Cristina Sánchez
08/05/2022

Muchos sectores pueden aprovechar la coyuntura actual para orientar adecuadamente sus estrategias

Cristina Sánchez, directora ejecutiva de Red Española del Pacto Mundial

En 2021, en plena crisis económica y sanitaria, la Red Española del Pacto Mundial incrementó en un 20% su número de socios, en comparación con el 2020. Una cifra que, además del buen trabajo del organismo, es un reflejo de la importancia que la sostenibilidad está ganando en el seno empresarial. No obstante, 2021 es un año de luces y sombras. Mientras que las acciones relacionadas con el cambio climático han experimentado un importante impulso, la pobreza y las desigualdades han crecido. Por todo ello, la Red Española del Pacto Mundial tiene entre sus objetivos ampliar el conocimiento de los ODS y la Agenda 2030 entre las pymes españolas, poner en el foco mediático la protección de la biodiversidad y los océanos e impulsar un mayor conocimiento de la importancia de los Derechos Humanos.

Recientemente han presentado el informe “ODS Año 6. La Agenda desde un enfoque sectorial”. ¿Cuáles son las principales conclusiones?

Cada año no solo hacemos ese análisis sobre el avance de cada ODS, sino que además nos enfocamos en un tema concreto. En esta edición quisimos hacer un enfoque sectorial porque en torno al 85% de las empresas ya está identificando y trabajando en los ODS en los que tienen un mayor impacto, pero este avance a nivel individual no se produce de una manera colectiva. De ahí que, desde el Pacto Mundial, apostamos por un enfoque sectorial para impulsar ese cambio sistémico de la economía, de los procesos productivos y de los procesos de consumo.

Otra de las conclusiones importantes es que continuamos viendo una brecha muy importante entre los ODS prioritarios identificados por las empresas y el establecimiento de compromisos concretos, cuantificables y con límite de tiempo. Ahí es donde, desde el Pacto Mundial, estamos ayudando a las empresas a formalizar, identificar y establecer esos compromisos cuantificables, públicos y con límite de tiempo para, posteriormente, darles las herramientas para alcanzarlos. 

 

Concretamente, han analizado los diez sectores con mayor peso en la economía española. ¿En qué situación se encuentran?

Hay sectores más avanzados, con estrategias más sólidas, una mayor implicación de la alta dirección y con compromisos concretos. Por ejemplo, vemos que el sector farmacéutico y sanitario, el de las utilidades o el de servicios financieros están en un nivel de madurez en sus estrategias de sostenibilidad que quizás echamos en falta en otros sectores. ¿Por qué? Creo que forma parte de su ADN o de su naturaleza. Por ejemplo, el sector financiero está muy acostumbrado al análisis de los riesgos en su negocio y esta dinámica hace que se aborde la sostenibilidad corporativa desde un punto de vista de gestión de riesgos y de oportunidades. Hay otros sectores, como el de las telecomunicaciones y tecnologías que, por su naturaleza, están acostumbrados a una innovación que hace que hayan adoptado una visión más holística y madura sobre ciertos aspectos de la sostenibilidad. Por otra parte, toda la regulación europea en materia medioambiental está provocando que aquellos sectores con mayor impacto implanten procesos mucho más exigentes.

 Continuamos viendo una brecha muy importante entre los ODS prioritarios y los compromisos concretos

¿Qué enfoque está usando el Pacto Mundial para hacer avanzar de forma más rápida a los sectores más rezagados?

Destacaría tres palancas a nivel sectorial muy interesantes y que han funcionado en unos sectores y creemos que pueden funcionar en otros. Por un lado, la creación de hojas de ruta compartidas. Es decir, que todas las empresas de un mismo sector pueden hacer alianzas sectoriales para identificar los riesgos y analizar cómo afrontarlos, compartiendo ese conocimiento. Por otro lado, está el impulso normativo y de mercado adecuado y son las mismas empresas las que están solicitando a la UE o a nivel nacional esos ejercicios regulatorios. Esto va a ayudar a que esta transformación sea cada vez más rápida no en todos los aspectos de la sostenibilidad empresarial, pero sí que existen algunos ámbitos en los que puede ayudar. Por ejemplo, la Ley de Cambio Climático y Transición Energética o la reciente aprobación de la Estrategia de Desarrollo Sostenible traen a la mesa de debate estos temas interesantes. Y, por último, tal como afirma la CEO del Pacto Mundial, Sanda Ojiambo, en cada crisis hay una oportunidad y muchos sectores pueden aprovechar la coyuntura actual, derivada de la crisis de la COVID-19, para orientar adecuadamente sus estrategias y sus fondos, acompañados de los Fondos Next Generation EU, a crear ese cambio y ese avance hacia adelante.

 

¿Qué papel jugarán los Fondos Next Generation EU en el avance de los ODS?

