ENTREVISTA

El trabajo en colaboración ayuda a transformar el sistema


Carmen García de Andrés,

presidenta de Fundación Tomillo

Carmen García de Andrés 07/03/2018

Fundación Tomillo nace en 1983 con el propósito de contribuir a la mejora social y al desarrollo de la persona. Un equipo formado principalmente por maestros, pedagogos y psicólogos desarrolla los distintos programas dirigidos a la infancia, adolescencia y familia, así como a la formación y la orientación sociolaboral. Además, cuenta con un área de innovación y estudios desde el que realiza asesoría de proyectos sociales, evaluación y medición del impacto social.

 

¿Cómo ha evolucionado la labor de Fundación Tomillo en sus 35 años de existencia?

Empezamos buscando fórmulas para encontrar empleos y fomentar el autoempleo para los jóvenes y hemos ido evolucionando en el análisis de qué les pasa a estos jóvenes, por qué no tienen empleo, por qué no tienen formación… Entramos en el mundo de la formación para el empleo y empezamos a diseñar programas con una visión muy experiencial y muy enfocada al empleo real. Desde siempre, Fundación Tomillo ha estado muy vinculada al mundo empresarial, buscando formaciones que conecten con la necesidad de las empresas a nivel de perfiles y de competencias. Y, a partir de ahí, hemos ido avanzando hacia atrás en la vida de los jóvenes y buscando respuestas al por qué llegan a la adolescencia sin formación. A raíz de esto, empezamos a trabajar en la prevención del abandono escolar temprano en la secundaria obligatoria y hemos llegado hasta la primera infancia, trabajando con las madres para transmitirles la importancia de la educación de sus hijos.

 

¿Cuál considera que es la causa del abandono escolar temprano?

Cuando profundizas te das cuenta de que, en gran medida, la falta de éxito escolar está relacionada con la ausencia de expectativas que tiene el entorno respecto de ese joven. Si nadie espera nada de ti, es más difícil desarrollar tus capacidades. Somos muy conscientes de que el sistema que rodea al joven y al niño puede marcar la diferencia, y por ello trabajamos mucho con los colegios, las familias, el entorno, la comunidad, los servicios sociales… porque todos estos actores crean una expectativa a la que el niño responde avanzando en su vida.

 

¿La formación es la garantía para una igualdad de oportunidades?

Es una parte esencial. Para nosotros la clave está en el aprendizaje. La formación y el desarrollo de competencias son herramientas básicas para la inclusión en la sociedad, pero lo importante es acompañarles en su aprendizaje y darles herramientas para que ellos aprendan.

 

¿Cuál es la gran barrera que tienen estos jóvenes?

Una de las barreras que tiene un chaval de un entorno desfavorecido son las carencias en su educación socioemocional y que se manifiestan cuando va a una entrevista de trabajo, cuando decide qué se pone… Por ello, tenemos programas para ayudarles a que entiendan cómo se va a una entrevista, cómo se hace una entrevista… El desarrollo de competencias socioemocionales es esencial en la educación y es lo que puede marcar la diferencia en muchos casos.

 

Todos los programas se realizan en colaboración con instituciones y empresas. ¿Por qué?

Hemos nacido con una vocación de entidad que trabaja en colaboración con la administración pública, empresas, entidades sociales, fundaciones… El trabajo en colaboración ayuda a transformar el sistema, y con ello las causas de las desigualdades. En este sentido, el papel de la empresa es obvio porque es el actor que crea empleo y no podemos formar a jóvenes para empleos que nadie demanda. Al hablar con la empresa surgen ideas innovadoras, vemos cuáles son sus demandas. Nuestra propuesta complementa las competencias transversales para la empleabilidad, de desarrollo de habilidades sociales, de comunicación...

 

¿Cuál es el esquema de trabajo conjunto con una compañía?

