ENTREVISTA

La colaboración entre empresas y entidades del tercer sector permite contribuir al cambio social


Silvia Sombría y Fátima Dolarea, Belén Perales,

directoras de la Fundación Capacis y directora de Ciudadanía Corporativa de IBM España de Fundación Capacis e IBM España

Silvia Sombría y Fátima Dolarea, Belén Perales 29/07/2015

IBM es una de las empresas internacionales más implicadas socialmente, tal y como lo demuestra su libro “Comprometidos con la comunidad. El valor del voluntariado en IBM”, en el que se conmemoran diez años de voluntariado internacional, con casi 270.000 empleados voluntarios (de una plantilla de 380.000) en 175 países. En este marco, IBM y la Fundación Capacis colaboran, entre otros proyectos, en el acompañamiento, formación e inserción laboral de jóvenes con inteligencia límite.

En qué consiste la colaboración entre IBM y la Fundación Capacis?
Belén Perales. IBM trata, como parte de su compromiso con la comunidad, de acercar la tecnología a distintas entidades o colectivos que por diferentes motivos pueden tener más dificultades para acceder a ella. El motor de todas las actuaciones que tenemos en el ámbito social es ese acercamiento a la tecnología, por lo que intentamos ofrecer lo mismo que ofrecemos a nuestros clientes a otros agentes con los que nos relacionamos.
Fátima Dolarea. En Capacis sabíamos que IBM colaboraba con muchas entidades sociales y que par ticipaba en muchos proyectos. Además, conocíamos a Belén, que es una persona que se implica mucho con los proyectos y que quiere conocer las organizaciones con las que colabora. Capacis surgió hace cuatro años y desde  el inicio nos intentamos poner en contacto con organizaciones empresariales y del tercer sector para abrirnos al mundo y darnos a conocer. Con IBM, empezamos con un proyecto y a partir de ahí hemos ido creando diferentes vínculos.
Belén Perales. Gracias a este tipo de experiencias he ido aprendiendo que un proyecto tiene éxito cuando tanto por parte de la empresa como de la entidad social se tiene la mente abierta, sin ideas preconcebidas. Se trata de ir conociéndose y de ver qué se puede construir juntos.

¿Qué actividades llevan a cabo juntos?
Belén Perales. Hay varias áreas en las que nosotros colaboramos con distintas entidades y, en concreto, 
con Capacis. Por una parte, damos apoyo institucional: hemos servido de intermediario con otras empresas, porque ese contacto puede resultar más difícil a una organización social. También ofrecemos los llamados “servicios pro bono”, que consisten en la consultoría en temas como las redes sociales, por ejemplo, para ayudarles a dar visibilidad a sus proyectos. Finalmente, en este área, IBM ha ofrecido financiación para distintos proyectos y ha puesto a su disposición equipamiento informático.
En cuanto a programas concretos, Mentorplace fue el primero que desarrollamos, a través del cual empleados de IBM forman parte de un programa de voluntariado y se convierten en mentores y tutores de jóvenes de Capacis. Hay un mentor para cada alumno, a quienes juntamos según su forma de ser y afinidades. Funciona muy bien, ayudamos a los jóvenes a tener un referente dentro de la empresa.
Fátima Dolarea. El primer día del proyecto, cuando las parejas se conocieron, fue muy especial para los alumnos porque pudieron visitar la empresa y ver que hay muchos profesionales de IBM que quieren dedicarles un tiempo. Ellos lo valoran mucho y les hace sentirse importantes. Además tenemos una aplicación propia para comunicarse online de forma directa siempre que lo necesiten.

¿Cómo es el día a día de ese mentoring?
Belén Perales. Por parte de los voluntarios, el feedback es estupendo, porque pueden estar en contacto con realidades que normalmente son invisibles. Ese contacto aporta muchísimo a los profesionales de la empresa: se fomenta la creación de equipo porque participan empleados de distintas organizaciones, que no se conocen, con un objetivo común. El programa es un complemento para la búsqueda de empleo, para los alumnos de Capacis, porque les ayudamos a tener un primer contacto, a compartir inquietudes. Pero independientemente del logro concreto, es muy importante el enriquecimiento personal. Va mucho más allá del mundo laboral.

