ENTREVISTA

Nuestra obsesión es lograr parar el avance de la deforestación


Juan Carlos del Olmo,

secretario General de WWF

Juan Carlos del Olmo 30/01/2012

“En ocasiones nos adentramos en terrenos complicados para poder alcanzar nuestros objetivos”, relata Juan Carlos del Olmo, secretario General de WWF. La organización celebra sus primeros 50 años de vida, una trayectoria marcada por la lucha contra las irregularidades en el entorno medioambiental y por el diálogo con todos los grupos de interés con el fin de alcanzar soluciones. Sus múltiples proyectos y herramientas están consiguiendo generar un verdadero cambio de rumbo en la actuación de muchas corporaciones.


¿Cuál es la razón de ser de WWF?

WWF es una organización independiente que nació hace 50 años y que está implantada en 100 países. Las aproximadamente 4.000 personas que trabajamos en ella formamos un conjunto multicultural.
Durante estos 50 años hemos desarrollado unos 14.000 proyectos sobre el terreno, pero también con instituciones internacionales como el Banco Mundial, las Naciones Unidas, la Unión Europea y los gobiernos. Tratamos de destinar recursos sobre el terreno, es una característica que nos define, pero también intentamos cambiar los grandes vectores que están destruyendo la biodiversidad.
Es una organización que, aunque denuncia los problemas ambientales, es muy constructiva y siempre está abierta al diálogo que permita hallar soluciones. En ocasiones, llegamos incluso a adentrarnos en terrenos complicados para poder alcanzarlas.

¿Cuándo se implanta en España?

En España nace en 1968, de la mano de Félix Rodríguez de la Fuente. Era la primera organización de defensa de la naturaleza que hubo. Creció rápido y se hizo conocida, pero desde hace dos o tres años, como somos una ramificación de la organización internacional, se prescindió de la palabra Adena.
Evolucionamos a los años 70 con el trabajo en los primeros convenios internacionales de protección de la naturaleza. En los 80 nos dimos cuenta de que no era suficiente, de manera que publicamos junto a Naciones Unidas y otros organismos la “Estrategia para la conservación de la naturaleza”, el primer documento en el que se habla de desarrollo sostenible. En él, se trata la implicación de la naturaleza en el desarrollo humano y la necesidad de que el hombre evolucione sin destruir el medio ambiente. Empezamos a centrarnos en aspectos del desarrollo de la economía que afectan a los temas globales. En los 90 se celebra la Cumbre de Río y se empiezan a detectar las grandes amenazas globales: cambio climático, pérdida de biodiversidad, etc. Así que orientamos la misión hacia estos grandes problemas.

¿En qué trabaja WWF en esta década?

Actualmente seguimos en este terreno, apoyando la creación de convenios internacionales como el Protocolo de Kyoto.
Desde los 90 empezamos a medir la huella ecológica de la humanidad sobre el planeta y nos dimos cuenta de que las cifras eran insoportables y de que estábamos viviendo muy por encima de lo que el planeta podía ofrecer.
Cada dos años realizamos un chequeo de la salud del planeta donde comprobamos el aumento de esta huella. En este momento estamos consumiendo un planeta y medio, de manera que nos planteamos otras estrategias de trabajo: seguimos manteniendo el enfoque sobre las comunidades locales, pero además, trabajamos en las “Iniciativas Globales.” Son catorce líneas trabajadas de forma coordinada en cada una de las oficinas a nivel mundial de WWF.
Una de ellas es “Clima”: nuestra prioridad es lograr un acuerdo internacional vinculante, trabajar en todos los países con los gobiernos para que vayan en esa dirección. Otra es “Smart Energy”, referente al despliegue masivo de energías renovables para lograr el 100% en 2050. “Smart Fishing” está centrada en cambiar el rumbo de la pesca en todo el mundo, porque el 75% de los caladeros están sobreexplotados. Otra de las líneas está enfocada a proteger grandes “biomas” como la cuenca del Congo y la del Amazonas, el Corazón de Borneo o el Ártico. “Market transformation” es muy importante porque busca influir en cómo se producen las 14 commodities que tienen más impacto en la biodiversidad: carne, soja, aceite de palma, madera, azúcar, etc. Estamos creando herramientas de mercado que permiten al consumidor influir en las empresas y en los mercados. Para ello, estamos promoviendo sistemas de certificación independientes que garanticen la trazabilidad. En 1993 creamos una ONG internacional, FSC, alrededor de la cual situamos a todos los stakeholders implicados en la producción de papel.

