ENTREVISTA

La ISR ya gestiona en España el 27% de todos los activos de inversión


Jaime Silos,

presidente de SpainSIF

Jaime Silos 28/07/2015

 

A falta de pocos meses para su finalización, ¿qué valoración puede hacer del Plan Estratégico Trie- nal 2013-2015?
Hoy en día SpainSIF aglutina a toda la cadena de valor de la Inversión Socialmente Responsable en España: organizaciones gestoras, entidades financieras, proveedores de servicios ISR, organizaciones sin ánimo de lucro vinculadas a la ISR y sindi- catos. SpainSIF tiene en la actualidad más de 50 socios y, teniendo en cuenta que el mercado de inversión en España es relativamente pequeño, estamos muy satisfechos.

Por otro lado, la ISR ha crecido mucho en los últimos años. En España tenemos más de 90.000 millones de euros de activos bajo gestión con un mandato socialmente responsable, lo que supone el 27% de todo el patrimonio gestionado en Espa- ña. Si unimos estos dos aspectos, los objetivos de la asociación ahora no son tanto que crezca cuan- titativamente, como cualitativamente.

Entonces, ¿cuáles serán a partir de ahora sus principales retos como nuevo presidente de la asociación?
Tenemos varias ideas sobre las que me gustaría ir tra- bajando, pero luego tendrán que ser aprobadas en el siguiente Plan Estratégico que comenzará el próximo año. En primer lugar, hay que fomentar la experiencia para que la gente entre en contacto con los productos de inversión, puesto que, al utilizarlos, se desmitifican algunos de los falsos mitos que existen en torno a la inversión responsable, como que al apostar por ellos se renuncia a la rentabilidad.
Un segundo ámbito de actuación es incrementar cualitativamente la información sobre ISR.
Sabemos que tenemos un 27% de activos bajo gestión con un mandato ISR, pero desconocemos cuánta es la intensidad de esa inversión. Por eso, tenemos que avanzar en la transparencia en torno a las políticas de inversión. Un tercer eje es la capacitación. Es preciso fomentar la educación financiera en la inversión. En España aproximadamente el 15% del ahorro financiero de las familias va a productos de inversión en el mercado de capitales; el resto son depósitos. Por tanto, si no se tiene exposición al mercado de capitales, no se pueden hacer estrategias de ISR.Y esa educación también pasa por los asesores de inversiones y redes comerciales, con  el fin de hacerles ver que esta clase de inversión consigue resultados positivos, a la vez que se alinea con los valores del ahorrador.

¿A través de qué herramientas se pueden llevar a cabo todas estas medidas?
No puedo anticipar demasiado, porque se ha de consensuar en la Asamblea General, pero a priori sería a través de las nuevas tecnologías. Queremos potenciar mucho la página web de SpainSIF para darle atributos que permitan canalizar estas actividades. De momento, uno de los grandes hitos en este sentido ha sido la creación de un portal de fondos de ISR, que contiene ya más de 150 productos. Sobre esa base, ahora se podría añadir alguna característica adicional que permita, además, hacer simulaciones o interacciones. También sería interesante potenciar la comunicación a través de las redes sociales. Sabemos que la ciudadanía no es muy sofisticada desde el punto de vista financiero, por lo que hay que llegar de una manera más fácil e inequívoca para hacerles ver que existen oportunidades de inversión que se alinean con sus valores, y que además son rentables.

¿Cuáles considera que son las claves para que se haya producido ese crecimiento de la ISR que comenta?

Hay tres motivos por los que tiene sentido hacer una ISR. El primero es porque a los inversores les gusta que sus inversiones reflejen sus valores. Este es un factor muy importante y que está activando la ISR; pero desafortunadamente no funciona así la mayoría del mercado. El segundo son los riesgos. Lo que vemos cuando analizamos los principales escándalos corporativos es que la mayoría de los procesos de destrucción de valor de las empresas se producen por algún shock ASG (ambiental, social o de gobierno corporativo). Finalmente, el tercero es la generación de “alfa”. Esto, en una cartera de inversión, es un retorno anormalmente positivo distinto del mercado. En otras palabras, cómo uno es capaz de generar una rentabilidad positiva adicional por encima de lo que hace el mercado por sí solo como consecuencia de elegir compañías que tienen algo positivo para la sociedad.
Todo ello se ha desarrollado mucho en los últimos meses y ha hecho que la ISR aumente. Además, y paralelamente a esto, hay un fenómeno importante que es la revolución de los bonos verdes o sociales. Este año se van a emitir en todo el mundo 100.000 millones de dólares de este tipo, lo que supone multiplicar por veinte las emisiones de hace cinco años.

