OPINIÓN

Océanos Saludables y Sostenibles. La urgente necesidad de emprender el camino azul

Cristina Sánchez,

Directora Ejecutiva de la Red Española del Pacto Mundial

Cristina Sánchez

El pasado 8 de junio el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, mandaba un mensaje urgente por el Día Mundial de los Océanos, en el que aludía a la responsabilidad de todos para “corregir nuestra relación con el mundo natural, incluidos los mares y océanos del mundo”. Este llamamiento se hace aún más fuerte conforme nos acercamos al comienzo de la Década de Ciencias del Océano para el Desarrollo Sostenible proclamada por Naciones Unidas para el período 2021-2030. Esta década tiene como objetivo que actores de todo el mundo y procedencia trabajen dentro de un marco común que garantice que la ciencia de los océanos contribuya a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Y es que, a diez años del 2030 y tan cerca del punto de no retorno, es, ahora más que nunca, el momento de pensar en el planeta, que, aunque todos lo sabemos, no está de más recordar que se trata del Planeta Azul.

En este sentido, es necesario que pensemos en el océano, no sólo como una masa continua de agua salada que cubre más del 70% de la superficie de la Tierra, sino como un ecosistema cuya salud es esencial tanto para la supervivencia de las personas como del planeta. Para ello debemos tener en cuenta que los océanos generan más de la mitad del oxígeno que respiramos y a su vez dan forma al clima de la Tierra, pues absorben más del 90% del exceso de calor que queda atrapado en la atmósfera por las emisiones humanas de gases de efecto invernadero. Asimismo, son también fuente de alimento, de transporte y de energía limpia. Además, más de un tercio de la población mundial vive a lo largo de sus costas y constituyen más del 95% de la biosfera.

Siendo conscientes de todo esto, ¿cómo es posible que no estemos apostando de forma inapelable por su cuidado? Y es que, al mismo tiempo que se está acelerando e intensificando el uso de los mares y océanos y se están poniendo en marcha diversas actividades comerciales para aprovechar sus recursos, se está perjudicando su salud y poniendo en peligro su sostenibilidad. Con frecuencia ignoramos nuestro papel activo en las amenazas que degradan a un ritmo vertiginoso los ecosistemas marinos. El cambio climático, la sobrepesca indiscriminada o los plásticos son algunas, a las que ahora hay que sumar las derivadas de la pandemia de la COVID-19, que ha frenado la batalla contra los plásticos desechables, incrementado notablemente su uso y haciendo que retrocedamos en la solución a un problema que a principios de este mismo año parecía estar calando en la sociedad.

Mientras, un océano en estado crítico sigue pidiendo auxilio.

La respuesta a esta llamada está recogida en las siete metas que conforman el Objetivo 14 de la Agenda 2030 referente a la vida submarina, algunas de ellas con una fecha de caducidad ya prácticamente insalvable: 2020. En concreto, para este año, está fijado prevenir y mitigar la contaminación marina de todo tipo, reducir al mínimo los efectos de la acidificación de los océanos y reglamentar la actividad pesquera en aras de reducir la sobre explotación. Sin embargo, lejos de conseguir cumplirlas, el ODS 14 sigue siendo el menos trabajado, al menos en lo que respecta al sector empresarial, un actor fundamental en la gestión sostenible del océano, siendo este último además la base de un sistema de industrias que emplean a millones de personas y que generan billones de dólares para la economía mundial cada año.

Tal y como señala la Agenda 2030, todos estamos llamados a la acción, pero cierto es que en este ámbito el sector empresarial debe tomar mayor conciencia de su responsabilidad ya que las entidades, a través de la reformulación de sus negocios, pueden ser capaces de aumentar su impacto positivo y, de igual modo, reducir sus impactos negativos en el ecosistema marino. Precisamente para impulsar esta labor, desde la Red Española del Pacto Mundial hemos editado el paper “Océanos saludables y sostenibles: oportunidades para el sector empresarial en la economía azul” con el que pretendemos instar a empresas y organizaciones a tomar medidas eficaces, basadas en los principios para la sostenibilidad de los océanos y la Agenda 2030, que contribuyan a la salud y prosperidad del océano.

Una apuesta que además encontrará múltiples oportunidades en la economía azul, la cual emplea a más de 691.000 personas y genera alrededor de 23.000 millones de euros de valor agregado bruto en España. Hecho que señala el peso fundamental de esta industria y sus beneficios, estimados en billones de dólares al año, es decir, alrededor del 5% del PIB mundial.

Y es por ello que son ya bastantes empresas las que han manifestado su compromiso con el océano y la economía azul aplicando de forma voluntaria las mejores prácticas, más allá del cumplimiento de las regulaciones existentes. Un ejemplo de ello son las más de 60 empresas a nivel global que han firmado los Principios para un océano sostenible impulsados por el Pacto Mundial de Naciones Unidas, entre las que se encuentran 21 entidades españolas.

Esta muestra de implicación es un primer paso, pero aún queda mucho por avanzar. Si queremos cumplir con este plan de acción es necesario un compromiso firme por parte de todo el tejido empresarial, incluidos los sectores no relacionados directamente con la industria marítima y que, en cambio, tienen un impacto notable en el océano, como el sector agrícola, por ejemplo. A ello tendrán que sumarse también el resto de actores, en especial las administraciones públicas por su capacidad de impulsar el cambio tanto de la mano del poder legislativo como mediante medidas incentivadoras. Juntos, en alianza, lograremos que el ODS 14 de vida submarina, abandone la última posición como ODS menos trabajado, tanto a nivel nacional como mundial, y se coloque en el lugar que se merece. Esto, al mismo tiempo, tendrá un enorme efecto catalizador en los demás Objetivos de la Agenda 2030, dado el fuerte vínculo de los océanos con los diferentes ámbitos de la sostenibilidad. Por tanto, si realmente queremos cumplir con este plan para el desarrollo sostenible tendremos que actuar de forma urgente para preservar el bienestar del océano y, por extensión, nuestra propia salud.

La vida comenzó en el océano y el océano sigue siendo el hogar de la mayoría de la fauna y la flora de la Tierra. Construyamos juntos el mundo que queremos cuidando la integridad de su color principal, el azul.