Este año hemos querido que Demos tenga un hilo conductor que apele a lo que las fundaciones y la filantropía han aportado y pueden seguir aportando en el futuro inmediato, independientemente de sectores y tipologías: su contribución al bien común. Tanto a su definición y materialización, como a aquello que constituye su aportación más genuina, lo común interpretado desde la sociedad civil.
Como otros años queremos que Demos sea una muestra de la labor que hacen las fundaciones. Es limitada porque el sector es muy amplio y hace muchísimas cosas y no todas pueden estar. Este año, además de dar especial protagonismo a los jóvenes que vienen con muchas ganas de cambiar cosas queremos poner de relieve que nos encontramos en un momento complejo en lo económico y social en general, pero también de fuerte polarización que puede ser especialmente negativo para el Tercer Sector, la sociedad civil y la filantropía. Por supuesto hablaremos de Ucrania, pero también del “miedo” – pandemia, guerra y crisis – y cómo esos elementos pueden comprometer nuestro espacio y cómo pueden actuar las fundaciones. Tenemos una gran responsabilidad.
Desde luego que lo es. Cuando hablamos de bien común nos referimos a aquello que es bueno y beneficioso para todos los miembros de una comunidad o sociedad. Es una expresión que nos interpela a todos, no sólo al individuo. En la AEF, cuando hablamos de bien común, nos gusta mucho también referirnos a otra palabra, filantropía, que es amor al género humano porque las fundaciones nacen de un acto filantrópico, de una filantropía que está estructurada y organizada y que hace las cosas de modo profesional.
La filantropía no es algo abstracto sino algo tangible en nuestro día a día. La investigación médica, la dependencia, la formación de posgrado, la cultura y otros cientos de ámbitos más avanzan cada día gracias y hacen más fácil la vida de las personas gracias a la filantropía. No olvidemos que, sólo en España, hay 40 millones de personas que, de una manera u otra, se benefician de la labor de las fundaciones. Y, en realidad, todos lo vamos a hacer en algún momento de nuestra vida porque ¿acaso no nos vamos a poner enfermos, por ejemplo? A veces se ve al sector como un sector reivindicativo pero a lo que nos dedicamos fundamentalmente es materializar muchos de los derechos de los ciudadanos: el acceso a la educación, a la vivienda, a la cultura, etc.. la igualdad efectiva de oportunidades.
Los ganadores representan los valores del sector en el cumplimiento de los fines de interés general y la excelencia en el mundo fundacional. Todos merecen un gran reconocimiento social por la labor que desarrollan.
Lola Manterola y Diego Megia, premio a la Iniciativa Filantrópica, como creadores de la Fundación Cris contra el Cáncer. La fundación nace de la necesidad de apoyar la investigación de cáncer y, en sus más de 10 años, ha invertido casi 30 millones de euros. Ha puesto en marcha 418 ensayos clínicos en Unidades CRIS y Proyectos CRIS, trabajando hasta el momento con 198 investigadores/as, lo que supone 81 líneas de investigación, con 739 publicaciones científicas, 634 comunicaciones a Congresos Médicos Nacionales e Internacionales y 64 tesis doctorales vinculadas a proyectos de CRIS contra el cáncer.
La Fundación Youth Business Spain (YBS), premio a la Colaboración, ha creado una red de entidades por el autoempleo y el emprendimiento juvenil en España y, desde el año 2013, sus servicios han sido utilizados con más de 20.000 personas de toda España contribuyendo a la creación de más de 4.500 pequeños negocios en nuestro país.
El Premio a la Innovación social ha recaído en la Fundación Unidad ELLIS Alicante, “Instituto de Inteligencia Artificial centrada en la Humanidad” que tiene como fines la investigación científica de excelencia en Inteligencia Artificial (IA) para el bien social, formación del talento joven investigador, difusión de conocimiento científico-tecnológico y liderazgo de pensamiento a nivel mundial. El trabajo de ELLIS Alicante ha contribuido a la definición de políticas públicas en la Comunidad Valenciana durante la pandemia de coronavirus con impacto en sus 5 millones de habitantes.
Y, por último, el Premio a la Comunicación ha sido para la campaña Transparentes, un proyecto de la Fundación Llorente y Cuenca que visibiliza al colectivo trans y sus barreras de inserción sociolaboral en España con la finalidad de sensibilizar a las empresas, las instituciones y la sociedad para contribuir a incentivar su contratación.
La ponencia del Congreso para la reforma se reunió hace unas semanas, después de que el presidente de la Comisión de Hacienda en el Congreso, Eloy Suárez Lamata, lo anunciara en el acto sobre la reforma de dicha ley que la AEF organizó en la Cámara Baja el pasado 17 de octubre junto a varias organizaciones del Tercer Sector. Y no hay más avances. Existe una propuesta de reforma liderada por el PDeCAT que contó con el apoyo de la mayoría de los grupos parlamentarios en su admisión a trámite (aumento de las deducciones fiscales para las donaciones de personas físicas y jurídicas, en particular para el micromecenazgo, aumento de los límites a las donaciones deducibles y ampliación del concepto de donación incorporando las donaciones de servicios, por ejemplo). Las organizaciones del Tercer Sector, incluida la AEF, han realizado de forma conjunta una serie de propuestas y se han presentado por todos los grupos un número relevante de enmiendas que conforman una amplia base para negociar.
El principal escollo es que el PSOE no acaba de apoyar la propuesta de reforma que ya existe y sobre la que se puede empezar a trabajar. El presidente del Gobierno anunció una reforma en el debate del estado de la Nación pero está claro que ya no da tiempo antes de que acabe la legislatura. El sector no conoce ni siquiera un anteproyecto si este existiera. Por eso, lo mejor es llegar a acuerdos en torno a la proposición de ley que está en tramitación. El contexto económico en el que estamos es muy preocupante. No son buenos tiempos para las organizaciones sin ánimo de lucro. La financiación de muchas actividades de interés general y el apoyo a colectivos muy diversos podría verse comprometida porque hay que tener en cuenta que la última reforma de la Ley del Mecenazgo es de hace 20 años.
Las reivindicaciones de la AEF pasan por una reforma urgente de la Ley del Mecenazgo porque, como solemos decir, el sector no puede esperar más. Y también por la reforma del Protectorado de Fundaciones porque el sector fundacional necesita modelo de supervisión moderno, que las haga crecer. Un modelo ágil al tiempo que transparente porque los actos del Protectorado y del Registro, con excesiva frecuencia, resultan contradictorios, retroactivos, incomprensibles, arbitrarios o injustificados. Lo que llevamos años pidiendo a la Administración es que lleve el Protectorado de Fundaciones a un ministerio transversal, como puede ser Justicia, donde está residenciado el Registro. Pedimos un Protectorado independiente, profesional - no es que los funcionarios no lo sean pero debería contar con distintos perfiles - y colegiado para las decisiones más sensibles. Además hemos pedido insistentemente la puesta en marcha del Consejo Superior de Fundaciones, la última vez a la ministra de Política Territorial Se trata de un órgano previsto desde la Ley de Fundaciones de 1994. Para esto último serían necesarios ligeros retoques, pero no se requiere ningún gran proyecto y se puede poner en marcha en esta legislatura.
