Reportaje

edificación sostenible

Construcción sostenible, cuando menos es más

25/05/2013 Aunque actualmente el sector de la construcción no pasa por su mejor momento, construir de forma sostenible representa una apuesta de futuro. Se puede pensar que acreditar un edificio con un sistema de certificación como LEED, BREEAM, Verde o Passivhaus encarece la construcción del mismo, pero lo cierto es que construir de forma equilibrada y sostenible desde la triple perspectiva social, económica y ambiental tiene un importante retorno en forma de ahorros en consumos, revalorización del inmueble y mayor productividad.

Una edificación sostenible es aquella que garantiza una estructura saludable y productiva para sus ocupantes y que es eficiente en los recursos que emplea. En definitiva, la que aplica de forma equilibrada en todo su ciclo de vida las tres dimensiones social, económica y ambiental de la sostenibilidad, teniendo en cuenta su ubicación y función en el entorno para generar el menor impacto posible.

En términos económicos, se trata de construcciones que buscan calidad y eficiencia a largo plazo a un coste asequible, frente a las consideraciones económicas a corto plazo que han caracterizado la construcción durante etapas recientes. No obstante, a nivel arquitectónico, el fundador de la Asociación Sostenibilidad y Arquitectura, César Ruíz-Larrea, matiza que: “Los arquitectos tenemos la responsabilidad de dar respuesta al hábitat humano y a sus espacios públicos con la mejor de las arquitecturas posibles. Hoy esto pasa por responder a los principales problemas que la sociedad tiene. Éste ha sido siempre el compromiso de la contemporaneidad arquitectónica. Y ahora, a los ya tradicionales que hemos heredado de la historia, hay que añadir los nuevos bajo la
exigencia de la sensibilidad que se ha producido al constatar cómo estamos arrasando con todos nuestros recursos y dejando un planeta muy hipotecado para las próximas generaciones. Y aquí la arquitectura tiene mucho, muchísimo que decir”.

En la actualidad, existe en el mercado un abanico de procedimientos estandarizados que certifican la sostenibilidad de un edificio, como por ejemplo BREEAM ES, la certificación LEED, GBC España-VERDE o Passivhaus, entre otros. Todos ellos tienen en común que son de carácter voluntario y ofrecen una serie de sellos o clasificaciones en función del grado de sostenibilidad que alcance un edificio. “En el caso de BREEAM, sus Manuales Técnicos, que son accesibles al público, recogen en diez categorías los requisitos que deben ser evaluados: Gestión, Salud y Bienestar, Energía, Transporte, Agua, Materiales, Residuos, Uso ecológico del suelo, Contaminación, e Innovación. Una evaluación que puede ser realizada tanto en la fase de diseño como en las fases de ejecución y mantenimiento, tanto en desarrollos urbanísticos como en la construcción de nuevos edificios, rehabilitaciones, ampliaciones y acondicionamiento de cualquier tipología/uso de edificación y, cerrando el ciclo, también en edificios existentes y en uso”, explica Ana Luisa Cabrita, directora BREEAM ES.

En cambio, el Spain Green Building Council (SpainGBC) entiende que la construcción sostenible es cualquier estructura o edificio que logra de una forma equilibrada ser rentable para el que lo construye, opera y mantiene, tiene menor impacto en el medio ambiente y es más saludable para las personas que viven o trabajan en él. “Es lo que denominamos el triple resultado final: el equilibrio entre Beneficio, Planeta y Personas”, explica Aurelio Ramírez, fundador-presidente de SpainGBC. Es por este motivo que la certificación LEED, que otorga el SpainGBC, considera que un edificio sostenible es aquel que integra un alto número de estrategias sostenibles (48 o más) que contribuyen al triple resultado final en los campos de la parcela sostenible, eficiencia en agua, energía y atmosfera, materiales y recursos, calidad ambiental interior, innovación y prioridad regional.

En este punto, el fundador-presidente de SpainGBC afirma que: “Cumplir las normativas y regulaciones en un edificio es hacer el peor edificio que la ley te permite hacer. Un edificio sostenible, para nosotros, es aquel que supera ampliamente las normas y regulaciones establecidas. LEED se basa en superar ampliamente estándares y prácticas internacionales de reconocido prestigio y ampliamente aceptadas y en ningún caso se basa en normas o regulaciones de la Administración o del Gobierno de los Estados Unidos”.

El coste de construir de forma sostenible
Según los expertos, el incremento de costes que conlleva la certificación de un edificio siempre dependerá de la fase en que se toma la decisión sobre el proceso de certificación y el nivel que se pretenda obtener, así como de las especificidades de la edificación.

“El incremento de costes durante la construcción de un edificio sostenible no es significativo si se siguen las pautas de sostenibilidad desde el principio en la concepción de todo el proyecto. Dicho incremento, para edificios con un buen nivel de sostenibilidad, se ha cuantificado en hasta un 2%, pero también se ha cuantificado que el retorno de dicha inversión se produce, de media, en un periodo de dos a cinco años. Tras este periodo, todo el ahorro de costes son beneficios. Y si sumamos el incremento del valor de los edificios por tener la certificación de sostenibilidad, la rentabilidad es aún mayor. No obstante, el rango de incremento está entre un 0%, cuando se incorporan desde la raíz las medidas de sostenibilidad, y un 13%, para edificios de referencia con máxima cer tificación y consumo energético casi nulo”, comenta la directora de BREEAM ES, Ana Luisa Cabrita.

