ENTREVISTA

La Bolsa Social quiere ser un actor de las finanzas éticas


Jose Moncada,

fundador y director general de Bolsa Social

Jose Moncada 14/02/2016

La Bolsa Social es una plataforma de financiación participativa (crowdinvesting), la primera autorizada por la CNMV en España, que nace para financiar empresas con potencial que produzcan un impacto positivo en la sociedad y el medio ambiente. Creada en octubre de 2014 por un grupo de profesionales del mundo de las finanzas, la tecnología, el derecho y el emprendimiento social, la Bolsa Social impulsa en España la financiación  ética y el emprendimiento con impacto social positivo.

¿Qué es la Bolsa Social?
La Bolsa Social es una plataforma de financiación participativa, también conocida como crowdfunding de inversión. Es decir, es una plataforma online a través de la cual los inversores pueden invertir y convertirse en socios de empresas que amplían capital. La peculiaridad de la Bolsa Social es que buscamos empresas que además de tener un modelo de negocio probado y potencial de crecimiento, estén produciendo un impacto positivo en la sociedad y en el medio ambiente que sea medible. Éstas son las empresas que queremos impulsar porque la Bolsa Social quiere ser un actor de las finanzas éticas.

En la Bolsa Social hablan de “inversiones con alma”. ¿A qué se refieren?
En la actualidad se está produciendo un cambio de mentalidad y cada vez hay más gente que incorpora criterios éticos a sus decisiones económicas de ahorro, de consumo, de inversión, de emprendimiento... Por otra parte, cada vez más las empresas quieren mejorar la vida de los demás o proteger el medio ambiente, o ser más innovadoras en la manera en la que hacemos determinadas cosas para tener un impacto positivo y, finalmente, cada vez hay más inversores que quieren invertir en este tipo de empresas que reflejan sus valores. Por todo ello hablamos de inversiones con alma, donde el inversor es un inversor de impacto social que busca rentabilidad para sus ahorros, pero también producir un impacto positivo para la sociedad y el medio ambiente.

Además, es la primera plataforma de financiación participativa autorizada por la CNMV. ¿Qué les aporta esta autorización?
El pasado mes de abril el Gobierno aprobó la Ley de Fomento de la Financiación Empresarial, también conocida como la Ley del Crowdfunding. Esta ley nos pone requisitos muy exigentes de capital, de transparencia, de conflicto de intereses, de recursos propios, de honorabilidad y nos somete a la supervisión de la CNMV. La Bolsa Social es la primera y única plataforma de financiación participativa autorizada por la CNMV en España.

¿Qué tipo de empresas son susceptibles de formar parte de la plataforma?
Para formar parte de la Bolsa Social exigimos tres condiciones a las empresas: que tengan un impacto social o medioambiental positivo medible, un modelo de negocio probado y potencial de crecimiento. Después, nuestro
Comité de Selección, del que forman parte Analistas Financieros Internacionales, analiza los proyectos con más detenimiento: el modelo de negocio, el mercado, el producto, la competencia, el equipo… Y una vez superada esta fase, realizamos un análisis en profundidad del plan financiero y una revisión legal simplificada, una due diligence, con el apoyo del despacho de abogados Gómez-Acebo & Pombo.

Entonces publicamos las empresas seleccionadas en la web de la Bolsa Social, los inversores registrados pueden acceder a toda la información de las empresas e incluso hacerles preguntas, y durante un plazo de dos a tres meses pueden invertir en la empresa. Invierten directamente en el capital, es decir compran acciones de la empresa y se convierten en socios. Durante este proceso Triodos Bank gestiona las cuentas especiales por cada uno de los proyectos donde se deposita el dinero de los inversores mientras dura la campaña de tal manera que si llegamos al objetivo de financiación que ha puesto la empresa, formalizamos la ampliación de capital en nombre de todos los inversores y pasan a ser socios de la empresa, sino devolvemos todas las aportaciones sin coste para los inversores.

Una vez que se ha financiado la empresa, tenemos un Pacto de Socios que protege los derechos del socio minorista y todos los inversores de la Bolsa social indican sus votos en torno al inversor de referencia que los representa en la Junta de Accionistas de la empresa y tiene derecho a nombrar a un consejero.

También han llegado a acuerdos con actores del ecosistema del emprendimiento social como Ashoka o UnLtd Spain. ¿Qué objetivos persiguen?

