ENTREVISTA

La responsabilidad de las empresas de este país está más que en duda


Gonzalo Pino,

secretario de Política Sindical de UGT

Gonzalo Pino 14/02/2017

Inestabilidad, salarios precarios, contratos laborales temporales y parciales… Este es el negativo panorama laboral en España que percibe el secretario de Política Sindical de UGT, Gonzalo Pino, y donde precisamente la Responsabilidad Social Empresarial está llamada a jugar un papel importante. No obstante, Gonzalo Pino reclama un mayor compromiso e implicación por parte de los empresarios para revertir esta situación.

 

¿Cómo valora la situación de la Responsabilidad Social Empresarial en España?
Desde la UGT impulsamos la creación del Observatorio de RSE, cuya función era canalizar y analizar la política de Responsabilidad Social que se desarrolla en las empresas del Ibex-35. Pero, en la actualidad, el Observatorio está totalmente parado debido a la oposición de la CEOE. Entonces, si la Responsabilidad Social depende de la empresa y la patronal que agrupa a los empresarios no está por la labor, podemos apreciar qué tipo de Responsabilidad Social hay en este país.
Solo tenemos que analizar lo que ha pasado en estos últimos años. ¿Qué tipo de Responsabilidad Social es aquella que ha apostado por la reducción de costes a costa de abaratar los salarios, reducir el empleo o deteriorar el medio ambiente? La responsabilidad de las empresas de este país está más que en duda.

 

¿Por qué?
El ámbito de la RSE que más se ha desarrollado en este país es todo aquello que tiene que ver con la imagen. Hay muchas empresas que trasladan que son socialmente responsables, que los trabajadores tienen una situación de estabilidad, que tienen un convenio con buenos salarios, que tienen un buen comportamiento en el entorno en el que operan… pero cuando analizas la realidad te das cuenta de que solo es un argumento de venta. La realidad no es así. La realidad es que cuando llega la crisis en países como Alemania o Bélgica los empresarios apostaron por respetar a los trabajadores, mientras que en España la crisis la han pagado fundamentalmente los trabajadores y las trabajadoras. Lamentablemente los empresarios españoles mantienen los mismos comportamientos del siglo XIX. El empresario de este país solo piensa en obtener beneficios de una forma rápida, sin pensar en una política a largo plazo. Estas son las políticas neoliberales que se han empleado en los últimos 15 o 20 años.

 

Y en este contexto, el Consejo Estatal de Responsabilidad Social de las Empresas, el CERSE, lleva casi dos años inoperativo…
A finales del 2014 el Gobierno aprobó la Estrategia Española de RSE, se repartió el trabajo y cuando llegó el momento de desarrollarlo la patronal dijo que no. La CEOE, fundamentalmente, dijo que la situación de aquel momento no permitía avanzar en más compromisos y que ya eran demasiado responsables manteniendo el trabajo.

Todavía no hemos logrado avanzar y esperamos que, en esta nueva legislatura, seamos capaces de generar los elementos suficientes para que se pueda caminar. Pero fundamentalmente son los empresarios los que deben querer avanzar en esta dirección.

 

El gobierno asegura que la mayor Responsabilidad Social de una empresa es la creación de empleo. ¿Está de acuerdo?

Claro, pero esta es otra responsabilidad de los empresarios de este país: ¿Qué tipo de trabajo estamos creando? Es cierto que para ser más competitivos tenemos que tener unos costes razonables y la moderación salarial tiene que ver mucho con ello y con el mantenimiento del empleo. De alguna forma los sindicatos también estábamos en esa realidad y ahí tenemos parte de responsabilidad, pero luego se ha ido avanzando en este camino hasta el punto de que la reforma laboral ha justificado la creación de las empresas multiservicios. Con la reforma laboral aparece la prevalencia del convenio de empresa y esto es lo que permite a las empresas multiservicio no respetar ni el convenio sectorial ni el convenio de la empresa a la que prestan el servicio. Es decir, una empresa cede a un trabajador que tiene un salario que no tiene nada que ver ni con el convenio de esa empresa ni con el convenio del sector. Es un salario a mano alzada como en la esclavitud. Ahí es donde reside el pecado y la responsabilidad más grande las empresas. ¿Cómo han permitido que en este país se hable de trabajadores pobres?

