.

Mevet (Colombia) proporciona un trabajo digno a las reclusas y les facilita la reinserción y normalización de sus vidas, tras superar el periodo de encarcelamiento.

Skratch (Estados Unidos) ayuda a jóvenes de todos los estratos socioeconómicos, a través de una aplicación móvil, a realizar tareas de trabajo remunerado en su comunidad.

Surdoz (Colombia) es centro de estimulación, fisioterapia y fonoaudiología infantil, guiado por un personal especializado.

Cesmach Café (México) es una cooperativa de 632 productores dedicados a la producción y comercialización de café orgánico y comercio justo.

Engelsiz Çeviri (Turquía) ofrece una tecnología que permite que las personas con discapacidad auditiva puedan comunicarse y eliminar barreras para acceder a la educación y las oportunidades de emprendimiento.

Hábvita (México) tiene la misión de innovar en la autoproducción de casas y dar la oportunidad a las personas, que tengan un terreno, de construir una vivienda segura.

On The Road Lending (Estados Unidos) es un proveedor de préstamos asequibles para que los usuarios puedan comprar automóviles sostenibles y de bajo consumo.

Pathlight Home (Estados Unidos), cuyo modelo de formación para personas con problemas para acceder al mercado laboral, le permite administrar viviendas de alquiler asequibles para la población más vulnerable.

Tolkido (Turquía) fabrica tarjetas flash personalizadas para niños con autismo o problemas de comunicación, para que puedan relacionarse con sus familias.


El crecimiento de la inversión social

Al terminar la ronda de presentaciones, la directora de Programas de Inversión en la Comunidad de BBVA, Lidia del Pozo, dio comienzo a la mesa redonda con un grupo de expertos en inversión social. En su intervención Lidia del Pozo destacó que, en la actualidad “la inversión social adquiere múltiples formas, conceptos y definiciones. Hablamos de ISR, de inversión de impacto social, de crowdfunding, de bonos sociales…, pero en BBVA Momentum siempre hemos pensado que hay que huir de las definiciones demasiado concretas. Siempre hemos querido ver la inversión social como un concepto amplio que nos permita pensar en transacciones financieras dirigidas a generar un impacto social independientemente del impacto económico o financiero que puedan conllevar adicionalmente. Además, en estos últimos años, hemos visto que a la motivación financiera de un inversor se une una motivación social, ética o medioambiental que le lleva a invertir e involucrarse en un proyecto como los que hemos visto hoy”.

Por su parte, los especialistas que protagonizaron el debate compartieron con el público su visión sobre la inversión social, la evolución que ha seguido en los últimos años, la gran cantidad de instrumentos de financiación que han ido apareciendo y la necesidad de transmitirles a los emprendedores sociales las posibilidades con las que cuentan ahora. “Cuando empecé toda la inversión social se basaba en el microcrédito”, explicaba la catedrática académica y profesora asociada de emprendimiento en el IE Business School, Rachida Justo. “Hemos pasado a opciones como la venture philantrophy, que da apoyo al emprendedor y abre las puertas a la formación y a más inversión, como hace BBVA Momentum”. En la misma línea, Alejandro Álvarez, cofundador de International Venture Philanthropy Center, afirmaba que “para resolver los problemas sociales y medioambientales hacen falta todo tipo de capital, distintos perfiles de riesgo e instrumentos”.

Sin embargo, el instrumento por sí mismo no es suficiente. “No se trata solo de poner dinero, sino de crear comunidades alineadas que crean en la misión social y medioambiental”, aseguraba el fundador y director general de La Bolsa Social, José Moncada, a la vez que explicaba el funcionamiento de entidad que dirige: “Es una herramienta online para unir inversiones de mucha gente, de manera transparente y democrática, muy participativa”.

Por su parte, Manuel Uriarte, director del Área de Bonos de Impacto Social en CREAS, hizo referencia a otro vehículo financiero como los bonos de impacto social: “Son más bien contratos de impacto social”, explicaba Uriarte. “Planteamos que el retorno y la recuperación del capital están ligados al impacto, sin él no hay beneficio”.

Este tipo de inversión está avanzando, pero todavía existen prejuicios sobre ella: “Siempre se ha dicho que no es rentable y lo primero que hay que vencer es esa resistencia”, contaba Alberto Estévez, vicepresidente de Balanced Funds & SRI de BBVA. “Hay evidencia académica de que sí lo es. El dinero también tiene poder para impactar positivamente”. Por fortuna, han surgido guías que marcan el rumbo de este tipo de operaciones: “Ahora tenemos los ODS a la hora de invertir, no están hechos para ello, pero sirven como marco para explicar al inversor”. Poco a poco, los planes de inversión social empiezan a estar presentes entre los actores principales del sector que se preocupan de cumplir con criterios sociales, medioambientales y de gobierno corporativo. Los emprendedores sociales tienen ante sí un panorama cada vez más variado y alentador. El presente se plantea en clave sostenible: “El que no esté ahí, es que no va a estar”

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