OPINIÓN

Trabajo flexible: un paso más para un modelo laboral sostenible

Philippe Jiménez,

Country Manager de IWG Group España

Philippe Jiménez

Es posible que muchos de nosotros no nos hayamos planteado cómo un gesto tan cotidiano como desplazarnos hasta el trabajo cada mañana puede llegar a suponer un perjuicio para la conservación del medio ambiente. Si cogemos el coche y sufrimos un atasco, inevitablemente emitimos CO2 a la atmósfera. Si por el contrario optamos por el transporte público podemos moderar esa huella de carbono un poco, pero no evitarla por completo. Y día a día vemos las boinas de contaminación cubrir las ciudades y afectar a la salud de millones de ciudadanos.

Sabemos que el cuidado de nuestro planeta cada día preocupa más a la sociedad, y que la población está cada vez más concienciada con la necesidad de adoptar medidas que repercutan positivamente en nuestro sistema climático. Precisamente para llamar la atención sobre los problemas medioambientales, cada año el 22 de abril se celebra el Día Mundial de la Tierra. En IWG consideramos que es nuestra responsabilidad como compañía tomar decisiones empresariales que sean lo más respetuosas con el medioambiente posibles y lograr dejar nuestro entorno en las mejores condiciones para las futuras generaciones. Por eso apostamos por el trabajo flexible como una opción más para cuidar nuestro planeta.

El trabajo flexible tiene un impacto muy positivo a nivel medioambiental. De hecho, la reducción del número de viajes realizados durante la jornada laboral disminuye las emisiones de dióxido de carbono, contribuyendo a una mejora de la calidad del aire. Además, dos de cada cinco profesionales de todo el mundo consideran que el viaje diario es la peor parte de su día. Como resultado, cada vez más empresas están introduciendo el trabajo flexible como una medida para reducir el tiempo que los empleados dedican al tráfico y al transporte, lo que garantiza un mejor equilibrio entre la vida personal y laboral. Como IWG dispone de espacios de trabajo en los centros de las principales ciudades, las compañías ya no necesitan desplazarse a las afueras para disponer de oficinas espaciosas en el centro de la urbe.

Según la Encuesta Global Workspace de 2019 realizada por IWG entre más de 15.000 personas de 80 nacionalidades a día de hoy más del 60% de las compañías tanto a nivel global como nacional cuentan actualmente con políticas de espacio de trabajo flexible. Tanto si los empleados optan por trabajar desde casa como si lo hacen desde una oficina de trabajo flexible, las empresas ahorran enormemente en recursos como la luz, el agua, el material de oficina, etc., lo que permite reducir su impacto medioambiental al tiempo que mejoran la imagen y reputación corporativa al adherirse a un objetivo de sostenibilidad.

La red de oficinas flexibles de IWG se extiende no solo a nivel nacional, sino mundial. Así, las compañías que optan por permitir a sus empleados trabajar en espacios compartidos pueden ofrecer a sus empleados una amplia red de lugares de trabajo perfectamente preparados para cualquier eventualidad, sin necesidad de desplazarse para reuniones de equipo a otros países. Esto tiene múltiples beneficios como la disminución de los tiempos de desplazamiento y el dinero invertido en ellos, el aumento la productividad y por supuesto ayudar en la conciliación laboral. De hecho, nuestro estudio estima que más de la mitad de los trabajadores a nivel global ya trabaja fuera de las oficinas centrales al menos 2,5 días a la semana.

Conscientes de los múltiples beneficios asociados a esta práctica, el 75% de las empresas están incluyendo el trabajo flexible para reducir los desplazamientos al trabajo. Son cambios como estos los que verdaderamente contribuyen a que poco a poco nos dirijamos hacia un modelo laboral mucho más respetuoso con el medio ambiente.