La política de sostenibilidad de Mastercard está englobada en la política más amplia de ESG de la compañía cuyos pilares son el desarrollo de las economías y el empoderamiento de las personas. Bajo nuestro leitmotiv “Doing well by doing good” entendemos que cada acción que realizamos tiene un impacto por lo que nos esforzarnos para que sea positivo. La compañía maneja ese impacto al establecer contacto con otros bancos, instituciones y la sociedad. También con los proveedores, nuestros clientes, los consumidores finales y nuestros empleados. Estas palancas las tenemos que activar eficazmente para lograr ese impacto positivo.
Queremos que nuestros servicios y programas innovadores ayuden al consumidor final y a nuestros clientes para que puedan cumplir su propósito de tener un consumo más responsable y sostenible.
La sostenibilidad es una cuestión presente en la agenda de todos los ejecutivos de las compañías. En Mastercard la retribución variable de todos los empleados está ligada a la consecución de los objetivos ESG y de sostenibilidad de la compañía anualmente. Al final articulas una necesidad de crear un futuro más sostenible y a largo plazo lo trasladas a toda la cadena de valor de la compañía.
Creo que en la parte de retribución, todo el mundo trabaja con un propósito y no solo por sueldo. En todos los estudios que realizamos al consumidor final, como en las encuestas de clima a empleados, observamos que existe una preocupación por la sostenibilidad. Los empleados quieren trabajar para una empresa que tenga unos valores acordes con los suyos. Esta retribución variable evidencia la preocupación que tiene la dirección de la compañía que, además es compartida por todos los empleados. No es la única palanca, pero evidencia que es un foco estructural de la compañía.
La integración de la sostenibilidad medioambiental en el crecimiento económico es un reto para las compañías de medios de pago. Como multinacional tenemos un papel activo y queremos liderar con el ejemplo, interiorizar esos valores y trasladarlos a todos los que tienen capacidad de influencia: nuestra red de contactos, proveedores, clientes y las soluciones que diseñamos para el cliente final. También es muy importante la colaboración público-privada. Las compañías internacionales y multinacionales también tienen la capacidad de aplicar herramientas eficientes de conocimiento que, en colaboración con entidades y administraciones públicas, pueden maximizar el impacto en la sociedad.
Considero que somos líderes y pioneros en iniciativas de sostenibilidad y preocupación por el impacto social. Los clientes finales españoles siempre manifiestan una preocupación mayor por el impacto de sus conductas de compra, por utilizar servicios de marcas que entienden que están comprometidas con los valores de sostenibilidad, y ligan esas decisiones también a sus lugares de trabajo, etc. Los países nórdicos siempre han liderado una mente más verde y naturalista, pero creo que España manifiesta una preocupación más profunda por estas cuestiones. Según el Barómetro “Percepción Sostenible en España”, el 66% de los españoles toma decisiones de compra en función del compromiso de las empresas con la sostenibilidad.
Tenemos muchos compromisos para 2025, pero en inclusión financiera están los mil millones de personas conectadas a la economía digital. Hasta ahora llevamos 780 millones. En 2022 incluimos a 100 millones de personas a través de programas, plataformas y activos. Queremos conectar a 50 millones de microempresas y medianas empresas mediante la aceptación de tarjetas y la emisión de tarjetas para ayudarles en su negocio, y ahí llevamos 35 millones desde 2020. Teníamos el objetivo de introducir a 25 millones de mujeres empresarias en el mundo de la economía digital a 2025 y ya lo hemos superado, ayudando a 27 millones de mujeres desde 2020.
A eso se suman 250 millones de dólares para pequeñas empresas que supuso una ayuda extra para combatir el impacto de la pandemia de cuáles se han repartido 244 millones a través de activos, programas y plataformas en aquellos países que lo necesitan.
En España hemos trabajado mucho con las pymes. Durante la pandemia desarrollamos un proyecto con los mercados municipales de Madrid para impulsar la vuelta al pequeño comercio ante el abuso que se hizo por internet de grandes compañías. Con los bancos hemos trabajado programas para enriquecer las tarjetas de pequeña empresa, ofreciendo servicios gratuitos de conexión, asesoría legal y de operaciones de IT. Tenemos algunas plataformas que les ayudan a capacitarles en el conocimiento para que puedan ser más competitivos. Respecto a las mujeres empresarias hemos participado en algunos programas del Ayuntamiento de Madrid a través de concursos para reconocer empresas lideradas por mujeres.
Nosotros no emitimos nuestras tarjetas, pero sí que nos preocupamos por disponer de un programa de certificación de proveedores, de fabricantes de tarjetas. Sólo trabajamos con aquellos fabricantes de tarjetas que tienen un compromiso sostenible, es decir, que compensan sus emisiones con una energía más sostenible. Es un programa de certificación en el que se les pregunta sobre su manera de trabajar.
Por otra parte, tenemos el sello Eco-Badge que identifica las tarjetas emitidas con un material sostenible. Además, queremos que el cliente pueda también satisfacer las necesidades del usuario final para tener un comportamiento más sostenible y, en este sentido, tenemos una calculadora de carbono para medir el impacto del comportamiento en compras y de pagos que tiene mucho éxito.
La otra parte del ciclo es el compromiso que hemos adquirido con la creación del plan de Priceless Planet Coalition. Es una plataforma en la que aunamos esa capacidad internacional con otras instituciones por un compromiso común consistente en la plantación de 100 millones de árboles antes de 2025. Llevamos plantados 4 millones de árboles y se ha conseguido financiación para reforestar 13 millones. Esta es la forma más eficaz de combatir el calentamiento global.
Es un hub global, con sede en Madrid, que está orientado a incentivar la transformación digital y la sostenibilidad de la industria de turismo. La economía mundial es muy dependiente del PIB que genera el turismo, una industria que crea muchos puestos de trabajo y tiene un alto impacto en las comunidades. Fue una de las industrias más afectadas por la pandemia y eso permitió pensar en su reactivación, pero de forma más sostenible, vigilando el impacto medioambiental, el impacto en la economía y en la comunidad que recibe a esos turistas. Nos pareció que tenía todo el sentido crear este centro de excelencia en España, un país que es número uno en turismo.
Alcanzar el reto de los 100 millones de árboles del Priceless Planet Coalition es un reto muy bonito y creo que, cuando lo consigamos, nos va a permitir soñar en grande y crecer en esa ambición. Por otro lado, trabajamos diariamente con los empleados para que todos seamos embajadores de la sostenibilidad. Sobre esta tarea, impulsamos políticas y las actividades internas, para que cada uno de nosotros contribuyamos con nuestro granito de arena. Este año, la mitad de la oficina dedicó un día a la recuperación del perímetro fluvial del Jarama retirando residuos, en la que recogimos 670 Kg de basura. Se hizo con mucho entusiasmo y me gustaría que lo repitiéramos más a menudo.