También colaboran en programas de prácticas. ¿Las desarrollan a medida para este perfil de jóvenes?
Belén Perales. Debemos buscar el trabajo concreto en el que creemos que pueden encajar. En ese sentido, es muy importante la relación con los profesionales de Capacis, que conocen perfectamente a los chicos. Éstos son personas totalmente capaces, que tienen sus diferencias como las tenemos todos.
Fátima Dolarea. Estas prácticas son una oportunidad para nuestros alumnos de entrar en el mundo laboral. Generalmente, las experiencias son positivas y si no lo son, vemos que hay que encontrar el sitio perfecto para cada persona. Necesitamos establecer colaboraciones ya no solo con las empresas, sino también con personas que estén dispuestas a entender a quienes ayudan. Lo que buscamos es que la persona tenga un apoyo y no se sienta sola, y lo mismo para la empresa. Y si hay dificultades, queremos hablarlo con total confianza para intentar corregirlas.

¿Qué otros proyectos llevan a cabo?
Fátima Dolarea. En IBM nos están ayudando a mejorar nuestra política de comunicación y el impacto en las redes sociales, para poder contar mejor lo que hacemos. Es verdad que en ese ámbito no tenemos experiencia y nos ayuda mucho tener pautas de personas que sí que saben.
Silvia Sombría. Además, en Capacis tenemos un programa de viernes temáticos, donde hacemos diferentes actividades, como una forma distinta de aprender. Uno de ellos son los testimonios profesionales, donde un profesional de una empresa o entidad explica su experiencia laboral y formativa. Hemos realizados dos sesiones con IBM y Belén ha participado en uno de ellos, explicando su labor en el departamento de Responsabilidad Social. Fue muy bonito porque en ese momento teníamos a una alumna haciendo prácticas en IBM, así que hicieron la presentación conjuntamente.

El partenariado entre empresas y organizaciones del tercer sector va mucho más allá de la simple donación. ¿Cuáles creen que son los beneficios de este tipo de colaboración?
Fátima Dolarea. Desde nuestro inicio vimos la necesidad de que hubiera una colaboración, además de crear vínculos a largo plazo con las empresas con las que trabajábamos. El futuro está en la colaboración entre empresas y entidades del tercer sector, porque unidos sí que es posible hacer un cambio social, pero si va cada uno por su cuenta es muy complicado. Es necesario ir más allá de la simple filantropía, que los empleados se involucren y conozcan los proyectos en los que trabajan. Es enriquecedor para ambas partes.
Belén Perales. En el ejemplo concreto del programa de prácticas, es verdad que facilitas ese aprendizaje a los jóvenes en la empresa, pero esa persona te está ayudando también a hacer un trabajo real. El beneficio es mutuo. Y lo mismo ocurre con los empleados, porque tenemos trabajadores que han conocido a Capacis y logran ponerlos en contacto con otras empresas. Vamos creando redes que son importantes. Creo que es importante que por parte de dos entidades haya interés mutuo por conocerse y porque haya un proyecto común.

¿Cuáles son los objetivos de Fundación Capacis?
Silvia Sombría. Capacis surge de la necesidad de cubrir una gran demanda social en un perfil muy concreto de discapacidad intelectual para el que apenas existen recursos, como son los jóvenes con inteligencia límite. Se trata de un colectivo que es susceptible de inserción, puesto que tiene un potencial enorme, pero que se enfrenta a grandes dificultades para acceder al mercado ordinario de trabajo. Esto se debe, por un lado, a la escasa oferta formativa enfocada a las necesidades de este colectivo y, por otro, a su falta de especialización. Sabemos que el mercado laboral no está en su mejor momento, situación que marca muy especialmente a los jóvenes y significativamente a nuestro colectivo, cuya presencia en el mercado es de casi 40 puntos por debajo a la población sin discapacidad.
Para paliar esta situación, desde Capacis pensamos que no podemos poner el foco únicamente en el empleo, sino que también hay que ofrecer recursos formativos prácticos, que les ayuden en su capacitación profesional y realización personal. Entonces nuestro objetivo principal es la generación de empleo para estos jóvenes a través  de una formación previa adecuada y basada en el desarrollo de habilidades y competencias laborales, con el posterior seguimiento de la persona en su puesto de trabajo. Pero nuestro verdadero objetivo es que sean felices, porque generalmente han sufrido bastante en su etapa educativa anterior porque no se les ha sabido tratar ni entender muy bien. Lo primero que hacemos es acogerles y trabajar muchísimo su autoestima. Queremos que nuestra Aula sea un referente y un lugar de acogida, también para las familias,
que suelen estar muy desinformadas. 

