OPINIÓN

La inteligencia artificial impulsa la fabricación sostenible

Morgan Zimmermann,

CEO de NETVIBES-EXALEAD en Dassault Systèmes

Morgan Zimmermann

La inteligencia artificial no es ningún artificio. No sirve simplemente para generar nuevas listas de reproducción de música o chatbots que, en última instancia, no saben responder a tus preguntas en el servicio al cliente de las empresas. Según PwC, la economía global podría registrar una potencial contribución de 15,7 billones de dólares para 2030 gracias a esta tecnología. Hoy, la IA está ayudando al mundo a ser más sostenible, así como a empresas de todos los tamaños a mantenerse por delante de la competencia. Esto incluye abordar la sostenibilidad en la fabricación (personas, planeta y ganancias; las tres P´s por sus nombres en inglés).

Más allá de las pérdidas y los beneficios

Teniendo en cuenta el cambio climático, las nuevas generaciones están motivadas para comprometerse con políticas a largo plazo que crearán un entorno más estable y una vida más equilibrada y agradable. Los actores industriales que no están alineados con estos objetivos de sostenibilidad tienen o tendrán dificultades para encontrar una fuerza laboral futura, así como clientes dispuestos a invertir en productos y servicios que no encajan con sus valores. Las empresas se evalúan cada vez menos por sus beneficios y pérdidas y más por su compromiso con los ejes de la sostenibilidad (personas, planeta y ganancias).

El modelo sostenible está comenzando a tener una influencia masiva en el mundo industrial. Naciones Unidas defiende sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, mientras que las compañías de todos los tamaños y en todos los sectores -no solo los actores de pequeños nichos- están adoptando políticas a largo plazo. Las grandes multinacionales, como el gestor mundial de inversiones BlackRock, Inc., están ofreciendo soluciones de inversión sostenibles. Los líderes del mercado de bienes de consumo como Adidas, Danone, Gucci y L'Oréal reconocen que las iniciativas de sostenibilidad sólidas son un buen negocio.

La IA nos hará llegar hasta este punto más rápido, e iniciativas globales como el anual AI for Good Global Summit de Naciones Unidas y el Google.org Impact Challenge anual de Google, valorado en 25 millones de dólares, están ayudando a alcanzar este objetivo. En cuanto a la fabricación, la IA refuerza tres ‘pilares’ principales alineados con la métrica de las tres P´s para permitir a las empresas cumplir con los objetivos de sostenibilidad: la fuerza de trabajo del futuro, la optimización de las operaciones globales y la orquestación de la red de valor.

1. La fuerza de trabajo del futuro (Personas)
Crear la fuerza de trabajo del futuro implica capturar y transferir los conocimientos y saber hacer de los empleados de hoy, a la vez que se capacita a las personas con tecnología para crear experiencias que generen innovación y puedan ayudar a construir un futuro más sostenible.

La tecnología digital facilita el intercambio de información más rápido en todo el mundo. Las empresas deben adoptar un cambio en las habilidades para adaptarse a las nuevas tecnologías, y así aumentar la autonomía de su fuerza laboral. Esto se puede lograr a través de enfoques multidisciplinares para el aprendizaje y la formación a lo largo de la vida, combinando el aula y el laboratorio.

La inteligencia artificial ayuda a procesar las mejores prácticas que se encuentran ocultas en documentos, que cualquier empleado puede aprovechar para obtener un mayor impacto en la empresa. Gracias a la IA, se puede entregar este conocimiento de forma más rápida, a una escala inimaginable y en el momento adecuado, mediante el uso de realidad aumentada/virtual, las plataformas colaborativas y el 3D, lo que hace que la formación sea más intuitiva. De este modo, la fuerza laboral puede tomar decisiones más informadas. La relación simbiótica entre la IA y las personas hace a ambas partes más inteligentes.

2. Optimización de operaciones globales (Planeta)
Al adoptar prácticas lean a lo largo del ciclo de vida del producto, las empresas pueden minimizar su huella ambiental global. Esto va mucho más allá de la resolución de problemas en el taller. Se trata de evaluar y racionalizar todas las operaciones, desde el diseño del producto hasta la ingeniería de fabricación, la producción y la optimización de la cadena de suministro, en un ciclo de retroalimentación continua.

Eliminar el desperdicio es una preocupación central de la fabricación. Deshacerse de cualquier cosa que no agregue valor en áreas críticas, como mover un producto innecesariamente, el exceso de existencias, los errores o los residuos, requiere tecnología de inteligencia artificial que puede aprender de los objetivos que evolucionan constantemente (ventas, inventarios, recursos, capacidad, etc.). La IA puede anticipar los balances más beneficiosos para limitar los desperdicios.

La reducción del consumo de energía es otro ejemplo en el que la IA ha demostrado su valor. Se está generando mucho interés en torno a la implementación de redes inteligentes que conectan a productores y consumidores, maximizando el almacenamiento y el suministro de energía justo a tiempo. La IA predice picos de consumo y ayuda con la optimización en tiempo real de la configuración de las operaciones.

3. Orquestación de la red de valores (Beneficios)
Las cadenas de suministro actuales están siendo reemplazadas por redes de valor globales: socios industriales que unen fuerzas para redefinir su contribución y lograr objetivos de entrega comunes.

Las plataformas digitales colaborativas que aprovechan la IA están creando sostenibilidad en toda la red de valor a la vez que permiten la entrega de experiencias únicas al mercado. Las empresas obtienen visibilidad sobre los recursos y procesos y sobre cómo están interconectados, y los fabricantes pueden coordinar a todas las partes implicadas de manera más eficiente y ágil. Probar las ideas, productos y experiencias en el mundo virtual antes de llevarlas al mundo real puede conducir a inventar nuevos usos y los productos que los respaldan.

La IA analiza los datos a la velocidad de la luz, evaluando millones de escenarios potenciales para encontrar la información correcta. Las empresas pueden capturar, estandarizar y analizar datos para evaluar los impactos ambientales y sociales de la actividad empresarial y comunicar las conclusiones para una toma de decisiones informada. Las personas, por su parte, pueden proponer y probar los mejores escenarios, simulando resultados con un gemelo de experiencia virtual (virtual twin) para identificar las oportunidades adecuadas y aplicar lo que aprenden allí donde tenga sentido. Pueden reducir el desperdicio y aumentar la eficiencia, tanto en el diseño de productos y envases y el suministro de materias primas como en la eliminación y recuperación de materiales. Por ejemplo, dos empresas podrían compartir recursos, como repuestos, logística o incluso inventarios. La IA les ayuda a optimizar la capacidad para disponer de una línea de producción autoadaptativa y más productiva.

Esta tecnología es un catalizador para el cambio. El problema más desafiante es decidir cómo observar y vivir en el mundo; ¿cuál es la referencia que se utilizará para conectar y contextualizar cantidades exponenciales de datos? Solo los mundos virtuales proporcionan la plataforma adecuada de observación y toma de decisiones para la fabricación. La lA, a través de la aceleración del acceso a los mundos virtuales, está haciendo que el mundo real sea más eficiente, ya que no solo ofrece nuevas percepciones y conocimientos, sino que también permite a la industria capturar y comprender la experiencia y reutilizarla para contribuir a una vida más equilibrada y satisfactoria.