ENTREVISTA

Debería regularse que las grandes empresas informen o expliquen sus impactos no económicos


Juan Pedro Galiano,

presidente de Forética

Juan Pedro Galiano 29/04/2011

Para Juan Pedro Galiano, presidente de Forética y director de Reputación y Marca de Adif, la RSE “es una forma inteligente de hacer empresa”. La institución que preside se posiciona a favor del modelo danés de reporting, es decir, en la necesidad de que las grandes empresas informen o expliquen por qué no informan acerca de los impactos no económicos de su actividad.

Además, en Forética creen que un Informe de RSE o de Sostenibilidad debería contener no sólo información acerca de los impactos económicos, ambientales y sociales de una compañía, sino también sobre su estrategia, compromisos, iniciativas puestas en marcha y resultados obtenidos en estas materias.

Hace unos meses Forética renovó su junta directiva y usted ocupa desde entonces su presidencia. ¿Cuáles diría que son los objetivos de esta nueva junta?

En primer lugar hay que decir que el punto de partida era una situación positiva, ya que Forética es una organización de referencia en España en materia de ética y responsabilidad social, y contamos con un equipo de gestión excelente. No se trataba por lo tanto de dar un giro a la marcha de la asociación, sino de profundizar en el trabajo que ya se estaba realizando.

Así, nos marcamos cuatro objetivos: el primero, potenciar la participación y el diálogo con los socios (informarles con transparencia, escucharles, reforzar los servicios que les presta la asociación); en segundo lugar, desarrollar proyectos sectoriales y temáticos para profundizar en las diferentes dimensiones de la RSC y en la incidencia de ésta en, por ejemplo, la competitividad de las empresas y eficiencia de las organizaciones en general, porque la RSC es un tema de “inteligencia empresarial”. El tercer gran objetivo es el de impulsar la proyección institucional e internacional de la Asociación (organizar eventos de referencia en España, participación en los principales foros nacionales y en las redes de RSC de Europa y Latinoamérica). Y, por último, potenciar el conocimiento y la investigación en materia de RSC: herramientas de gestión, estudios sobre diferentes aspectos de la RSC, colaboración con universidades y escuelas de negocio.

A partir de estos objetivos generales hemos elaborado un plan estratégico para los próximos dos años. Es el plan que ya ha aprobado la Junta Directiva y que estamos empezando a implantar.

El número de socios de Forética va aumentando, pero ¿aprieta la crisis económica a la organización?

La crisis no nos ha perjudicado en el número de socios. Ha aumentado en número y en el peso de los socios, tanto en la entrada de empresas significativas como en otros ámbitos.

Además, las cuentas de Forética están saneadas, hay equilibrio financiero y todo eso se comunica de forma transparente a todos los socios.

Creo que algunas empresas, precisamente por la crisis, han vuelto la mirada a la RSC como una palanca que les permita a medio-largo plazo ser más competitivas.

Forética ha participado, desde su creación en 1999 en los principales foros en materia de RSE y ética empresarial. ¿Cuál diría que es el nivel de los mismos en la economía española?

Creo que en España hay un intenso nivel de participación y debate en torno a la RSE. Digamos que la RSE está muy viva, y se sigue avanzando para que se convierta realmente en un vector estratégico en la gestión de las empresas y otro tipo de organizaciones. El peso de la RSE en la economía está aumentando, al verse como una palanca fundamental para la competitividad de las empresas, algo tan necesario en la situación económica actual. Eso ha dado lugar a foros, seminarios, encuentros…Hay mucha necesidad de saber y de información al respecto. Y eso es bueno. Pero también es verdad que algunas iniciativas son más serias y profesionales que otras, Con el tiempo esto se normalizará y seguirán dándose pasos.

De todos modos, aún estamos lejos de que el de la RSE sea el modelo mayoritario en las empresas españolas o en el sector público, por lo que el nivel de impacto en la economía es ampliamente mejorable.

El diálogo entre stakeholders es una de las patas principales para una política de sostenibilidad empresarial. ¿Cuáles diría que son las claves de su éxito?

En primer lugar diría que el diálogo con los grupos de interés (G.I.) es la base desde la que se construyen: no podemos hacer RSC y crear empresas sostenibles sin contar con sus grupos de interés, sus opiniones, expectativas y necesidades.

Dicho esto, creo que las claves del éxito del diálogo con los G.I. son básicamente dos: creérselo y gestionarlo bien, dentro de un proceso de mejora continua. Y ¿qué significa creérselo?. Pues sencillamente afrontarlo con la convicción de que es necesario y positivo para la organización, de que hay que superar las inercias y los miedos frente al diálogo. Las empresas están más habituadas a trasladar mensajes que a escuchar a sus G.I., están más acostumbradas a responder, a reaccionar, que a tomar la iniciativa del diálogo. Y ¿por qué es positivo?. Porque la transparencia, la honestidad y el diálogo son la base para construir la confianza, que es vital para el éxito y la sostenibilidad de la empresa.

Por otra parte, una buena gestión de dicho diálogo implica identificar todos los grupos clave para la empresa, establecer prioridades, analizar las relaciones que la organización tiene con cada grupo, identificar los canales más adecuados para establecer o mejorar ese diálogo, poner en marcha las iniciativas para mejorar el diálogo y la colaboración con los G.I., y, finalmente, evaluar las acciones desarrolladas.

¿Cuáles cree que han sido hasta ahora las principales aportaciones de Forética a la divulgación y la promoción de la RSE?

Forética lleva ya diez años impulsando la divulgación y la implantación de la RSE en España (en los últimos años también estamos presentes en Latinoamérica y en los foros europeos más importantes).

Creo que nuestra aportación fundamental durante estos años está relacionada con el rigor y la profesionalidad a la hora de generar conocimiento y herramientas de gestión de la RSE que permitan avanzar a las organizaciones (no sólo a las empresas) y mejorar su gestión.

