OPINIÓN

La razón de ser de la farmacia

Leandro Martínez Carrasco,

Presidente de Fundación Bidafarma

Leandro Martínez Carrasco

Hay fechas que nunca se nos olvidan, como nuestro santo o cumpleaños e incluso las onomásticas de nuestros seres más queridos. También por circunstancias personales de nuestra vida, hay fechas que merecen el olvido por su ingrato recuerdo. Hoy, en este 25 de septiembre, los farmacéuticos nos congratulamos y estamos de enhorabuena por celebrar el Día Mundial del Farmacéutico, organizado por la FIP (Federación Internacional Farmacéutica), con el lema "Fortaleciendo los sistemas sanitarios con los farmacéuticos”.

Recientemente en nuestro calendario, tenemos grabadas dos fechas que han condicionado nuestras vidas desde punto de vista de la salud. El inicio de la pandemia y su finalización. Han sido tres años, cinco meses y dieciséis días. El 5 de Julio de 2023 el Boletín Oficial del Estado publicó la Orden SND/726/2023 que recogía la decisión del Consejo de Ministros de declarar finalizada la situación de crisis sanitaria, provocada por la pandemia. Y ello nos devolvió a la normalidad. Una nueva normalidad en la que es importante no olvidar quiénes somos, de dónde venimos y a dónde vamos.
La historia de la Farmacia como ciencia independiente de la medicina, data del siglo IX en el mundo islámico y del siglo XII en la Europa occidental cristiana.

Desde entonces la evolución del conocimiento del medicamento, nos ha llevado al concepto actual de farmacia, donde el rigor científico basado en pruebas y ensayos clínicos de laboratorio, nos indican que estamos ante una ciencia con el suficiente aval para garantizar la seguridad y eficacia de los medicamentos.

En la actualidad, el grado en farmacia abre numerosas salidas laborales, pudiéndose ejercer esta carrera universitaria en variados campos profesionales. Quizás la más conocida, sea la de oficina de farmacia en calidad de titular, cotitular, regente, sustituto o adjunto.

Pero hay más de 50 salidas profesionales, como la industria farmacéutica, la investigación, los procesos de control de calidad, los registros, o el trabajo en la distribución farmacéutica, cuyo mejor exponente son las cooperativas creadas por los propios farmacéuticos, como es el caso de Bidafarma.
El ejercicio profesional de un farmacéutico es ampliamente reconocido, ya que este título implica una alta capacitación como profesional de la salud. En el caso de la Oficina de Farmacia su valoración, como actividad esencial dentro de la sanidad ha recibido un total reconocimiento.

Recordemos que durante los 98 días de cuarentena desde el 15 de Marzo al 21 de Junio de 2.020, las más de 22.200 farmacias españolas, permanecieron abiertas y los farmacéuticos de forma presencial continuaron ejerciendo su profesión. Y esa situación nos hizo adaptarnos a la nueva realidad. No cabe duda de que la Farmacia y en concreto la española, no solo ha ido evolucionando, sino que se ha adelantado a los tiempos, en base a su modelo y estrategia.

El modelo de farmacia español es un modelo social y solidario, con el mayor número de farmacias por ratio de habitantes y con los medicamentos más baratos de la Unión Europea. Sustentado en una planificación farmacéutica a lo largo de todo el territorio nacional, con una ordenación que facilita al ciudadano la cercanía y acceso a las oficinas de farmacia en cualquier punto de la geografía española.
Además, con las farmacias de guardia y las de horario ampliado, el servicio farmacéutico está garantizado las 24 horas del día, facilitando el acceso al medicamento a les ciudadanos. Por ellos, como nos gusta decir, la luz de la cruz verde no se apaga.

Si miramos al futuro de la farmacia, podemos decir que a estrategia actual y futura de la oficina de Farmacia gira en torno a 3 ejes: Asistencial, Digital y Social. El ámbito asistencial es intrínseco al farmacéutico, con el fomento de servicios profesionales farmacéuticos. Con respecto al digital, no solo es por el uso de las herramientas más avanzadas en ese entorno tecnológico cuyo uso está asumido por la población general, sino también por los soportes necesarios para la actividad profesional del farmacéutico como Cismed, Bot Plus, Bot Plus App, etc. Y por último, el ámbito social, reforzando el compromiso con la sociedad y los colectivos vulnerables. La cooperativa Bidafarma dentro de su faceta social, a primeros de este año año creó la Fundación Bidafarma, “el alma verde de la cooperativa", con sede en Málaga. Apenas nacida la Fundación, apareció su primera oportunidad de intervención: los socios de nuestra cooperativa colaboraron activamente con los damnificados en los terremotos de Turquía y Siria. Como ahora está apoyando campañas de ayuda a las víctimas del reciente terremoto de Marruecos.

El 27 de junio fue la presentación institucional de la fundación Bidafarma en su sede donde se concedieron los premios a proyectos de innovación social. Un premio se quedó en Granada y los otros tres premios volaron a África, concretamente a Senegal, Kinshasa (Congo) y a Bangassou (República Centro Africana). El premio de Bangassou se destinaba a la instalación en un espacio físico de una farmacia. Ahora vamos a dotarla de medicamentos y material sanitario que permita a la población local tener acceso a los medicamentos esenciales, que no pueden acceder en la actualidad. De nuevo los socios de Bidafarma a través de su Fundación han sido protagonistas al prestar ayuda para finalizar el proyecto de la construcción de la primera Farmacia Bidafarma en África.

Los japoneses fieles a la cultura del bienestar físico y mental del Sei-Tai están familiarizados con el concepto ikigai, que se interpreta como la “razón de ser”, “la razón de vivir”. Nosotros los farmacéuticos también tenemos nuestra “razón de ser” y “de vivir” nuestra profesión, independientemente del ámbito sanitario que nos encontremos. En el caso de la oficina de farmacia, nuestro ikigai se traduce en dar el mejor servicio desde nuestra farmacia, facilitando el
medicamento a los ciudadanos a través de una dispensación integral en las mejores condiciones de custodia, seguridad y eficacia. Definitivamente la razón de ser de nuestra profesión, nuestro ikigai, es la de ayudar a mejorar la salud y calidad de vida de la población.