ENTREVISTA

Hemos logrado que la dimensión social se integre estratégicamente


Ana Sainz,

directora general de Fundación SERES

Ana  Sainz 09/07/2019

El próximo mes de noviembre, Fundación SERES cumplirá diez años centrada en promover que las empresas ayuden a crear valor y asuman su rol como agentes clave para resolver los problemas sociales. En esta entrevista, Ana Sainz hace balance de esta década a la vez que apunta los principales retos sociales en los que la empresa está destinada a jugar un papel fundamental.

 

Fundación SERES cumple diez años. ¿Cuál es su valoración?

A lo largo de esta década, siempre nos hemos mantenido fieles al propósito de SERES, es decir, que las empresas tengan un rol importante en la construcción de una sociedad más fuerte, más sana, con mayor crecimiento, menos exclusión y menos brechas, con un foco especial en los colectivos más desfavorecidos. Creo que estamos en la dimensión más exigente de la responsabilidad social. Estamos en la dimensión social y hemos logrado que se integre desde el punto de vista estratégico, más allá de la filantropía. Estamos realmente contentos pero, además, las compañías nos han acompañado porque cuando nacimos teníamos alrededor de 60 empresas y ahora somos 145, representamos el 75% del Ibex-35 y más del 30% del PIB, con un número importante de empresas no cotizadas y de multinacionales.

 

Siempre han defendido la importancia de la medición del impacto. ¿En qué punto nos encontramos?

Cuando nacimos, percibimos que no había la seriedad y rigor necesarios en este tipo de actuaciones porque había desconocimiento sobre cómo abordar estratégicamente el impacto social. En este sentido, la crisis ha ayudado y tenemos evolutivos que indican que las empresas han mantenido su nivel de inversión y de compromiso, hemos sido cada vez más exigentes, se ha incorporado más rigor y medición, y hemos multiplicado los impactos. SERES nació para unificar los indicadores habituales de la compañía y fusionarlos con indicadores de impacto social. Sigue siendo una de nuestras estrategias de SERES y ahora hemos integrado los ODS en nuestras herramientas de medición.

 

Este año SERES está abordando la demografía y la diversidad. ¿Cuáles son los retos?

La diversidad abarca aspectos como la raza, el género, la generación, la inclusión… trabajamos para incluir en las plantillas a las personas con discapacidad y mujeres víctimas de violencia de género porque son colectivos especialmente vulnerables ante el empleo. Pero otro gran reto es la diversidad generacional de las plantillas porque nos enfrentamos a la digitalización y ante un mercado laboral con empleo limitado a veces hay que elegir entre el talento joven o el de mayor edad. Ahí tenemos retos como, por ejemplo, cómo combinar la experiencia con el empuje de las nuevas generaciones o el riesgo en cuanto a soledad, falta de atención o escasez de productos y servicios para las personas mayores que abandonan el mundo laboral. Ahí corremos el riesgo de generar gente excluida y tenemos que analizar cuáles son los gaps y las nuevas barreras que tienen estos colectivos.

 

Hay quien advierte que la tecnología puede crear una nueva brecha. ¿Cree que va a generar inclusión o exclusión?

Creemos que la tecnología es una oportunidad, pero tenemos que entender los cambios que va a generar, incluirlos en nuestra estrategia de negocio e imponernos nuevas formas de actuar para no excluir a los colectivos más vulnerables. Para ello es necesario implementar la tecnología en todas las áreas de negocio y en el compromiso social de la empresa. En caso contrario puede suponer un riesgo porque la tecnología va a cambiar el mercado de trabajo, la inteligencia artificial modificará la toma de decisiones y luego está todo el ámbito de la protección de datos de las personas.

 

También trabajan en el ámbito de los Derechos Humanos. ¿Cómo explicar que afectan más allá de la cadena de suministro?

Efectivamente, los Derechos Humanos no solo se refieren a la cadena de suministro, van de cadena de valor y tienen en cuenta multitud de procesos y cómo la empresa se relaciona con clientes, proveedores y empleados. En este ámbito, hemos detectado que se trata de uno de los conceptos sociales donde el lenguaje empresarial y el lenguaje social difieren más, lo que provoca una falta de entendimiento. Por ello, hemos empezado a aunar mensajes para que todas las áreas entiendan por qué los Derechos Humanos también les afectan. En este sentido, hemos trabajado en hacer comprensibles los Principios Rectores de Naciones Unidas y los hemos unido con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

 

Hablando de los ODS, ¿cree que hay riesgo de un ODSwashing?

Los ODS han hecho una gran labor de unificar los grandes problemas globales y una importante tarea de concienciación y divulgación, pero el siguiente paso es ver cómo los están asimilando las empresas. Creo que, realmente, las compañías están integrando los ODS en sus estrategias, pero tenemos pendiente el reto del impacto. Si solo nos quedamos en visionar los ODS que más se vinculan a nuestra estrategia, corremos el riesgo de hacer un checkbox avanzado. Es necesario analizar realmente los impactos que generamos, dónde influimos más y que esto sea un compromiso de todos.

 

Otro ámbito de actuación de SERES es el papel del inversor…

Está muy bien que Larry Fink explique en su carta que prefiere compañías en el largo plazo, pero es necesario ver cómo se traduce en el día a día. Ante una tendencia alcista de inversión de fondos en compañías responsables, apostamos por un movimiento más transversal porque pensamos que un fondo sostenible no es el único que puede invertir en ISR. De nuevo, nuestro trabajo es dar claridad entre lo que las empresas entienden y defienden como responsable, y lo que piden los inversores y la sociedad.

 

¿En qué momento se encuentra la inversión socialmente responsable?

La inversión socialmente responsable ha crecido un 34% en el último año, pero hemos detectado que hay desconocimiento sobre conceptos como ASG, ISR, un fondo responsable... También es necesaria una mayor formación y educación en esta materia. Todavía te encuentras con gestoras de fondos que creen que la rentabilidad no va de la mano de la responsabilidad. Esto es así si estás posicionado a corto, pero si te posicionas a medio y largo plazo ambos conceptos van de la mano. Es necesario un proceso educativo y formativo sobre el tipo de inversión que quieres.

 

Este otoño van a celebrar la décima edición de los Premios SERES. ¿Qué novedades veremos?

Es un orgullo llegar a diez ediciones manteniendo un centenar de candidaturas y ser los únicos premios del mercado que van dirigidos a empresas y reconocen proyectos. El proyecto tiene que ser estratégico e innovador, y tiene que  generar valor social y retorno para que sea sostenible en la compañía. Como en las ediciones anteriores, este año premiaremos a tres candidaturas, pero además habrá un premio adicional a la trayectoria porque creemos que, si apostamos por implementar iniciativas sociales que sean sostenibles en el tiempo, es un buen momento para reconocer aquellos proyectos de más impacto que se han mantenido más de una década.

 

¿Cómo han evolucionado los proyectos presentados?

A lo largo del tiempo hemos constatado que las empresas responden a las necesidades del país donde operan. En la época precrisis, nos llegaban iniciativas de actuación en otros países, pero llegó la crisis y empezó a haber más proyectos en España destinados a colectivos desfavorecidos como la discapacidad, las mujeres víctimas de violencia o los jóvenes parados de larga  duración. También hay muchos proyectos de alfabetización, tanto financiera como digital, así como centrados en juventud, educación y niños. Los premios  nos dan una fotografía de esa conexión con la sociedad y lo queremos seguir premiando y reconociendo durante muchos años más.

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