ENTREVISTA

La responsabilidad social empresarial debe pasar por un cambio de modelo productivo


Camil Ros,

secretario de Política sindical de UGT

Camil Ros 23/12/2010

En un momento de crisis económica y de debate laboral como el actual, los sindicatos juegan un papel esencial en la partida. Para Camil Ros, la responsabilidad social debe iniciarse desde dentro de la empresa, mejorando las condiciones laborales de los trabajadores y fortaleciendo la formación profesional de los mismos. Los vínculos existentes entre Gobierno, empresa y sindicato deben afianzarse ahora más que nunca porque los tres stakeholders se necesitan para seguir hacia adelante.

¿Cómo se concibe la RSE en UGT?

Para nosotros la RSE es hablar de un cambio de modelo productivo. No es un tema nuevo, hace muchos años que hablamos de ello. En 1998, en UGT Cataluña ya hablábamos de mayor participación de los trabajadores en la empresa, de realizar producciones de acuerdo con elentorno, y de que, evidentemente, el trabajador no es un mero elemento que entra y sale y cobra a final de mes. En UGT querríamos que la RSE fuera el núcleo ver tebrador de todas las empresas.

Las reformas laborales actuales van en contra de la RSE: si volvemos a reducir el debate del mercado de trabajo a temas de costes laborales, de flexibilidades externas, es decir, despidos, estamos yendo en contra de la RSE y del camino que ya se ha hecho.

La responsabilidad social empresarial debe ser el conjunto de la empresa, y en este sentido hemos llegado a ciertos consensos pero no se ha profundizado. Desde lo público, tras el inicio de la crisis, se ha renunciado bastante.

Pero son muchos los que afirman que a pesar de la crisis, la RSE subsiste y que no tiene por qué ser contradictorio un término frente al otro...

Creo que desde el punto de vista de gestión pública y privada, situar la RSE es afrontar la crisis en mejores condiciones, y por tanto, salir de ella en una situación mejor a la actual. Por ejemplo desde el punto de vista de la Administracion Pública, donde dicen que no tienen recursos, sería inteligente que con todo lo que llevan a cabo de contratación pública pudieran situar en los concursos públicos una serie de ponderaciones que valoraran si hay RSE o no. Hemos conseguido acuerdos en empresas para que como mínimo tenga que haber dentro de la organización un plan de formación, de igualdad, etc. Yo creo que RSE son estos elementos, porque no se trata sólo de llevarse muy bien con el entorno sosteniblemente hablando, de hacer colaboraciones sociales, o de subvencionar un club de baloncesto.

¿La figura del sindicato responsable, a qué rasgos o políticas responde?

Nosotros tenemos dentro de nuestra actuación sindical –en el ámbito de la empresa- aparte del Comité de empresa, la Red de agentes por la igualdad, es decir, delegadas y delegados de las empresas que asumen la tarea de trabajar por la igualdad. También tenemos delegados de prevención, de medio ambiente, etc. es decir, aparte de las funciones propias del Comité, como puede ser la elaboración de planes formativos para la gente de las posiciones más bajas de una plantilla, existen muchas otras tareas.

¿Formación profesional en detrimento de la formación universitaria?

En España la formación, el sistema y la cualificación de la gente es un triángulo invertido. La parte gruesa debería ser la formación profesional, porque tenemos mucha gente con baja preparación. El 70% de los parados tiene una cualificacion baja o ni siquiera la tiene, por tanto, las personas que pierden el trabajo son las que tienen una menor preparación. Esta proporción coincide con las empresas que tenían un modelo productivo basado en costes a corto plazo, que han quebrado. El gran reto de la formación es equiparar una hora de trabajo en la cadena de producción a una hora de trabajo de formación. Si no entendemos la formación como una inversión de la empresa, vamos por mal camino, porque igual que invertimos en maquinaria hay que hacerlo en las personas. Las empresas responsables son las que saben conseguir el equilibrio. Nos deberíamos plantear un contrato de trabajo de ocho horas en el que dos de ellas fueran de formación, por tanto sería un derecho y una obligación para el trabajador.

¿No es muy utópico? Sería fantástico, pero no sé si todas las empresas estarían dispuestas a ello

Para eso está el sindicato, para que la utopía se llegue a conseguir. Hablar de formación hace unos años aún era peor, ahora como mínimo hay planes de formación en las empresas y existe una mínima sensibilidad. El discurso se ha asumido, aunque no se ha llevado del todo a la práctica.

El camino de la prevención de riesgos fue similar: la norma de PRL era del 1995 y hasta que se aplicó pasó un tiempo. Ahora evidentemente las empresas serias aplican la prevención, y en la formación hay que ir por el mismo camino.

El debate de la flexibilidad es de ida y vuelta, es decir, la gente que trabaja en la empresa debe adaptarse a los procesos productivos y a su vez, la empresa debe adaptarse al trabajador si necesita conciliar, no puede ser que sólo uno reciba la flexibilidad.