Los Fondos de Recuperación son una oportunidad inigualable y además, de momento, están bien planteados en el sentido de que el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia gira en torno a cuatro pilares muy vinculados al desarrollo sostenible como son la transición ecológica, la transformación digital, la igualdad de género y la cohesión social y territorial. Creo que estas cuatro áreas son muy interesantes para contribuir a ese cambio sistémico del que hablábamos antes. La incógnita será cuando, dentro de unos años, miremos atrás y comprobemos si estos fondos se han vehiculado y repartido de una manera eficiente e integradora para todos los sectores y para toda la comunidad empresarial. 

 

El Pacto Mundial siempre ha alertado del problema de la pyme a la hora de acercarse a los ODS. ¿Cómo ha evolucionado su nivel de conocimiento y compromiso?

Aquí seguimos viendo esa doble velocidad no solamente sectorial, sino también por tipo de empresa. La pandemia ha provocado que muchas pymes estén en modo supervivencia, en modo resiliencia, y desgraciadamente vemos como, muchas veces, los compromisos de sostenibilidad en ciertas empresas pasan a un segundo plano. Dicho esto, creo que este compromiso está ahí, es fuerte, vemos diferencias, vemos grandes empresas con más recursos humanos y económicos para dedicar a temas de sostenibilidad, mientras que la pyme tiene más dificultades. Justamente, desde el Pacto Mundial proponemos programas muy prácticos y ejecutivos para ayudar a las empresas con ejecutar y construir estas memorias de sostenibilidad.

Ya sea por la legislación o por la financiación, áreas como la reducción de emisiones y las energías renovables están mucho más trabajadas por las empresas, mientras que la preservación de la biodiversidad o la protección de los entornos marinos no aparecen en la lista de prioridades. ¿Está de acuerdo?

Es una realidad. El ODS 14, Vida submarina, y el ODS 15, Vida de ecosistemas terrestres, son los menos trabajados por la empresa española y es curioso porque nuestra economía depende, en gran parte, de nuestras costas y de los mares y océanos que nos rodean. A nivel mundial, el océano absorbe más del 90% de la cantidad adicional del calor atrapado debido a las consecuencias del efecto invernadero. Por lo tanto, para alcanzar el equilibrio medioambiental es imprescindible la salud de los océanos, la salud y la economía. Se calcula que en torno a un tercio de la población mundial vive a lo largo de las costas, con lo cual hay muchísimas industrias que dependen de los mares y océanos, emplean a millones de personas y aportan billones de dólares a la economía mundial.

 

La pandemia había contribuido al impulso del ODS 3, Salud y bienestar, pero muchos informes que apuntan que han aumentado las desigualdades y la pobreza. ¿Qué hacer?

Según el informe del secretario general de Naciones Unidas, la COVID-19 ha trastocado muchos equilibrios sociales que eran muy frágiles y se calcula que en torno a unos 120 millones de personas cayeron en la pobreza en el año 2020. Además, según la OIT, se perdieron en torno a 225 millones de empleos a tiempo completo, sin tener en cuenta el efecto del volumen de trabajo perdido en la economía sumergida, cuyo impacto es incalculable. Esto ha provocado que familias enteras caigan en una pobreza extrema y que haya aumentado mucho el hambre y las desigualdades en general. Además, uno de los indicadores que nos hace mucho daño es el acceso a las vacunas. Mientras los países desarrollados iban a un buen ritmo de vacunación, en torno a un 60%-70% de personas en Europa y América del Norte a mediados del año pasado, solamente el 2% de habitantes de la África Subsahariana estaban vacunadas. 

Si nos centramos en España, según el informe “Global Risks Report” del Foro Económico Mundial, tenemos una crisis del empleo muy importante y corremos el riesgo de tener un estancamiento económico prolongado en el tiempo que va a hacer que estas desigualdades se incrementen en nuestro país. No nos cansamos de empujar al sector empresarial para que, junto con el Gobierno, pongan acciones para revertir la situación.

 

Hay un desconocimiento en el mundo empresarial de lo que representan los DDHH en el día a día

El Pacto Mundial, en línea con sus 10 Principios, está muy comprometido con los Derechos Humanos (DDHH). ¿Continúan siendo el gran talón de Aquiles?

Hay un desconocimiento en el mundo empresarial de lo que representan los DDHH en la práctica, en el día a día, porque no solo hablamos del primer nivel de los DDHH sino también del derecho a un medio ambiente sano o a la protección de datos. En definitiva, los DDHH están en el día a día de empresas y países con unas instituciones legales sólidas como puede ser la Unión Europea.

Llevamos mucho tiempo hablando de DDHH y lo continuaremos haciendo con herramientas muy prácticas y protegiendo todo el legado que dejó John Ruggie con la guía más clara en DDHH.

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