Además, es fundamental tener en cuenta que somos una asociación integrada por empresas (grandes y pymes), fundaciones, ONG, universidades y profesionales. En este sentido, aportamos una visión plural de la RSE , y no sólo la visión de las empresas.

España es el país con más firmantes del Global Compact y más memorias de sostenibilidad certificadas por el GRI, pero tras una primera ola de adeptos a la RSE el ritmo de “afiliación” parece haberse reducido. ¿Qué opina al respecto?

Efectivamente, se ha reducido. Yo creo que por una parte hemos vivido un boom en los últimos años en cuanto a las memorias de sostenibilidad, y es lógico que el proceso de crecimiento se normalice, se haga más lento. Por otra parte, probablemente la crisis ha provocado, dentro de un proceso de ajuste y reducción de costes, que algunas empresas hayan aplazado la incorporación de este tipo de herramientas de comunicación y transparencia.

El que haya muchas memorias de responsabilidad certificadas o verificadas siguiendo el modelo GRI no significa que seamos los más responsables del mundo, sino que había interés por estar dentro de esta corriente. Pero el propio GRI se ha dado cuenta de que tiene que aumentar el rigor con el que se validan las memorias según su estándar porque deben tener un proceso de elaboración y difusión que signifique realmente un ejercicio de transparencia para el ciudadano en general y eso también tiene un amplio margen de maniobra. Es importante que se avance en unas reglas de juego comunes para dar credibilidad a la memorias y, por tanto, a las políticas de responsabilidad corporativas.

El GRI es un buen estándar porque marca un proceso de elaboración desde la consulta a los grupos de interés hasta el resultado final que es riguroso con indicadores generales y sectoriales que reflejan la parte nuclear de las organizaciones. Pero que también es mejorable porque todos sabemos que para que el resultado sea creíble tenemos que mejorar el proceso y GRI lo está haciendo porque cada año es más exigente.

¿Cuál es su opinión acerca de qué debería ser entendido por Informe de RSE o de Sostenibilidad? y ¿cree que debería regularse por ley?

Un Informe de RSE o de Sostenibilidad debe recoger, básicamente, la estrategia, compromisos y desempeño de una organización sobre sus impactos en la sociedad, más allá de sus resultados financieros, desde el punto de vista económico, ambiental y social.

En cuanto a su regulación, la tendencia en Europa, y ésta es la posición que respaldamos en Forética, es a regular con un alcance limitado. Es decir, no creemos que todas las empresas tengan que estar obligadas por ley, pero sí que las grandes empresas (cotizadas o no) debería informar sobre sus impactos no financieros o explicar porqué no informan. No es ni más ni menos que el modelo que ya se está aplicando en Dinamarca.

En cuanto a los contenidos, el informe debería contener no sólo información sobre los impactos económicos, ambientales y sociales sino también sobre la estratregia, compromisos, iniciativas puestas en marcha y resultados obtenidos.

¿Cuáles cree que son los grandes retos en materia de RSE en las empresas españolas hoy?

El reto sigue siendo trasladar la RSE a la estrategia, a la operación y a toda la cadena de valor de la organización, con todo lo que ello implica: cambio cultural, sistemas de gestión, etc.

Hoy en día son minoría, aunque cada vez son más, las empresas que están realmente comprometidas con la RSE, que la han incorporado a su modelo de gestión y negocio.

Es un proceso lento, pero consistente e imparable. Imparable porque la RSE, y esto es lo que muchas empresas ya han descubierto, aporta competitividad, eficiencia y construye relaciones de confianza con las personas y los grupos sociales, y esta confianza es crítica para el éxito empresarial.

¿Cuáles son las mayores dificultades con las que se enfrentan los responsables de RS de las compañías para llevar adelante políticas y acciones de RSE?

Las principales dificultades tienen que ver, en este momento, con la escasez de recursos generada por la crisis, ya que la RSE también supone costes y los beneficios económicos son mayoritariamente a medio y largo plazo, aunque también los hay a corto. También son las resistencias culturales o de mentalidad en las propias empresas, con la falta de consolidación de herramientas que permitan medir el impacto de la RSE en la cuenta de resultados y con la falta de madurez en la demanda de RSE por parte del mercado: consumidores, inversores, Administración, empleados, etc.
¿Cuál debería ser el papel de la Administración Pública en la promoción de la RSE?

En primer lugar incentivar: investigación y conocimiento, desarrollo de herramientas, premiar, reconocer. Por otro lado, la Administración Pública también puede hacer un trabajo de sensibilización y de educación: formar, difundir, informar…. También debe establecer las “reglas del juego” respecto a la transparencia, los informes de RSC/Sostenibilidad, las verificaciones de dichos informes, la normalización y certificación de sistemas de gestión de RSE, etc. de forma que se genere credibilidad y confianza en los públicos respecto a la RSC. Por último, la Administración Pública debe autoaplicarse la RSE (como comprador, como organización, etc.).


Una asociación rigurosa y plural


• La nueva Junta Directiva de Forética se marcó como objetivos: potenciar la participación y el diálogo con los socios; desarrollar proyectos sectoriales y temáticos para profundizar en las diferentes dimensiones de la RSC; impulsar la proyección institucional e internacional de la Asociación y potenciar el conocimiento y la investigación en materia de RSC.
• Las claves del éxito del diálogo con los grupos de interés son, básicamente, creérselo y gestionarlo bien, dentro de un proceso de mejora continua.
• Somos una asociación pural, integrada por empresas, fundaciones, ONG, universidades y profesionales.
• Creemos que las grandes empresas (cotizadas o no) debería informar sobre sus impactos no financieros o explicar porqué no informan.

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