ENTREVISTA

Nos caracterizamos por ser una Fundación innovadora en el ámbito social


Nuria Fernández Roma,

gerente de Marketing y Comunicación de Fundación Juan XXIII Roncalli

Nuria Fernández Roma 30/01/2019

Desde hace medio siglo Fundación Juan XXIII Roncalli trabaja en favor de la inclusión social y laboral de las personas con discapacidad a través de la formación y del trabajo. Su Centro Especial de Empleo cuenta con una plantilla de más de 350 empleados, el 80% de los cuales presenta algún tipo de discapacidad. Entre sus líneas de actividad se encuentran: servicios de marketing, servicios logísticos, gestión documental, servicios de recursos humanos, catering, regalo promocional y productos hortofrutícolas ecológicos.

 

¿Qué es Fundación Juan XXIII Roncalli? ¿Cuál es su misión?

Fundación Juan XXIII Roncalli es una organización sin ánimo de lucro que lleva más de 50 años trabajando en favor de las personas con discapacidad intelectual. Nació en 1969 cuando Amparo Martínez y Luis Arroyo fundaron el primer colegio Juan XXIII para niños con discapacidad intelectual y, posteriormente, viendo la necesidad que existía de incluir a las personas con discapacidad en el mundo laboral, crearon la primera línea de negocio del Centro Especial de Empleo. A partir de ahí empezó a crecer hasta convertirse en lo que es en la actualidad. El Centro Especial de Empleo cuenta con ocho líneas de negocio, ofrecemos formación y tenemos un centro de día y un centro ocupacional donde ayudamos a las personas con discapacidad intelectual con mayores necesidades de apoyo.

 

¿Cuáles son las principales líneas de negocio?

Somos un Centro Especial de Empleo de iniciativa social con una línea de negocio de marketing directo, donde se retractila, se hacen mailings, packaging y manipulados. También contamos con una línea de logística y de documentación, el servicio de catering, la organización de eventos y productos ecológicos. Este es el grueso del Centro Especial de Empleo.

 

En el ámbito formativo, ¿qué tipo de formación imparten?

A través del Centro de Formación para el Empleo impartimos formación especializada y certificada a alumnos con discapacidad intelectual. Para ello, tenemos un convenio con la Universidad CEU San Pablo, y otros centros universitarios.

En este ámbito, por ejemplo, formamos a los alumnos en catering y, posteriormente realizan las prácticas en nuestras cafeterías o en nuestro servicio de catering para pasar, finalmente, a la empresa ordinaria. También hacemos formación en jardinería, de informática… En definitiva, se trata de formación especializada que les permita encontrar un empleo de calidad.

 

¿Por qué la Fundación se centra exclusivamente en el ámbito de la discapacidad intelectual?

Creemos que es un sector que necesita mucho apoyo. Tanto la administración pública como otras entidades engloban todas las discapacidades y consideramos que no debería ser así porque cada una tiene sus propias peculiaridades, cada una tiene sus grados, la forma de actuar es diferente y sus formas de apoyo también deben ser diferentes. Nosotros creemos que, hoy por hoy, a la sociedad todavía le cuesta entender la discapacidad intelectual y se necesita bastante apoyo para eliminar esos miedos, prejuicios y tabúes.

 

¿Estamos más acostumbrados a ver o convivir con una discapacidad más física que intelectual?

Alrededor de la mitad de los empleados del Centro Especial de Empleo son personas con discapacidad intelectual y cuando nos encargan un catering, algunas empresas piensan que las personas no tienen discapacidad. Lo que pasa es que no es visible. Todavía falta esa sensibilización y concienciación sobre la discapacidad en general y en particular sobre la discapacidad intelectual.

 

Llevan 50 años trabajando en favor de las personas con discapacidad intelectual. ¿Cómo ha evolucionado su realidad?

Ha evolucionado mucho. Las instituciones y organizaciones como la nuestra han hecho mucho trabajo para que, hoy en día, haya habido un gran avance tanto en leyes como en inclusión sociolaboral, pero todavía queda mucho por andar. Cuando una empresa o institución no se plantee que tiene que cumplir el 2% de empleados con discapacidad en sus plantillas, podremos decir que hemos llegado a una inclusión total. El hecho de que las empresas incluyan en sus plantillas a personas con discapacidad para cumplir un cupo demuestra que queda mucho por hacer.

