Compromiso RSE 54 · 2021

el papel de las gestoras de inversión 67 dido, globalmente como sociedad, que es necesario evolucionar hacia un modelo económico más sostenible y socialmente responsable; los inversores también han entendido que la inversión siguiendo cri- terios ASG no solo no es más cara que la inversión tradicional, sino que ofrece el mismo retorno y en ocasiones, claramente superior, con un mejor perfil de rentabili- dad/riesgo y con la posibilidad de generar un impacto positivo en el mundo en que vivimos”. Áreas de crecimiento A lo largo de varias décadas se ha ido acu- mulando una amplia gama de retos, mu- chos de los cuales requieren una impor- tante financiación para ser resueltos. Tal y como comenta Claire Herber t, de Schro- ders, “los Objetivos de Desarrollo Soste- nible, impulsados por la ONU, ofrecen un plan para abordar esos problemas globales y está claro que hay una amplia gama de inversiones sostenibles prometedoras para los próximos años. El Pacto Mundial de las Naciones Unidas estima que las opor tuni- dades de inversión alcanzarán entre 5 y 7 billones de dólares cada año si queremos hacer realidad la Agenda 2030 para el De- sarrollo Sostenible en todo el mundo”. Así pues, a la hora de hablar de prio- ridades de inversión, Mariano Arenillas, de DWS, considera que en el cor to y medio plazo la mayor urgencia recae sobre la de- gradación del medio ambiente. “Estamos viendo como todos los paquetes guberna- mentales de estímulo postCOVID tienen un claro enfoque hacia la transición ener- gética hacia energías limpias y sostenibles, por lo que debería ser un claro foco de atención. Fondos con objetivo de reducir la huella de carbono, fomentar la sosteni- bilidad de la gran despensa que es el mar, la calidad del aire, la disminución de los plásticos, menor dependencia de las ener- gías fósiles y mantenimiento de la biodi- versidad serán interesantes sin duda”. Una opinión que compar te Ángel Borreo, de BNP Paribas Wealth Management: “Pensa- mos que las inversiones sostenibles van a ir evolucionando con el paso del tiempo a medida que la regulación igualmente se va desarrollando. Hoy el sesgo principal es cli- mático, dado que el volumen de flujos de inversión anunciados y esperados para los próximos años es muy alto, y conseguirá desarrollar tecnologías como la del hidró- geno y veremos una transición energética en Europa”. Por su par te, fuentes corporativas de BlackRock ponen énfasis en la necesidad de que la transición hacia un futuro bajo en carbono se realice de forma ordenada y justa. “Somos conscientes de que existen distintos niveles de dependencia del car- bono en las diferentes economías. Con el fin de efectuar una transición justa y equi- tativa hacia una economía baja en carbono, los países de todo el mundo deberán rea- signar sus recursos laborales desde secto- res con elevadas emisiones de carbono a JENNIFER WU, Global Head of Sustainable Investing en J.P. Morgan Asset Management “La Taxonomía Sostenible de la UE ha definido lo que constituye una Inversión Sostenible. La pregunta es si habrá colaboración y convergencia entre diferentes regímenes” alternativas más limpias a fin de preservar las opor tunidades económicas y mitigar las repercusiones en las comunidades. No obstante, la pérdida de puestos de trabajo en sectores que hacen un uso elevado de los combustibles fósiles no conlleva nece- sariamente una pérdida económica abso- luta. En su lugar, la transición a la energía renovable probablemente dé lugar a una ganancia económica neta para la econo- mía mundial. Si prestamos una especial atención al capital humano en el marco de la transición, que incluya iniciativas de formación y reciclaje profesional, podre- mos materializar un cambio más justo y equitativo”. En opinión de Sophie del Campo, de Natixis IM, “la clave del futuro de la soste- nibilidad es la medición del impacto: poder demostrar con hechos que las inversiones incluidas en las car teras tienen un impac- to tangible positivo en la sociedad, es algo que los inversores también van a deman- dar cada vez más. En resumen, están ser- vidos todos los ingredientes para que la ASG vaya a más: rendimiento demostrado de la inversión siguiendo criterios de sos- tenibilidad; apetito inversor, tanto a nivel minorista como institucional y una regu- lación que va claramente en esa línea. En conclusión, es solo cuestión de tiempo que toda la inversión sea 100% ASG” n Nueve de cada diez inversores muestran una predisposición muy positiva hacia la inversión sostenible

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