Un incremento de costes similar experimenta una construcción que escoja LEED como sistema de certificación. “Edificios LEED que se cogen cuando están en Proyecto Básico, es decir, que ya no se puede mover dentro de la parcela ni cambiar la forma, están costando de media un 2% más, pero aquellos que se cogen desde la fase inicial no están teniendo ningún incremento de coste adicional”, explica el fundador-presidente del Spain Green Building Council. “LEED nos lleva de una manera intuitiva y guiada a producir sinergias y optimizaciones, es decir acciones que en un campo, por ejemplo el de la eficiencia en agua, producen ahorros en tres campos aparte del suyo, la energía, materiales y recursos y la parcela. Con la aplicación de estas estrategias de sinergias a todos los campos, LEED consigue que las cargas de un edificio sean menores, por lo tanto los sistemas pasivos, máquinas y equipos para satisfacer dichas cargas son menores. Tendremos como resultado un edificio LEED que es un edificio mejor a un coste menor. Se han logrado reducciones de costes de construcción del 32% al 15% en grandes remodelaciones de edificios”.

Pero más allá de un posible encarecimiento inicial en la construcción, César Ruíz-Larrea, arquitecto y fundador de la Asociación Sostenibilidad y Arquitectura, entiende la edificación sostenible como “un paso necesario para construir de una manera más eficiente y, por tanto, más económica a corto y largo plazo. Ello, además, exigirá cambiar tanto la cultura del usuario hacia su hábitat como la de todo el sector implicado. La construcción es el gran sector con mayor inercia para incorporarse a estos grandes desafíos. Otros lo están haciendo mucho antes”.

Retorno de la inversión
Todos los estudios apuntan a que promotor y/o inversor del edificio puede recuperar en un plazo de entre dos y cinco años el incremento de coste inicial, ya sea por el ahorro de costes de mantenimiento, de consumos, o bien por la revalorización que experimentan los edificios construidos de acuerdo a criterios de sostenibilidad. Además de garantizar el menor impacto ambiental durante su construcción y vida útil, y un alto grado de confort para el usuario, en palabras de Ana Luisa Cabrita, construir de forma sostenible” permite disminuir los gastos de mantenimiento del edificio entre un 7% y un 8%, consumir entre un 50% y un 70% menos de energía, hasta el 40% menos de agua, y reducir hasta en un 70% el gasto en gestión de residuos”.

Unas ventajas similares ofrecen los edificios que ostentan la certificación LEED, pues este sistema garantiza un ahorro de entre el 30% y el 70% de energía respecto a los convencionales. En el uso del agua los ahorros se sitúan entre el 30% y el 50%, y el coste de los residuos baja entre el
50% y el 90%. Las emisiones de CO2 se reducen un 35%.

Además, un edificio construido bajo criterios de sostenibilidad permite aumentar su valor en el mercado y se convierte en una herramienta clave de diferenciación y responsabilidad social corporativa. Según el informe RICS de marzo de 2012, los alquileres en edificios de oficinas con certificación BREEAM en Londres durante el período 2000/2009 fueron un 21% superior y los importes de compra-venta un 18% superior. Y según la experiencia del Code for Sustainable Homes, también en Reino Unido, la aplicación del certificado de sostenibilidad BREEAM incrementa alrededor de un 10% el valor de las viviendas sobre las de su entorno.

“Creemos sinceramente que no hay vuelta atrás en el ámbito de la construcción sostenible. No es una moda, simples medidas simbólicas o un ejercicio de marketing. Asistimos a un cambio social importante en el que la sostenibilidad está dejando de ser una opción en un mercado que muchas veces no te valora más por ser sostenible, sino que no te escoge si no lo eres”, explica la directora de BREEAM ES.

Pero el retorno económico en forma de ahorro y revalorización del inmueble no representan las únicas ventajas que aporta la edificación sostenible, pues también ofrece “unas tasas de ocupación más altas, menores costes de operación y mantenimiento, menor impacto en el medio ambiente ya que consume menos combustibles fósiles incremento de la satisfacción de los inquilinos, incremento de la productividad de los empleados, reducción del absentismo y beneficios de salud para los empleados”, explica Aurelio Ramírez. Además, la responsabilidad civil se reduce y la gestión de riesgos mejora. “Hay compañías de seguros que otorgan primas más ventajosas a los dueños de edificios LEED, ya que son más saludables para las personas que viven o trabajan en ellos”, asegura el fundador-presidente de SpainGBC.

Las grandes empresas, las grandes impulsoras
Poco a poco la sostenibilidad es una forma de gestión que se está consolidando en el parque inmobiliario actual gracias a los beneficios que aporta a usuarios, arrendatarios, propietarios, promotores y constructores. No obstante, las grandes empresas son todavía las grandes impulsoras de este tipo de construcción y certificación.

