OPINIÓN

La ISR en España, definiendo una personalidad propia

Jaime Silos,

presidente de Spainsif

Jaime Silos

Pocas cosas hay tan mágicas como ver algo crecer con salud. Nunca dejará de asombrarnos ver cómo un recién nacido de apenas 50 centímetros y 3 kilos de peso va expandiéndose por días hasta que, cuando uno se quiere dar cuenta, ha ocupado todo un hogar. Algo muy parecido ocurre cuando analizamos la evolución de la Inversión Responsable en España.

En la primera edición del Informe sobre la ISR desarrollado por Eurosif, veíamos cómo el volumen de inversión responsable en 2002 en nuestro país apenas alcanzaba los 80 millones de euros. Hoy en España se gestionan 169.359 millones de euros, es decir, la ISR se ha multiplicado por 2.000 en poco más de una década. Este rápido crecimiento sigue siendo robusto, aun cuando los volúmenes de la ISR empiezan a ser significativos. Entre 2011 y 2015, por ejemplo, la ISR ha crecido un 60% más deprisa que la industria de activos en general, alcanzando una cuota del 47% del volumen de mandatos de gestión.

Sin embargo, al igual que un bebé, es importante que la ISR no solo crezca físicamente -en volumen-, sino que desarrolle un carácter y una personalidad definida y fuerte. En este sentido, el último estudio de Spainsif sobre la ISR en España, nos muestra que la inversión responsable se encuentra en la adolescencia y que todavía existen algunos rasgos de la personalidad que hay que fortalecer y definir. En otras palabras, la ISR tiene que ganar en complejidad y matices.

El grueso más importante del mercado de la ISR está basado en la discriminación negativa –es decir, excluir determinados sectores o actividades controvertidas– más que en la discriminación positiva –seleccionar las mejores compañías en materia social, ambiental y de buen gobierno-. Esto no quiere decir que la discriminación negativa no sea de gran importancia para la ISR. Por ejemplo, muchos inversores se quedan petrificados, y con razón, al saber que uno de cada dos fondos de renta variable americana tiene exposiciones significativas a armamento controvertido, participando accionarialmente en fabricantes de bombas racimo, minas anti-persona o armas bacteriológicas, todas ellas sancionadas por el derecho internacional. Gracias a la discriminación negativa, los ahorradores evitan financiar actividades que estén en conflicto con sus valores. Sin embargo, la discriminación negativa responde a un estadio de madurez temprano. Otras estrategias más complejas muestran un mayor grado de madurez de la inversión responsable y, esta parte del mercado, todavía tiene margen de crecimiento. Por ejemplo, el seleccionar las compañías con mejores políticas de igualdad de oportunidades, con mayor solvencia de su gobierno corporativo, o, incluso, crear carteras “bajas en carbono”, requiere de un grado mayor de sofisticación en el análisis y la gestión.

Spainsif está francamente satisfecha con la evolución de la inversión responsable en España. En muy poco tiempo, la comunidad inversora ha sido capaz de integrar y hacer suyos atributos de inversión responsable que antes no existían o se podían valorar. Ahora existe tanto el conocimiento como la predisposición. Apostemos por la ISR y dejémosla crecer, en volumen y en personalidad n