Pilar Orenes
10/05/2021

Pedimos el compromiso real de los gobiernos con las políticas de infancia

Pilar Orenes, directora general de Educo

Educo es una organización que trabaja por el bienestar y los derechos de la infancia y contribuye a asegurar el derecho a la educación de calidad, a la protección y a la participación de los niños, niñas y adolescentes. Para ello, trabaja en 14 países, en contextos de paz con la mirada en el largo plazo, pero también en contextos humanitarios trabajando por el bienestar de la infancia en las situaciones más difíciles. Buscamos promover una sociedad más justa y equitativa en la que niños, niñas y adolescentes puedan ejercer plenamente sus derechos y tener una vida digna, sea cual sea su contexto.

¿Cuáles son los principales retos de la infancia hoy en día?

El principal reto que tiene la infancia sigue siendo que se cumplan sus derechos. En 1989 se aprobó la Convención sobre los Derechos de la Infancia y los Estados que la firmaron se comprometieron a cumplirlos, algo que sabemos que no está sucediendo hoy en día. Hablamos de que los niños y niñas puedan estudiar, que no tengan que trabajar, que estén protegidos de cualquier tipo de violencia, que puedan dar su opinión en aquellos asuntos que les afectan, que son muchos... y ¡que se les escuche! Ese es el gran reto al que se enfrenta la infancia, pero también toda la sociedad. Las personas adultas somos las principales responsables de que los menores puedan disfrutar de sus derechos.

 

¿Cómo ha afectado la COVID-19 a los menores?

Antes de la pandemia, las realidades con las que trabajábamos ya eran muy complejas, con problemáticas multidimensionales y causas profundas. La llegada de la COVID-19 lo ha agravado todo y esto incluye la vida de los niños y niñas, especialmente la de aquellos que se encuentran en situación de vulnerabilidad. De un día para otro, millones de alumnos se encontraron con las escuelas cerradas y sin los materiales o herramientas para seguir estudiando. Muchos padres y madres perdieron sus trabajos y vieron cómo la situación económica de la familia, que ya era muy dura, empeoraba aún más.

 

¿Ha llevado a Educo a diseñar nuevos programas?

Ante esta nueva realidad causada por la pandemia, nos vimos obligados a adaptar nuestra actuación. Contribuimos a evitar la propagación de la pandemia, a través del reparto de mascarillas o materiales higiénicos, y empezamos por adecuar nuestros proyectos para poder cubrir las necesidades más básicas de las familias y garantizar la educación de los niños y niñas. Por ejemplo, en función de los países, facilitamos el acceso a Internet o hemos repartido transistores para que los alumnos pudieran estudiar desde casa o hemos formado a docentes para que puedan dar estas clases a distancia. El impacto económico no ha tardado en llegar, por lo que también hemos repartido lotes de comida para garantizar la alimentación de los niños y niñas y sus familias...

Las personas adultas somos las principales responsables de que los menores puedan disfrutar de sus derechos

Uno de sus proyectos más emblemáticos son las Becas Comedor. ¿En qué consiste?

En España, uno de cada tres niños, niñas y adolescentes está en riesgo de pobreza y exclusión social. Estamos hablando de 2,5 millones de alumnos. Los datos nos indican que tenemos a miles de menores que tienen dificultades para recibir una alimentación adecuada. Con el programa Becas Comedor, que pusimos en marcha en 2013, queremos garantizar que los niños y niñas puedan disfrutar de, al menos, una comida completa y saludable al día. Son alumnos que, por diversos motivos, se quedan fuera del sistema y no han podido recibir becas públicas para el comedor escolar, a pesar de necesitarlas. Asegurar esa comida, el acceso al comedor escolar, garantiza que ese niño o niña asista a clase por la tarde y no se quede en casa después de comer, muchas veces solo. Evita la estigmatización porque sus padres no pueden pagar el comedor. Sigue estando con sus compañeros de clases, compartiendo tiempo con ellos y también aprende hábitos saludables. El comedor escolar facilita mucho más que una comida. Este espacio de mediodía es una oportunidad educativa fundamental para este alumnado vulnerable ya que es un ámbito de integración y socialización que debería formar parte del proyecto escolar. En verano, seguimos llevando a cabo el proyecto de Becas Comedor en colaboración con entidades sociales locales. La filosofía es la misma. Además de garantizar la alimentación de los niños y niñas, estos pueden disfrutar de un tiempo de juego y ocio participando en campamentos durante los meses de verano. Además, trabajamos con ellos temas de educación emocional, gestión positiva de los conflictos o uso responsable de las redes sociales, entre otros. Las actividades de ocio y tiempo libre son básicas para el desarrollo personal y es dónde se suelen generan las mayores desigualdades.

