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Negocios con conciencia: el poder de influir en un mundo mejor
José María Zamora,
líder de Sostenibilidad de Deoleo
La historia nos demuestra que las empresas, tanto las milenarias como las de reciente creación, deben perseguir un objetivo común: transformar el mundo desde una perspectiva ética, social y respetuosa con los derechos humanos y el medio ambiente.
Ocurre exactamente lo mismo con un bien tan preciado como el aceite de oliva. Este producto milenario, heredado de la civilización romana, va más allá de ser un simple ingrediente en la cocina española. Se trata de un vínculo cultural que ha unido generaciones y que ha estado presente en la mesa de los consumidores durante décadas. También ha tenido una relevancia especial en la generación de empleo, con miles de familias de agricultores que han preservado este legado histórico año tras año.
Por tanto, todos los que trabajamos en el sector del aceite de oliva, tenemos la enorme responsabilidad de proteger su historia y fomentar su consumo, no solo en España, donde está más que extendido, sino también en los mercados menos maduros.
Y esto ha de hacerse desde una perspectiva sostenible, ética y social. Debemos trabajar para que el estilo de vida mediterráneo esté al alcance de todos y que la sostenibilidad esté en el centro de sus operaciones. Por ello, es fundamental acompañar a todos los actores que forman parte de la cadena de valor del aceite de oliva, con el objetivo principal de implementar prácticas sostenibles y proteger un producto que nos enorgullece enormemente.
Además, es nuestra responsabilidad fomentar la concienciación con el objetivo de influir en un mundo mejor. Precisamente, el pasado 1 de junio el Parlamento Europeo dio un paso más para garantizar que las empresas adopten medidas para identificar, prevenir, mitigar, eliminar y reparar los efectos adversos en los derechos humanos y el medio ambiente de sus actividades propias, las de sus filiales o las de sus cadenas de valor.
En este punto, me gustaría centrarme en cuatro grandes ejes de actuación: gobernanza inclusiva y responsable, ética empresarial, privacidad y seguridad de los datos, y derechos humanos. Todos ellos enmarcados en un eje transversal al que voy a denominar ‘Negocio responsable’. ‘Negocio responsable’ significa reconocer que todos dependemos de los demás, al igual que de nuestro planeta.
En materia de gobernanza responsable e inclusiva, como compañía tenemos la responsabilidad de operar de forma respetuosa con todas las personas generando el menor impacto medioambiental posible. El marco de gobernanza, que debe ser sólido, incorpora diversos puntos de vista y constituye la base sobre la que construir un negocio sostenible y un crecimiento duradero.
En el eje de ética empresarial, actuar de forma íntegra debe constituir un imperativo para cualquier organización, ya que esto ayuda a tener el derecho a operar, al tiempo que garantiza la confianza de los consumidores y permite forjar unas sólidas relaciones con los proveedores. Para crear una empresa ética es necesario que todos los integrantes de la compañía trabajen juntos para cumplir los mismos estándares. Es fundamental que exista un Código de Conducta que garantice que todas las actividades se ajusten a los valores corporativos.
En materia de protección de datos, es fundamental contar con un Órgano de Protección de Datos, integrado por personal jurídico e informático, que se encargue de velar por los datos de los profesionales de la compañía. Este órgano debe proveer además de un manual disponible para todos los empleados que proporcione orientación sobre el cumplimiento de la normativa vigente.
Por último, en materia de derechos humanos, todas las compañías deben comprometerse de forma expresa con la protección de los derechos de sus profesionales y la cristalización de una sociedad sin vulneraciones de los derechos humanos. Es imprescindible mantener una política de tolerancia cero hacia la intimidación, la discriminación, el acoso y las amenazas o agresiones físicas/legales en el marco de la actividad empresarial.
En definitiva, en la era actual, todas las empresas, independientemente de su antigüedad y sector de actividad, deben abrazar un enfoque de ‘Negocio responsable’. La creación de un entorno empresarial que promueva la sostenibilidad y la justicia social requiere de esfuerzos continuos y un compromiso con los valores fundamentales.
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