Tenemos un modelo básico, que llamamos Formación Compartida, que es un modelo de formación donde trabajamos con la empresa desde el diseño hasta la última fase de integración laboral del joven. Trabajamos conjuntamente en la detección de una oportunidad laboral que no se esté cubriendo y que, desde el punto de vista social, sean profesiones adecuadas para jóvenes con un nivel de cualificación medio o bajo y, a partir de ahí, diseñamos la formación. En muchos casos son formaciones a medida para una empresa y, en otros, son formaciones sectoriales. En general, tratamos que sean formaciones que permitan arrancar un proceso de carrera profesional. También diseñamos la ejecución del programa. En algunos casos, dependiendo de las profesiones, tenemos profesores y educadores especializados en estas disciplinas, pero en otros casos no. En estos casos asumimos la parte formativa en habilidades sociales y emocionales, que es nuestra especialidad en cuanto a trabajar con estos jóvenes y empoderarles, motivarles, acompañarles para que no desfallezcan.

 

¿Cómo seleccionan a los jóvenes participantes?

En el proceso de selección es muy importante detectar aquellos jóvenes que, aunque vienen de experiencias fallidas, tienen esas ganas de aprender o pueden rescatarlas. En este proceso, Fundación Tomillo aporta mucho valor. Y, finalmente, en la parte de ejecución intentamos integrar a la empresa y a sus partners, ya sean clientes o proveedores, con lo cual también es una herramienta útil para que la empresa refuerce las relaciones con sus stakeholders. Luego se imparte la formación, se evalúa y posteriormente tenemos un área de intermediación laboral donde trabajamos mucho todo el tema de prácticas, de experiencia laboral y la inclusión laboral real, ya sea en la empresa con la que hemos trabajado o en el sector. Este sería un modelo completo, aunque en algunas ocasiones las relaciones son más parciales.

 

¿Cuál considera que es la clave del éxito en este proceso?

Una de las claves es ser capaces de detectar o descubrir la vocación porque estamos hablando de jóvenes que proceden del abandono prematuro y, como institución, no nos podemos permitir que vuelvan a fracasar, que vuelva a elegir mal. Por este motivo el proceso de selección es tan importante, porque es una selección que va en dos sentidos: nosotros seleccionamos a los jóvenes, pero ellos eligen la formación y la profesión. En ese proceso hay esa parte previa de orientación, de descubrimiento de la vocación, de exponerles las distintas profesiones, que las vean y las conozcan. Por otra parte, también es muy relevante todo el trabajo que desempeñan los orientadores y los mentores a la hora de garantizar el éxito porque la tentación del abandono es permanente.

 

¿Qué programas destacaría?

Los fogones de Tomillo es un nuevo proyecto de emprendimiento social en el que trabajamos de una manera integral. Tenemos una escuela de formación básica en cocina y en sala, y hemos decidido crear una pequeña empresa, donde ofrecemos un modelo de catering con un perfil claramente social y en la que trabajan alumnos o exalumnos.

En el ámbito de jardinería, estamos transitando desde la formación en mantenimiento de parques y jardines hasta la instalación de cubiertas vegetales con huertas o jardines, donde no solo se entiende que el espacio verde reduce contaminación, sino que también es un espacio para crear comunidad y fomentar la colaboración.

Por otra parte, la formación en electricidad ha derivado en sostenibilidad doméstica y tenemos un programa donde los jóvenes van a las casas de personas en situación de pobreza energética y junto con los profesores y voluntarios de empresas hacen una revisión y diagnóstico del nivel de eficiencia energética y de los suministros del hogar. Se basa en la metodología Service Learning, aprender y prestar un servicio sollidario. Es muy potente porque les pone en la situación de ser el que sabe hacer algo y enseña al otro. Ese cambio de mirada les cambia la vida.

 

Arte y cultura al servicio de la empleabilidad

Cultura y arte forman parte de ese bagaje, que ayuda a prosperar en la vida. No solo es un espacio de disfrute y belleza. Valorar el arte forma parte de esas ganas de aprender y cuando vas al mundo de la empresa ese gusto por la cultura y el arte se percibe. Por ello, Fundación Tomillo está diseñando programas que incorporan temas culturales y artísticos para que la belleza y el arte no sean algo minoritario ni generen barreras adicionales.

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