Pero adherirse a ese sello es voluntario…

Sí, pero nosotros influimos en el mercado para que a la empresa le interese adherirse. Cuando empezamos en 1993 era poco conocido, pero ahora ya hemos logrado influir mucho, sobre todo en el papel. Contamos con 140 millones de hectáreas en el mundo certificadas por FSC. Es un sistema que garantiza la trazabilidad y la sostenibilidad en la gestión de los bosques desde el punto de vista social y ambiental.

Este año se ha celebrado el Año Internacional de los Bosques. ¿Qué valoración hace de
la situación actual en este campo?

La gestión de los bosques está cambiando a una velocidad brutal. Están desapareciendo a un ritmo de vértigo, pero no sólo por la explotación forestal, sino por el aumento de la agricultura intensiva de soja o de aceite de palma. En Indonesia y Malasia se ha destruido el 70% del bosque tropical por este motivo.
Nosotros vemos las cer tificaciones como una alternativa: si el bosque está bien gestionado en estos países y se consigue crear beneficios, no interesará transformarlo en otra cosa; mientras que si la zona carece de valor, es más fácil que ocurra.
Tenemos una red a nivel mundial, la Global Forest and Trade Network, mediante la que ponemos en contacto a empresas de países compradores con productores en países en los que se produce la madera. En España tenemos la Red Ibérica de Comercio Forestal para España y Portugal.

¿Qué relación existe con las empresas?

Trabajamos con 50 empresas en diferentes facetas, como parte de nuestra estrategia de multiplicar nuestros efectos. Necesitamos amplificar el campo de comunicación, sumar Gobierno y empresas y cambiar las reglas del juego. Por ello, somos partidarios de hablar con las empresas. Cuando Coca Cola, con la que llevamos 14 años trabajando, anunció que iba a reducir el consumo de agua en todos sus envases a nivel mundial, toda la competencia puso los ojos en ellos.
Cuando la mayor parte de las empresas negaba la existencia del cambio climático, creamos “Claim at Savers”, donde contamos con muchas e presas líderes en todo el mundo que se han comprometido a reducir en un 20% o un 30% sus emisiones de gases de efecto invernadero.

¿Qué situación está atravesando la pesca?

La actividad pesquera está muy afectada: hay poca regulación, los caladeros están en una situación muy crítica y se están perdiendo muchos empleos.
Hay empresas que se resisten al cambio, pero creo que España podría provocar un giro a nivel mundial ya que cuenta con los mayores atuneros del mundo y grandes multinacionales de pesca de altura. El sello MSC, creado junto a Unilever, garantiza que la pesquería sea gestionada de manera sostenible.

¿Cuál es el estado de la huella de carbono? ¿Es suficiente el Protocolo de Kyoto?

Se debería hacer una división entre el mundo global, la UE y España.
A nivel global, las emisiones siguen disparadas porque aunque en ciertos países se están empezando a tomar medidas y la crisis está ayudando a reducir las emisiones, en los países en vías de desarrollo como los BRIC, el crecimiento se ha disparado.
A nivel europeo, se han dado pasos importantísimos, aunque insuficientes. Nosotros queremos que haya una reducción de un 40% para 2030, la UE está en un 20% para 2020, y hay un grupo de siete países, entre los que se encuentra España, que apuesta por el 30% para el 2020. La crisis económica está provocando que la UE se vuelva muy conservadora y haya pasado de ver la cuestión como una prioridad, a verla como una amenaza para el desarrollo económico.
En España se ha hecho un esfuerzo muy importante en el área de renovables, pero aún queda un largo camino en eficiencia. Tenemos que volver a la sensatez porque venimos de una etapa muy derrochadora.

Pandas de Oro 2011

• Economía sostenible: José Manuel Naredo, doctor en Economía por la UCM.
• Conservación de la naturaleza: Roberto Hartasánchez, presidente del FAPAS
• Comunicación y sensibilización: Arturo Larena, creador de EFE Verde
• Conocimiento para la conservación: Nicolás Olea, catedrático de Radiología y Medicina Física
• Acción en defensa del medio ambiente: Antonio Vercher, impulsor de la Red de Fiscales de Medio
Ambiente.
• Premio especial: Agentes del Seprona.

WWF, una ONG que consigue influir en los movimientos del mercado

• WWF nació hace 50 años, está implantada en 100 países, cuenta con unos 4.000 trabajadores y ha llevado a cabo 14.000 proyectos sobre el terreno hasta la fecha.
• En España nace en 1968, de la mano de Félix Rodríguez de la Fuente, y se convierte en la primera organización de defensa de la naturaleza.
• Actualmente trabajan en las “Iniciativas Globales”: un total de 14 líneas que se llevan a cabo de
forma coordinada en cada una de las oficinas de WWF a nivel mundial.
• Su ONG “FSC”, que garantiza la trazabilidad y la sostenibilidad en la gestión de los bosques, ha
certificado 149 millones de hectáreas en todo el mundo

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