¿Qué otros objetivos destacaria?
Silvia Sombría. La concienciación y el medio ambiente. Con respecto a la primera, buscamos sensibilizar al tejido empresarial, así como a la sociedad en general, sobre los derechos y la igualdad de oportunidades de las personas con discapacidad intelectual. En las empresas: a través de distintas colaboraciones para que la acción social se incorpore a la estrategia empresarial como generadora de valor y forme par te de la propia cultura de la empresa; y en colegios, universidades y escuelas de negocios, entendiendo la educación como factor clave determinante en el cambio social.
En cuanto al hecho de que contemplemos otras realidades sociales, como el medio ambiente, surge de la sinergia que se produce entre el Grupo Sylvestris y nosotros, cuando constituimos la Fundación: nos dejaron un despachito para que arrancáramos con nuestra idea y de ahí surgen proyectos conjuntos y la necesidad de unir el empleo de personas con discapacidad a la protección y desarrollo del entorno que nos rodea.

¿Con qué otras empresas mantienen colaboraciones continuadas y de qué tipo?
Silvia Sombría. Hemos tenido mucha suerte porque desde que nacimos, algunas empresas ya empezaron a implicarse y ahora están muy fidelizadas. Estamos muy agradecidos a la Fundación Ebro Foods, Enagas, Fundación ACS, Fundación Mapfre, Indra, UPS, Cisco Systems, Fundación Konecta, ING, Fundación Juan Miguel Villar Mir, Grupo Sylvestris, Barclays, FNAC, Leroy Merlin e Isban, por nombrar solo a algunas. No solo se involucran a nivel económico, sino también en voluntariado corporativo (en charlas, formación, rastrillos solidarios…), participando en muchas actividades, haciendo donaciones en especie y mucho más. Tenemos unas experiencias magníficas y estamos teniendo esa suerte de que poco a poco en la mayoría de casos vamos abriendo distintas vías.
Fátima Dolarea. Además, somos solo cuatro personas en la Fundación, así que sin la colaboración de las empresas sería imposible funcionar. Hay gente buena que decide involucrarse en el proyecto y nos ayuda mucho.

La colaboración entre IBM y Capacis se enmarca en el programa On Demand Community de IBM, que nació hace ya más de diez años con el objetivo de promover el voluntariado entre los empleados y ex empleados de la compañía. ¿Cómo valora lo conseguido en este tiempo?
Belén Perales. Es un programa mundial, que tiene lugar en los más de 170 países donde IBM está presente, con unos 250.000 empleados que colaboran actualmente de forma continuada o puntual (más del 50% del total). A nivel mundial se han dedicado más de 15 millones de horas a estas iniciativas.
En España tenemos más de 1.600 empleados y jubilados, que también contribuyen con este programa, con más de 100.000 horas de colaboración con alrededor de 300 entidades sociales y centros educativos. Uno de los logros de nuestro programa de voluntariado es que en muchos casos, los proyectos se han iniciado de la mano de los propios empleados. Cualquier trabajador que hace voluntariado en su tiempo libre puede solicitar una ayuda económica para el proyecto y la entidad con los que está colaborando. Es una forma de que la inversión
que se hace esté repartida y llegue a buenos fines, a cualquier tipo de entidad.
Intentamos enfocar los proyectos hacia iniciativas tecnológicas, de innovación, de formación, de empleo, pero al final estamos totalmente abier tos. Si clasificamos las iniciativas por temáticas, tocamos el desarrollo económico; la educación, formación y empleo; el fomento de la tecnología; la asistencia e integración, y la promoción de la cultura, además de participación en iniciativas fuera de España. En cuanto a educación, actualmente nos centramos en la promoción de las áreas de ciencias, tecnología y matemáticas, porque entendemos que es la alfabetización del siglo XXI. Intentamos acabar con el gap entre oferta y demanda.