 

De hecho Cáritas apunta que en España ya hay un 15% de trabajadores pobres. ¿Qué es lo que está ocurriendo?
Se está creando un mercado que hace que este país sea atractivo de tal forma que aquellos que se fueron corriendo hacia Oriente buscando precios baratos, hoy están volviendo. Han vuelto industrias como la textil o el calzado. Y ahí nos encontramos un dato curioso: España es el segundo exportador de calzado de Europa, pero no tiene grandes fábricas. Entonces, ¿dónde se fabrican los zapatos? En la economía sumergida. Si te vas a Alicante, te puedes encontrar pueblos que tienen una cierta riqueza, pero que no tienen polígonos industriales. Se aprovecha la incertidumbre que tiene la gente, que no piensa en
tener o no una pensión sino en que hoy tiene que comer, para trabajar con la persiana bajada.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, asegura que en el 2020 habrá 20 millones de trabajadores y se queda corto. Puede haber muchos más, pero no saldremos de esta situación porque el empleo que se genera es muy precario, de muy baja cualificación, el contrato de siete días es el contrato por excelencia y luego están los contratos parciales. Mientras que en Europa un contrato
parcial es voluntario, en este país se ha convertido en obligado. La gran mayoría de los trabajadores no quieren trabajar con un contrato parcial, pero no tienen otra alternativa y no solamente tienen un contrato parcial, sino que luego trabajan ocho horas. Este es otro tema de Responsabilidad Social muy importante. Es decir, cómo están llevando a los trabajadores y trabajadoras de este país a una situación de normalidad de unas condiciones que serían inaceptables hace 15 años o 20 años.

 

¿Cómo afectará la reciente subida del Salario Mínimo Interprofesional?
Los 707,60 euros son brutos. Si le restas los impuestos, ¿en qué se queda? Realmente no se puede vivir con estos salarios. De ahí que nosotros planteábamos 800 euros, para intentar dar un salto cualitativo y ponernos en los dos próximos años en un salario de 1.000 euros. Se está construyendo un país de pobreza, de marginalidad… En Navidad las luces no se encienden para todo el mundo, hay personas en este país que no tienen para comer todos los días…

No es posible que, en un país que es la cuarta potencia de Europa, estemos hablando todos los días de pobreza infantil y aquí nadie diga nada.

 

Y en este contexto, el diálogo social no pasa por su mejor momento…
En la última legislatura realmente no hubo diálogo social, ni con los empresarios ni con el Gobierno. La reforma laboral ha dinamitado el diálogo social y hay algo que es fundamental: desde que iniciamos el proceso democrático en este país fuimos capaces de conseguir con el diálogo un equilibrio, el Estatuto de los Trabajadores… Todos pusimos de nuestra parte para conseguir lo que podemos
denominar un contrato social, es decir, las reglas del juego, pero con la crisis y la reforma laboral estas reglas se han dinamitado completamente.

Por lo tanto, ¿qué tenemos que hacer? Tenemos que recuperar la convivencia, el equilibrio, el diálogo social, la negociación colectiva y, a partir de ahí, tenemos la obligación de intentar poner en marcha un nuevo contrato social. Es decir, que
nos sentemos y digamos cómo vamos a vivir a partir de ahora: qué hacemos con el paro estructural, qué salarios tenemos que tener para tener una vida digna y qué políticas activas de empleo tenemos que poner en marcha... Esto lo tiene que definir un nuevo contrato social porque el que teníamos ya no existe. Ese se rompió.

 

Desde el punto de vista de UGT, ¿cómo debería ser una RSE idílica?
La Responsabilidad Social tiene que partir del compromiso de los empresarios porque los sindicatos y los trabajadores sí que tienen este compromiso. Los
empresarios tienen que poner de su parte y ver el valor añadido que aportan los trabajadores. En la medida en que inviertan en tecnología para lograr una mayor productividad y los trabajadores tengan unas condiciones salariales y sociales de dignidad en el trabajo, alcanzaremos la mejora constante en los niveles de producción, de participación… Si eso no cambia, si el empresario solo mira a los trabajadores como aquello que le permite obtener un beneficio, pero le importa muy poco o nada su vida, la vida de su familia, la dignidad de la sociedad, la conciliación familiar…, si todo esto le importa poco entraremos en una situación difícil. Espero que todo eso se pueda corregir

 

Restablecer el equilibrio en la negociación colectiva

UGT alerta de que, aunque España recuperará los niveles de riqueza previos a la
crisis en 2017 (según las previsiones del Gobierno), necesitaremos cuatro años
más para recuperar los niveles del empleo, en términos cuantitativos. Pero, además, según el sindicato, este empleo será mucho peor: más precario, temporal, parcial y con menos derechos. Para evitar esto, UGT asegura que es preciso restablecer el equilibrio en la negociación colectiva y derogar las prerrogativas que permiten a los empresarios fijar condiciones laborales de forma unilateral. Prerrogativas que han venido de la mano de la actual normativa laboral.

El sindicato considera que hay que derogar la reforma laboral de 2010
y de 2012 y recuperar la plena autonomía de las partes para garantizar una
negociación colectiva equilibrada y capaz de mejorar la calidad del empleo.

 

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