OPINIÓN

Evolución de la conciliación

Roberto Martínez,

director de Fundación Másfamilia

Roberto Martínez

Si en 1997, es decir hace 20 años, hubiéramos dicho “me voy a conciliar” el significado hubiera sido sustancialmente distinto al de hoy en día. ¿Verdad? En 1997 conciliar estaba relacionado con un conflicto laboral y los órganos de mediación y conciliación que cada Comunidad Autónoma dispone, pero en 2017, claramente, significa que ceso en mi actividad laboral y paso a disfrutar (o no) de mi actividad personal.

Creo que esto resume bien los avances en la materia, pero, por si fuera poco, acabo de comprobar en el “todopoderoso” Google si hay o no interés en el término y esto es lo que me ha respondido:

• Conciliación de la vida familiar y laboral: 1.790.000 results.
• Conciliación de la vida familiar: 9.790.000 results.

Y podríamos continuar con alguna de las búsquedas, pero creo que no es necesario, pudiendo concluir que existen más de 10.000.000 de entradas o resultados.

Cuando la perspectiva es de 20 años vista, la profesión es indudable, aunque en el día a día no parezca apreciarse.

Los avances son claros, pero no homogéneos, si lo abordamos por grandes áreas.

• Política. Lentos y “dolorosos” avances. En las elecciones 2016, por primera vez, los grandes partidos incluyeron propuestas concretas más allá de loar la conveniencia, cosa que es tan obvia, que no deseo ni valorar.
Para ser justos, en 1999 se elabora una Ley de Conciliación por el Partido Popular, en 2007 se volvió a “rebozar” en la Ley de Igualdad efectiva entre mujeres y hombres del PSOE, pero poco más.
• Empresa. La empresa grande y mediana ha realizado importantes avances en estos 20 años. Muchas de nuestras empresas lideran, en un contexto mundial, este aspecto. Es motivo de orgullo, sin duda. Sin embargo, la pyme vive, hoy en día, una realidad totalmente distinta y muy alejada. Si en algún momento se aproximó, la crisis la volvió a alejar.
• Sindicatos. Pocos avances en la materia. Honestamente la crisis desvió su foco durante muchos años, pero también es cierto que todo lo que pretendemos es resolver este “lío” con la negociación colectiva y “un problema no puede resolverse desde el mismo nivel de quién lo creó”, decía el bueno de Albert Einstein.
• Ciudadanía. Los avances en la ciudadanía hay que verlos desde la perspectiva de que las necesidades y también las expectativas han aumentado en estos 20 años y continuarán haciéndolo.
Los grandes impulsores de la conciliación en nuestro país, incorporación de la mujer al mercado del trabajo remunerado, baja natalidad, envejecimiento, fomento del ocio y tiempo libre, el talento millennial, entre otros, van a continuar presionando a la sociedad española en la misma dirección.
La ciudadanía reclamaba hace 20 años conciliación, la reclama con mayor intensidad 20 años después, y la reclamará todavía con mayor intensidad dentro de 20 años, ¿o no?

Por tanto, claros y significativos avances con escaso liderazgo político y mucho más empresarial y social. ¿Hasta dentro de otros 20 años?