“Además de los criterios económicos y ambientales, influyen especialmente aspectos vinculados a la mejora del ambiente interno y de las condiciones de vida y trabajo de sus empleados, que tienen como consecuencia incrementos de la productividad o la reducción del absentismo. Asimismo, las grandes corporaciones empiezan a desarrollar activas políticas de Responsabilidad Social Empresarial en las que asumen la creación de valor compartido a largo plazo y enfocada hacia sus grupos de interés”, comenta la directora de BREEAM ES, Ana Luisa Cabrita. Unas ventajas a las que el fundador-presidente de SpainGBC, Aurelio Ramírez, añade que “es una potente herramienta de prestigio de marketing y promoción sostenible de la marca o de la empresa, su prestigio sostenible queda potenciado ya que sólo entre el 10% y 20% de los que se presentan lo consiguen, logran edificios LEED como los que tienen sus competidores en otros mercados, consiguen más fácilmente y en mejores condiciones financiación para ellos durante el proceso de construcción, logran que los fondos de inversión inmobiliaria (REIT) les compren los activos antes y a mayor precio que los que no son LEED, mejoran las relaciones con los sindicatos y los empleados al proporcionarles mejores lugares de trabajo, mejoran las relaciones con los grupos medioambientales, los gobiernos locales y regionales de su ámbito de actuación al producir beneficios medioambientales en el entorno de implantación de los mismos, y contratan mejores y más expertos empleados al alinear sus actos con sus políticas de responsabilidad social corporativa”.

En definitiva, tal y como explica el arquitecto y fundador de la Asociación Sostenibilidad y Arquitectura, César Ruíz-Larrea, gracias a las empresas es posible crear un mercado prestacional y no prescriptivo. “Creo que es un problema de cultura social. Desde luego, estas certificaciones tienen que valer sobre todo para crear un cuerpo de conocimiento para actuar con más rigor en estos temas. Aumentará la cultura del mantenimiento, de las buenas prácticas. Es por ello que es necesario medir, parametrizar y seguir trabajando más allá de un certificado como etiqueta. Fíjese en la alimentación, lo que está suponiendo en la cultura y sanidad de la sociedad haber iniciado hace ya muchos años certificados de calidad”.

La eficiencia energética, punta de lanza de la sostenibilidad
Según los expertos, el objetivo de todo edificio energéticamente eficiente debe pasar siempre por un modelo de gestión capaz de orientar toda su infraestructura al ahorro de recursos. En el momento de armar un proyecto determinado hay que tener en cuenta un correcto aislamiento, la orientación y disposición de espacios en función de la luz solar, climatización, materiales… Tal y como cuenta José Manuel Corral Alsina, Buildings Business Developer & Segments manager de Schneider Electric, “en breve un edificio público será considerado energéticamente eficiente si es apto para compensar todos sus consumos, un edificio con coste energético 0, pero hoy, el verdadero reto está en lograr una mejor eficiencia energética en el parque de oficinas ya construido, aunque las nuevas normativas y sistemas de certificación tales como la EUBAC, destinadas al control y automatización de edificaciones para su optimización, no contempla ninguna de las obras ya construidas hasta la fecha”.

Inevitablemente, la instalación de dispositivos enfocados a mejorar la eficiencia energética supone una inversión a la que se deberá hacer frente, aunque con el tiempo la rehabilitación quedará totalmente rentabilizada. “Soluciones Schneider Electric demuestra que es posible ahorrar hasta un 30% del consumo energético de un edificio. Solamente con un sistema de control de iluminación se pueden recortar hasta un 50% en comparación con los sistemas convencionales. Los costes se compensan con el ahorro. En los últimos cinco años España ha visto aumentados sus costes energéticos en un 70%. Si ponemos, por ejemplo, una infraestructura que normalmente está abierta 24 horas, siete días a la semana, como puede ser un hotel, la reducción de un 30% en la factura energética supondría un aumento considerable en los beneficios a largo y a medio plazo”, comenta José Manuel Corral de Schneider Electric.

Las principales ventajas que implica un sistema de eficiencia energética son básicamente: la reducción notable del impacto en el medio ambiente y la reducción de gastos provenientes de este sector. Además, estos sistemas también proporcionan un mayor confort y seguridad a sus usuarios, lo que a la práctica se traduce en una mayor competitividad de la empresa.

A modo de ejemplo, José Manuel Corral, de Schneider Electric, cuenta que “la empresa de transpor tes TNT decidió emplear el plan de soluciones de Schneider Electric y ahora son una de las oficinas más sostenibles de Europa. Su sede en Hoofddorp (Holanda) es un edificio de 17.000m2 repartidos en cinco plantas y parking y forma parte del 5% de edificios más sostenibles de su país, que han visto cómo sus costes en la factura energética se han reducido notablemente. Con eso también pretenden paliar sus emisiones perjudiciales CO2 derivadas de los gases emitidos por sus aviones y camiones de transporte y, al mismo tiempo, dar una imagen de sostenibilidad al exterior”.

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