Trabajan muy en sintonía con todos sus afiliados, pero ahora más que nunca el grueso de la necesidad les necesita. ¿Cómo afrontan esa responsabilidad?

El sindicato siempre es necesario, porque tan sólo su presencia significa que hay mejores condiciones de trabajo. Desde el punto de vista de las empresas y también desde el de la sociedad, cuando toma más relevancia es en un contexto como el actual. La actitud que estamos tomando los sindicatos de rechazo a los recortes sociales es de responsabilidad. No puede ser que en un momento de despilfarro económico todo se resuma en recortes a las pensiones, no es de justicia.

Tenemos que salir de otra manera de la crisis, porque los sindicatos hemos demostrado reiteradamente que tenemos capacidad de negociación y de acuerdo. Evidentemente ante la imposición y las reformas que no se aguantan por ningún lado, no nos encontrarán firmando acuerdos, pero para eso estamos en un proceso de movilización, porque hace falta garantizar el estado de bienestar. Tenemos que plantearnos qué modelo queremos seguir: el del norte de Europa, el del norte de Marruecos, el modelo americano, o el que hemos tenido hasta ahora, que creo que es lo que desea la mayor parte de la gente. Si se decide hacer reformas deben ser equilibradas, no puede depender todo del trabajador.

En la nueva realidad social: inmigración, jóvenes en paro y con contratos precarios, prejubilaciones... ¿qué papel está jugando UGT?

Yo creo que estamos en una crisis desconocida. Antes cuando se hacía huelga general era contra algo en concreto, y luego se conseguía o no.

Ahora el re chazo es contra lo que pueda venir. No sabemos qué puede pasar de aquí a dos meses, ni sabemos si lo que nos están contando es verdad o no. Estamos luchando contra un modelo social y dando la cara frente a una crisis que ha tomado una dimensión estatal, europea y mundial.

El 15 de diciembre ha habido movilizaciones a nivel de toda Europa, cada uno en su formato estatal para afirmar que hace falta un cambio en el modelo social europeo. A día de hoy, Merkel, Sarkozy y Berlusconi son los que están dirigiendo el continente, y no son personas neutras.

El impacto que tiene la globalización de esta crisis se traduce en jóvenes con más paro, en gente que se queda a partir de los 50 años sin trabajo y con dificultades para reincorporarse al mercado laboral... los sectores más precarios aún sufren más la crisis económica. Y en el caso de los inmigrantes, hay que encontrar salidas, no se les puede usar y tirar como a un pañuelo. El reto pasa de nuevo por la formación, capacitando a la gente para que encuentre más posibilidades de lograr un empleo, sino estaremos creando dos o tres sociedades.

¿La RSE ha mejorado las relaciones del sindicato y la empresa?

Eso dependería del día y de la empresa. La RSE, no tanto como marca, sino como modelo que promueve una mayor participación, y por tanto de coparticipación y decisión, en situaciones de crisis económica continúa para las empresas que ya trabajaban en esa línea. Cuando desde ciertos sectores empresariales ven que el sindicato lo que hace es mantener puestos de trabajo, que no se limita a negociar despidos, y que llamamos a la puerta de Industria, Trabajo, etc. se dan cuenta de que nos necesitamos mutuamente. Esta es la RSE que durará siempre. Al final, empresa, trabajador y sindicato nos necesitamos, y no sólo cuando la situación sea mala.

¿En qué aspecto considera que el trabajador se encuentra más desamparado?

Yo creo que muchos empleados no saben que su empresa está haciendo RSE, o se lo han resumido en cuatro carteles que cuelgan en las paredes para motivarles. La empresa debe implicarles de manera activa en el proyecto. Si lo hacen, ellos verán que les aporta un beneficio, si no es económico, de mejores condiciones de trabajo. No hay que olvidar que la gente va a trabajar para poder cobrar a final de mes, no por nada más. Por lo tanto hay que involucrar a todo el mundo.

La mejor empresa es aquella en la que sus empleados afirman con la cabeza bien alta trabajar allí una vez se encuentran fuera de su oficina o de su puesto, es decir, cuando sienten orgullo de pertenencia.

Sindicatos, empresas y trabajadores nos necesitamos

• La RSE es hablar de un cambio de modelo productivo.

• El gran reto de la formación es equiparar una hora de trabajo en la cadena de producción a una hora de trabajo de formación.

• El trabajador debe adaptarse a los procesos productivos de la empresa, y a su vez, ésta debe adaptarse al trabajador, no puede ser que sólo uno reciba la flexibilidad.

• La actitud de rechazo a los recortes sociales que estamos tomando los sindicatos es de esponsabilidad.

• Empresa, trabajador y sindicato nos necesitamos, y no sólo cuando la situación sea mala.

• La mejor empresa es aquella en la que sus empleados, una vez salen del trabajo, afirman con orgullo trabajar allí.

• Muchas personas buscan trabajo valorando el salario, pero también otros elementos como la flexibilidad.

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