Sin embargo, la ISR todavía es un concepto más al alcance de las grandes empresas que de las pymes y los ciudadanos, ¿no es así? 

Efectivamente. Vivimos una etapa de la ISR muy vinculada a los mercados de valores de capitales, fundamentalmente a las acciones y a los bonos de renta fija. Las empresas grandes y cotizadas tienen un incentivo especial, porque pueden capturar financiación como consecuencia

de poner en valor su responsabilidad social. Para la pyme lo veo aún alejado. Quizás los fondos de capital riesgo sean una mejor alternativa. En este sentido, y aunque hay ejemplos cada vez más importantes, todavía no es una práctica generalizada dentro del capital riesgo entregar aspectos de sostenibilidad. Ahora bien, poco a poco se va a avanzando en ello, porque vamos acumulando muchas evidencias que vinculan la competitividad con la sostenibilidad. Esto hace que cada vez sea más lógico para cualquier tipo de inversión tenerlo en cuenta.

En cuanto al ahorrador en España, cuesta más llegar a él por ese déficit de cultura financiera. Pero sí estamos viendo signos muy positivos en los planes de pensiones, sobre todo en aquellos fomentados por las empresas para sus empleados, donde hay un mayor grado de profesionalización y los representantes de los trabajadores
están más sensibilizados con estos temas.

¿Qué frena el fomento de la ISR?

No creo que actualmente haya grandes barreras. Por mencionar una, yo diría las culturales. No hay que olvidar que la ISR es una “híper-sofisticación” de la inversión. Pasamos de un mundo de dos dimensiones, donde sólo se mira la rentabilidad y el riesgo; a uno en 3D, donde se añade también la responsabilidad. Esto hace que sea un poco más difícil; pero cuando analizamos los datos de mercado, no veo ningún freno, sino todo lo contrario. Vemos que la ISR está bajando por una rampa con una pendiente favorable, con crecimientos de doble dígito todos los años.

 ¿Y en qué casos las empresas pueden recurrir a SpainSIF para que les asesore en este ámbito?

Hay que entender que Spainsif no tiene como misión el realizar actividades de asesoramiento, sino tratar de potenciar el desarrollo de la inversión responsable. Partiendo de esta idea, somos un foro abierto donde todo lo que producimos lo hacemos público y cualquiera puede consultar nuestra información. Por ejemplo, una de las acciones que llevamos a cabo, y que tienen muy buena acogida, son los desayunos periódicos, a los que puede asistir cualquier persona interesada. En ellos se profundiza bastante en los temas de actualidad de ISR y los asistentes aprenden mucho al respecto.

Finalmente, ¿considera adecuado el avance legislativo que está teniendo la ISR en España?

En este aspecto no me puedo pronunciar en nombre de SpainSIF, pero a título personal sí puedo decir que el marco normativo actual es eficiente, en el sentido de que no impone una gran carga regulatoria pero sí establece un marco que permite avanzar a la ISR. Por ejemplo, en materia de pensiones la norma invita a las gestoras a hacer público si se tienen o no en cuenta aspectos sociales, ambientales y de buen gobierno en las políticas de inversión. Quizá se puede avanzar en el futuro hacia un mayor desglose en torno a cómo se instrumentan estos criterios de ISR, pero debemos recordar que se encuentra en sus primeras etapas de desarrollo y por lo tanto debemos ir acompasando la regulación a la maduración de la industria.
De modo que, desde mi punto de vista, no veo urgencia para hacer un desarrollo normativo exhaustivo, sino más bien la necesidad de ahondar en temas concretos que puedan facilitar la comprensión por parte del ahorrador.

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