 

No obstante, este no es el único proyecto que llevan a cabo. ¿Qué otras iniciativas destacaríais?

En España, llevamos a cabo nuestro Programa Infancia dirigido a niños y niñas que viven en situación de vulnerabilidad. Les apoyamos a nivel educativo y trabajamos con sus familias y otros actores como las escuelas, los docentes o la administración, para asegurar espacios protegidos dónde se sientan seguros. Lo hacemos en colaboración con entidades sociales locales que son clave para lograr el impacto que buscamos Para Educo también es muy importante el trabajo en torno a las políticas que afectan a la infancia, es la forma de lograr que los cambios que queremos lleguen a todos los niños y niñas. Por ello, desde nuestro rol de sociedad civil, pedimos el compromiso real de los gobiernos con las políticas de infancia y le damos seguimiento. En esta línea, hemos trabajado activamente en la esperada y necesaria Ley Orgánica de Protección a la Infancia o, junto a Ayuda en Acción, Entreculturas y Plan Internacional, lideramos en España la Campaña Mundial por la Educación, cuyo objetivo es velar por el cumplimiento de los compromisos adquiridos por la comunidad internacional en materia educativa. La participación de la infancia es una línea muy importante para nosotros y promovemos el derecho de los niños y niñas a ser escuchados, a través de campañas como #ActivaLaEscucha., o facilitando, junto a nuestros socios de ChildFund Alliance y otras organizaciones de infancia que niños, niñas y jóvenes europeos contribuyan y aporten sus opiniones a las políticas de la Unión Europea que les afectan. Estamos desarrollando más de un centenar de proyectos en África, América y Asia. Proyectos como los que tenemos en Bangladesh, Malí o Benín para que los niños y niñas trabajadores y que viven en condiciones deplorables vuelvan a estudiar. También trabajamos en el Sahel con la infancia desplazada a causa de los problemas y conflictos de la región, y en América Central, acompañando a los niños y niñas que se desplazan para asegurar rutas seguras. A estos proyectos podemos sumarles muchos otros como los que tenemos con los refugiados rohingyas en Cox’s Bazar (Bangaldesh), los que estamos desarrollando en Bolivia contra la violencia sexual y la trata de niñas y adolescentes o los que realizamos en la India con la infancia más desfavorecida de los slums (barrios pobres de las ciudades) para prevenir el matrimonio infantil. En función de la región y del país las prioridades y actuaciones pueden ser diferentes, pero todas tienen el objetivo común de asegurar los derechos básicos y bienestar de los niños, niñas y adolescentes a través de la educación, la protección y la participación.

Las personas empleadas son los grandes aliadas para entidades como Educo

Para hacer realidad todas estas iniciativas necesitan la ayuda de la sociedad. ¿Cómo valoran la participación de las empresas en sus proyectos?

Si queremos un cambio social real, si queremos acabar con las desigualdades y que la nuestra sea una sociedad más justa, es imprescindible que todos los que formamos parte de esta sociedad nos comprometamos. Estamos convencidas de que las empresas juegan un papel clave como agentes de cambio y por ello buscamos establecer alianzas estratégicas con aquellas que incorporan el impacto social como parte de su apuesta por la sostenibilidad. Educo cuenta con el sector empresarial, tanto pymes como multinacionales, que contribuyen a nuestros programas en Burkina Faso, Guatemala, India o España, donde han tenido un papel clave durante la pandemia. Abordamos la colaboración con el sector privado como un diálogo en el que ambas partes trabajamos para identificar el mejor camino para lograr el impacto que buscamos. No solo recursos financieros: también experiencia, comunicación, o usando la innovación social para la búsqueda de las soluciones a los distintos retos que afronta la infancia más vulnerable.

 

¿Qué rol desempeñan o pueden desempeñar las personas empleadas?

Los empleados y empleadas son el mayor valor que tienen las empresas. Los equipos se sienten identificados con su espacio de trabajo cuando comparten el propósito, la misión, pero también cuando sienten que su jornada laboral está contribuyendo a hacer el mundo algo más sostenible. Ellas son grandes aliados para entidades como Educo, porque pueden impulsar que la acción social de las empresas sea una parte importante de sus políticas de sostenibilidad, y que se materialice a través de colaboraciones con organizaciones como Educo. En Educo consideramos a las personas empleadas de las empresas con las que trabajamos como un actor clave de esa colaboración. Les proponemos un rol activo proponiéndoles diferentes formas de participar: desde dedicar una pequeña parte de sus nóminas a nuestros proyectos que la empresa multiplica, ser partícipes de estos espacios de cocreación para identificar proyectos comunes, crear retos solidarios para financiar iniciativas concretas, hasta apoyar nuestra causa en sus redes sociales.

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