¿En qué consiste el World Community Grid, que aprovecha la potencia de los ordenadores para resolver problemas de la humanidad?
Belén Perales. Cuando utilizamos un móvil, ordenador o tableta, utilizamos solo un 5% ó 10% de la capacidad total de proceso que tiene. Buscamos utilizar esa capacidad que se pierde para crear, a través de la informática distribuida, un “superordenador” con muchísima potencia de proceso que se dedique a proyectos de investigación, que necesitan mucha potencia de cálculo. Cualquier persona puede descargarse un software de un servidor central y a partir de ahí, su ordenador analiza un trocito de la información, que se envía a un servidor central que lo junta con el resto de datos. Te conviertes en donante de tiempo.
Actualmente tenemos más de tres millones de dispositivos conectados, unos 700.000 miembros en todo el mundo y el tiempo utilizado en proyectos de investigación es de más de un millón de años. Se han llevado a cabo 23 proyectos y cinco están en activo desde que el programa nació en 2004. Los proyectos suelen ser de temática médica o medioambiental. El primero de ellos, que analizaba todos los posibles plegados de las 120.000 proteínas humanas para detectar posibles anomalías que producen enfermedades genéticas, se completó en once meses, mientras que, sin esa potencia, se hubieran tardado 100 años en finalizarlo.

¿Qué otras iniciativas destacaría en materia de Educación y Desarrollo Económico? ¿Y en materia medioambiental?
Belén Perales. Por ejemplo, el programa Corporate Service Corps es un proyecto donde equipos de diez o doce empleados de distintos lugares viajan unas cuatro semanas a países emergentes para ayudar en determinados proyectos y ofrecer consultoría para tratar de resolver la problemática que se Diversificación del compromiso
haya identificado en cada caso: pueden ser problemas económicos, medioambientales, educativos…
De nuevo, todas las partes ganan. La empresa tiene empleados totalmente formados en un entorno global y diverso que aplican sus conocimientos y experiencias en proyectos y países diferentes. Además, estos proyectos ayudan a la empresa a establecer relaciones. Por otro lado, para los empleados es un aprendizaje, conocen
gente y trabajan en equipo, además de aportar sus conocimientos. Y en cuanto a los países y entidades receptores, reciben una consultoría de calidad excepcional y de forma gratuita.

El voluntariado, como protagonista

En el año de su centenario, en 2011, IBM dedicó su celebración precisamente al voluntariado. Tal y como lo explica su responsable de Ciudadanía Corporativa, Belén Perales, “se propuso a todos los empleados que dedicaran un día al voluntariado, así que en todos los países se organizaron iniciativas para dar cabida a ese interés”. La actividad se promovió en los 175 países donde la compañía está presente, mientras que en España, concretamente fueron 1.100 los profesionales se implicaron, con una programación que superó las 130 actividades. No en vano, IBM abre su libro sobre su compromiso social con una clara declaración de intenciones: “En la empresa, como en la vida, lo que haces es la mejor expresión de quién y de cómo eres”.

Diversificación del compromiso

Desde sus inicios, pero muy especialmente a lo largo de esta última década, IBM se ha centrado en ampliar su red de colaboraciones con organizaciones y entidades de todo tipo, en proyectos de muy variadas temáticas. En este sentido, IBM intenta poner toda su energía y conocimiento a disposición de causas muy diversas, por lo que solo un 20% de su contribución anual corresponden a aportaciones dinerarias. IBM colabora con proyectos de desarrollo económico, de formación y empleo, de tecnología, de asistencia e integración y de cultura y ciudadanía. En España, la empresa tecnológica colabora con entidades como apmÁfrica, El Baobab Solidario, La Kalle o Sociedad San Vicente de Paúl.

  Enviar entrevista






CAPTCHA Image