 

¿Considera que los Centros Especiales de Empleo son una fórmula para que las empresas que no contratan personas con discapacidad puedan cumplir la ley?

Hay empresas a las que les gustaría cumplir ese cupo, pero no pueden porque las personas con discapacidad no tienen la formación necesaria o no cumplen el perfil que sus negocios requieren. A menudo, las personas con discapacidad abandonan los estudios a los 18 años y esto hace que sea difícil encontrar a ingenieros o a arquitectos con discapacidad para cubrir sus vacantes, con lo cual tienen otras opciones como el Centro Especial de Empleo. Por eso es muy importante hacer hincapié en la formación de las personas con discapacidad.

Por otra parte, creo que las empresas que contratan servicios a Centros Especiales de Empleo no lo hacen por cumplir la ley, sino porque les gusta el servicio que ofrecemos, les gusta nuestra misión y la mayoría de las veces lo compaginan. Es decir, contratan a personas con discapacidad en sus plantillas y contratan nuestros servicios.

 

Entonces la formación y el trabajo son las principales vías de inclusión social…

La formación y el trabajo son complementarios porque la formación es la herramienta que va a permitir, el día de mañana, que la persona pueda tener una inclusión sociolaboral de calidad y que esté integrada plenamente en la sociedad. Y no solo eso, sino que se vea válida y tenga autoestima. Por ello, formación y trabajo tienen que ir de la mano.

Por otra parte, debemos empezar a eliminar la idea de que las personas con discapacidad deben hacer el trabajo precario que nadie quiere. Están totalmente capacitadas para hacer todo tipo de trabajo dentro de sus capacidades. Hay muchos grados de discapacidad y hay muchos trabajos y mucha actividad empresarial en la que pueden encontrar su hueco.

 

¿Qué opinión le merece la Ley General de la Discapacidad?

Creo que es un paso importante que nos favorece. Estos pasos nos dicen que vamos por el buen camino. Es muy grato que se haya modificado la antigua LISMI y que ahora se refleje que los Centros Especiales de Empleo de iniciativa social tenemos un papel importante. Es un paso clave porque nos vamos creando nuestro espacio tanto en el mundo empresarial como en la sociedad. No obstante, todavía queda mucho por hacer y el ámbito de la discapacidad intelectual es muy amplio y todavía está por explorar.

 

¿Qué le parece que las empresas tengan en cuenta la discapacidad en sus políticas de RSE?

Las empresas se han dado cuenta de que la Responsabilidad Social Empresarial es una herramienta estratégica no solo porque genera valor sino porque hace que sus empleados se sientan felices y orgullosos de trabajar en su empresa, y eso se nota en la cuenta de resultados. Ser responsable es positivo y las empresas lo están interiorizando cada vez más porque es una herramienta muy potente.

 

¿La Fundación realiza actividades de voluntariado corporativo?

Sí, tenemos un departamento de Consultoría de RSE y asesoramos a las empresas sobre cómo pueden hacer su RSE y les diseñamos un planning de actividades para que puedan desarrollarlo a lo largo del año.

En este sentido, destaca el Integra Camp, un campamento urbano de verano al que pueden asistir los hijos de los empleados de las empresas que colaboran con nosotros y pueden hacer actividades con personas con discapacidad. Es una manera de sensibilizar a los niños sobre la discapacidad. También ofrecemos un servicio de apoyo a los familiares con discapacidad a través del cual les asesoramos, atendemos y orientamos.

 

¿Por donde pasa el futuro de la Fundación Juan XIII Roncalli? ¿Cuáles son los siguientes pasos?

Nos caracterizamos por ser una Fundación innovadora en el ámbito social. No nos conformamos con lo que tenemos y, lejos de ver las nuevas tecnologías como algo negativo, pensamos que pueden generar mucho empleo. Por ello, estamos trabajando en el Proyecto IDEA (Innovación Disruptiva Empresarial de Alto valor) a través del cual estamos investigando nuevos nichos de mercado para poder crear líneas de negocio que creen empleo de calidad y que no esté reñido con las nuevas tecnologías. Creemos que las nuevas tecnologías y la innovación son una herramienta muy importante de apoyo para las personas con discapacidad. Por ello, nos estamos asociando con empresas punteras en el sector de la alimentación, de la energía y de la logística para que conjuntamente podamos encontrar esa línea de negocio innovadora que dé la oportunidad de crear nuevos puestos de trabajo para las personas con discapacidad intelectual.

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