En primer lugar, impulsar y apoyar el emprendimiento social en España y, en segundo lugar, ayudarnos a identificar y seleccionar buenas empresas que encajen dentro de la filosofía de la Bolsa Social. Por otra parte, hemos creado junto con los principales inversores de impacto social del país la Red Española de Impacto Social (REDIS), de la que soy presidente. Es una asociación cuyo objetivo es impulsar la cultura de la inversión de impacto social en España y demostrar que tiene sentido invertir no sólo buscando la rentabilidad económica sino pensando en la generación de impacto positivo en la sociedad. Desde REDIS estamos trabajando para que se apliquen en España las recomendaciones del G-8 en materia de la inversión de impacto social.

¿Cuáles son estas recomendaciones?

A iniciativa del primer ministro británico, David Cameron, la inversión de impacto social ha entrado en la agenda del G-8 y se ha creado un grupo de trabajo presidido por Sir Ronald Cohen que ha emitido ocho recomendaciones con 22 acciones concretas para apoyar la inversión de impacto social y el emprendimiento social.

Desde REDIS hemos hecho una propuesta para que España se una a los países que están aplicando estas recomendaciones entre las que destaca la creación de un Consejo Nacional Asesor donde estén representadas la
Administración, las empresas sociales y los inversores de impacto social para traducir esas recomendaciones del G-8 en medidas concretas y una hoja de ruta nacional. Todos los países de nuestro entorno han establecido medidas como la aplicación de beneficios fiscales a la inversión de impacto social y a las empresas sociales, un marco regulatorio claro, la creación de un fondo para consolidar el ecosistema social, etc.

Desde REDIS creemos que es importante que España no pierda este tren y aplique estas recomendaciones del G-8. Por este motivo, nuestra labor es concienciar a administraciones y a políticos de la importancia de impulsar la inversión de impacto social como una herramienta que ayuda a solventar problemas sociales y medioambientales, además de atraer capital privado.

¿En qué situación está España a nivel de inversión de impacto social?
En una fase inicial, pero muy prometedora porque cada vez hay más empresas que quieren producir un impacto social y más inversores que buscan empresas que tengan una dimensión ética y representen sus valores. Y ahora damos un paso más allá de la Inversión Socialmente Responsable con la inversión de impacto. Se calcula que en España hay en torno a 200 millones de activos de inversión de impacto. Las cifras varían según  las fuentes, pero está claro que cada vez hay más gente que quiere hacerlo y por este motivo la Bolsa Social quiere conectar estas empresas con estos inversores. La Bolsa Social refleja el cambio de mentalidad que se está produciendo a consecuencia de la crisis y del uso de las nuevas tecnologías que, de una manera muy sencilla, nos facilita crear comunidades, hacer redes y financiar directamente empresas. 

¿Cómo está el emprendimiento social en España?
A raíz de la crisis, en España ha habido un cambio cultural muy positivo que, ha mejorado la visión de la empresa y del empresario. Se habla de la burbuja del emprendimiento, pero bendita burbuja porque surgen nuevas empresas, puestos de trabajo y se genera riqueza.

¿A qué se debe este boom?
El emprendimiento social está muy ligado a la transformación que ha experimentado el Tercer Sector. Ante la falta de financiación pública, muchas ONG, fundaciones y entidades se han visto forzadas a transformarse y buscar modelos de negocio empresariales. Por tanto, se ha producido una mutación del Tercer Sector hacia un modelo más sostenible que no sólo viva de donaciones sino que tenga una actividad propia a través de bienes y servicios queles permita financiar su actividad.

Cifras de referencia de la inversión de impacto

La inversión de impacto es una tendencia en auge. Cada vez son más los inversores que buscan financiar proyectos empresariales con los que se sienten identificados y que generan un impacto positivo en la sociedad o  el medio ambiente. Según el informe de JP Morgan y Global Impact Investing Network (GIIN), publicado en mayo de 2015, la inversión de impacto social alcanza actualmente los 60.000 millones de dólares en el mundo, frente a los 46.000 millones del año anterior.

En Europa, EuroSif muestra en su informe de 2014 un crecimiento del 131,6% de 2011 a 2013, con un aumento de 8.750 millones a 20.269 millones de euros. Concretamente, en España la cifra se sitúa en 2013 en torno a los 87 millones de euros. Según este estudio, por países, el ranking europeo en inversión de impacto lo encabezada Países Bajos (8.821 millones de euros), le siguen Suiza (4.231 millones de euros), Italia (2.003 millones de euros), Reino Unido (1.400 millones de euros), Alemania (1.366 millones de euros) y, algo más atrás, Francia (1.020 millones de euros).

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