En 1992, coincidiendo con la Cumbre de Río, el Grupo L’Oréal empieza a hablar de desarrollo sostenible y es tres años más tarde, en 1995, cuando creamos el primer laboratorio que analiza el impacto de nuestros productos. Posteriormente, en 2013, anunciamos la estrategia de sostenibilidad “Sharing Beauty With All” y, a su vez, desarrollamos la metodología SPOT (Sustainable Product Optimization Tool), una herramienta de ecodiseño que analiza el ciclo de vida de los productos, con 14 indicadores de impacto, para tener una base científica sobre la que trabajar en sostenibilidad. En 2020, creamos el segundo programa de sostenibilidad “L’Oréal For The Future”, con objetivos renovados a 2030, donde queremos dar un paso más con tres ejes de actuación: transformar nuestro modelo de negocio, empoderar al ecosistema y contribuir a resolver los retos globales que tenemos.
En el eje de transformación del modelo de negocio, queremos cambiar nuestra manera de producir y de hacer negocio. Ahí, podríamos hablar de clima, de cómo transformarnos hacia un modelo de negocio Net Zero con el objetivo de que todas nuestras fábricas sean libres de emisiones a 2025.
También hablamos de biodiversidad, donde queremos que el 100% de los ingredientes tengan, antes de 2030, una trazabilidad total. Además, trabajamos para dejar una huella positiva en todas nuestras fábricas, oficinas y centros de distribución. Es decir, realizamos un inventario de toda la flora y fauna, que revisamos regularmente, para comprobar que la biodiversidad en los lugares donde estamos presentes no disminuye, sino que, incluso, aumenta. Además, llevamos a cabo proyectos de regeneración a través de la reforestación y la creación de huertos ecológicos.
Otra área en la que estamos realizando muchos esfuerzos es la relacionada con los ingredientes, con el objetivo muy concreto de que el 95% de los ellos provengan de fuentes vegetales renovables, minerales abundantes o procesos circulares y el 100% de las fórmulas serán respetuosas con el entorno acuático para 2030. Igualmente, el 100% del plástico que utilizamos será reciclado o bien bioplástico, y todo nuestro packaging será rellenable, reutilizable, reciclable, o compostable antes de 2025. Ahí es donde estamos trabajando en toda la estrategia de economía circular.
En el eje de agua, nos hemos fijado el objetivo de que el 100% sea reciclada o reutilizada. Este objetivo tiene un importante impacto a nivel de producción, pero también contempla todo el agua que interviene en el ciclo de vida del producto, desde la que se utiliza en el cultivo de las materias primas, en las fórmulas de los productos, la transformación, la logística y la fase de uso, que es donde se concentra más del 50% del impacto medioambiental de un producto.
Estamos trabajando para mejorar nuestros productos y que estos necesiten menos agua para el aclarado, lo que implicará además menos energía asociada a su consumo. Igualmente importante es comunicar y educar al consumidor para contárselo, porque su implicación es esencial para reducir la huella de carbono e hídrica en la fase de uso del producto.
A través de nuestro Etiquetado de Impacto Medioambiental y Social. En la actualidad, está implantado en tres marcas en España -Garnier, L’Oréal Paris y Biotherm-, pero tenemos el objetivo de extender este etiquetado a todas las marcas del Grupo para que, de forma simple pero basada en ciencia, explique al consumidor cómo impacta el producto que está comprando en el punto de venta.
Ahora mismo, toda esa información basada en la metodología SPOT está disponible en las páginas web de las marcas, pero el objetivo es que forme parte del packaging, con una simbología muy sencilla y comparada con productos de la misma categoría. Estamos trabajando en ello, desde una base científica, con equipos diversos y transversales que cuentan con expertos internos y externos.
Nos referimos a trabajar con toda la cadena de suministro para que transformemos juntos todo el modelo, es decir, nuestros empleados, proveedores, clientes, consumidores… Y gran parte de este trabajo lo realizamos con programas de formación, de empleabilidad y de sensibilización. A modo de ejemplo, este año hemos llevado a cabo la primera edición del programa “Skin Care Campus”, que tiene como objetivo formar a influencers que hoy en día están llegando al consumidor final hablando de cosmética y de cuidado de la piel. Hemos contado con expertos, internos y externos, para formar a estos influencers que están llegando a la opinión pública. Queremos empoderar a los consumidores para que tomen decisiones de compra responsable sobre la base de una información mejor y el rol de los influencers para conseguirlo es clave.
Este es tan solo una de las iniciativas que realizamos, pero también tenemos programas para trabajar junto a nuestros clientes en la mejora del reciclaje y, por supuesto, si vamos a la cadena de suministro, tenemos proyectos de solidarity sourcing con los que queremos generar puestos de trabajo para colectivos vulnerables a través de nuestra compra y contratación. En 2021, hemos creado casi 600 puestos de trabajo para colectivos vulnerables a través de estos programas. Un ejemplo es en el centro de distribución de Quer, un proyecto que llevamos a cabo con DHL e Ilunion, donde casi 200 personas con discapacidad intelectual tienen acceso al empleo haciendo el copacking de nuestros productos. Además, en 2021, L’Oréal España ha reforzado la iniciativa de la Última Milla, un proyecto desarrollado con la start-up vasca Koiki para que el último tramo del trayecto de entrega de un paquete de marcas como Kiehl’s se realice por personas en riesgo de exclusión bien a pie, en bicicleta o en vehículos eléctricos.
Las tres áreas de actuación que hemos definido son mujeres vulnerables, restauración de los ecosistemas y economía circular. Para cada una de esas líneas contamos, a nivel internacional, con un fondo de 50 millones de euros para trabajar rápido. Un claro ejemplo, que impulsamos desde la Fundación L’Oréal, es el programa “Embellece Tu Futuro” que busca impulsar la empleabilidad de personas en riesgo de exclusión social mediante su formación como asesores profesionales de belleza. Este programa lo llevamos a cabo en colaboración con la Fundación Tomillo, clientes y partners y más de un centenar de voluntarios de L’Oréal. Desde su inicio, en 2016, y ya se han formado a más de 500 personas con una tasa de inserción laboral de un 80%.
La planta de productos capilares de Burgos da servicio a nivel global, pues fabrica todos los productos de la marca Kérastase para todo el mundo. Esta fábrica es ejemplo mundial para el Grupo porque es neutra en emisiones desde 2015 y es la primera planta waterloop de L’Oréal desde 2017, lo que significa que el 100% del agua de sus procesos indstriales se reutiliza en bucle. Además, también tiene un impacto social muy importante porque desarrolla el programa Escuela de Excelencia Industrial, que forma a personas de colectivos vulnerables en las posiciones más demandadas dentro de la industria.