ENTREVISTA

La movilidad eléctrica significa un cambio de paradigma


Arturo Pérez de Lucia,

director gerente de AEDIVE

Arturo Pérez de Lucia 20/02/2017

La Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso del Vehículo Eléctrico (AEDIVE) es una Agrupación de Empresas Innovadoras que aglutina a toda la  cadena de valor del vehículo eléctrico. Entre sus objetivos destaca la promoción y el fomento de la competitividad de los sectores relacionados con toda la cadena de valor del Vehículo Eléctrico para poder afrontar los retos y oportunidades del sector.

 

AEDIVE es una asociación de corte industrial y tecnológico que aglutina a toda la cadena de valor de la movilidad eléctrica. ¿Cuáles son sus principales objetivos?

Por un lado, AEDIVE trabaja con las administraciones central, autonómica y local para el desarrollo normativo vinculado a la movilidad eléctrica, así como la puesta en marcha de proyectos de impulso a la movilidad eléctrica. Además, trabajamos con el propio mercado, a través de las empresas, para que este desarrollo de este tipo de movilidad se traduzca en proyectos concretos que impulsen la compra y adquisición de vehículos eléctricos y el despliegue de infraestructuras. Y, finalmente, un tercer ámbito de actuación se centra en dar a conocer qué es el vehículo eléctrico a la sociedad en general.

 

El Plan VEA, de impulso del vehículo con energías alternativas, establece el objetivo de llegar a las 150.000 matriculaciones de vehículos eléctricos en el 2020, pero en la actualidad no se ha llegado ni al 10%. ¿A qué se debe este retraso?

A nivel de matriculaciones, el desarrollo del vehículo eléctrico en España es mucho más lento que en otros países. Por un lado, esto se debe a una cuestión natural puesto que la movilidad eléctrica es una tecnología disruptiva y, como tal, su integración en la sociedad es compleja. Pero, además, España tiene una complejidad como país. Su organización territorial en 17 comunidades autónomas provoca que cada región tenga sus propios puntos de vista sobre el impulso del vehículo eléctrico y los más de 8.000 municipios también tienen mucho que decir porque la implantación de la movilidad eléctrica depende, sin duda, de la implementación de ordenanzas municipales. Así pues, la existencia de tres estamentos –gobierno central, comunidades autónomas y ayuntamientos- dificulta mucho poder llevar a cabo un proyecto único y coordinado, dirigido a impulsar la movilidad eléctrica a nivel nacional de la misma forma que sucede en otros países más pequeños como, por ejemplo, Noruega o Dinamarca.

 

Además, desde AEDIVE consideran que falta un liderazgo de la administración central en el impulso de la movilidad eléctrica…

La movilidad eléctrica afecta a una multitud de ministerios porque está relacionada con industria, energía, medio ambiente, sanidad, fomento, etc., pero la composición del actual gobierno dificulta aún más el despliegue de la movilidad eléctrica porque falta un liderazgo claro en la administración central. Nosotros siempre hemos defendido que lo ideal sería que la movilidad sostenible estuviera sentada en el Consejo de Ministros a través de una Secretaría de Estado de Movilidad.

 

¿En qué situación nos encontramos en comparación a otros países de nuestro entorno?

Mientras que en Francia, el gobierno tiene una apuesta clara y decidida por la reducción de emisiones y la ministra de Ecología, Desarrollo Sostenible y Energía, Ségolène Royal, está muy comprometida con la movilidad eléctrica, en España las ayudas a la movilidad alternativa previstas en el Plan MOVEA ascienden a 16 millones de euros, de los que 12 son para vehículo eléctrico, frente a los más de 200 millones con que se dotó el plan PIVE. Se trata de unas ayudas ridículas teniendo en cuenta que no solo se destinan a subvencionar la compra de vehículos eléctricos, sino también a la construcción de infraestructuras.

 

A parte de la falta de liderazgo de la Administración y de las escasas ayudas económicas, ¿qué otras barreras se encuentran para la plena introducción del vehículo eléctrico?

Existen dificultades que corresponden a la propia industria. Hasta hace poco la industria de la automoción no creía en el vehículo eléctrico y poco a poco se están incorporando más marcas a este impulso de la movilidad eléctrica. Fruto de esta situación, una de las barreras más importantes la encontramos en el concesionario, puesto que los vendedores no están preparados para asumir la compra-venta de un vehículo eléctrico. El desconocimiento del el concepto de venta y la falta de información asociada a la infraestructura de recarga provoca que te deriven a un vehículo de combustión.
Por otra parte, los fabricantes deben invertir más en marketing y publicidad de los vehículos eléctricos para que la gente conozca que, en la actualidad, hay un portfolio muy interesante en el mercado.

 

Las estadísticas apuntan que hasta un 80% de los ciudadanos estarían dispuestos a comprar un vehículo eléctrico. ¿Cuál es el freno del consumidor?

El primer freno del consumidor es psicológico porque la movilidad eléctrica significa un cambio de paradigma muy diferente al que hubo antaño con el cambio de gasolina al diésel. La movilidad eléctrica implica que la persona que se compra un coche eléctrico se tenga que analizar su movilidad, mientras que hasta ahora la compra de un coche siempre ha sido un acto emocional. El segundo freno es el precio porque en el imaginario del ciudadano se ha instalado la creencia de que el vehículo eléctrico es caro, porque no hay modelos aún a partir de 8.000 euros como en la combustión.

Hoy en día el vehículo eléctrico está necesitado de ayudas públicas, pero una vez que tienes esta subvención y comparas el coche eléctrico con uno de combustión espejo, te das cuenta de que el vehículo de combustión es más caro si incorpora las mismas tecnologías que tiene el eléctrico. Además, hay que sumar el ahorro de combustible y el bajo coste de mantenimiento. Y la tercera barrera es el miedo por la falta de autonomía.

 

¿Dónde se está produciendo un mayor incremento del vehículo eléctrico?

En las flotas profesionales porque las compañías no realizan una compra emocional, sino que analizan los números y ven que ahorran en combustible, en mantenimiento y hasta multas porque en muchas ciudades los vehículos eléctricos pueden aparcar gratis en las zonas de estacionamiento regulado. En Madrid hay empresas como Remica que cambió el 60% de su flota térmica a eléctrica y ha conseguido ahorros de 80.000 euros al año. Otro ejemplo es que los taxistas que cambian de combustión a eléctrico tienen ahorros de entre 5.000 y 8.000 euros anuales. Cuando una persona analiza el concepto de vehículo eléctrico con un componente económico sí se lanza.

 

¿Considera que las flotas de vehículos empresariales pueden contribuir a la normalización de la movilidad eléctrica?

Existen dos actores fundamentales. Por un lado, las empresas tienen que tomar la decisión de hacer números y cambiar, pero las administraciones también tienen que hacer su papel y, al margen de plantear ayudas, deben tomar la decisión de apostar por el vehículo eléctrico cuando hagan una compra pública de adquisición de nuevos vehículos. En la medida en que la administración y la empresa tomen esta decisión, el ciudadano verá más vehículos eléctricos y cada vez más lo interiorizará en su forma de pensar. En este sentido, la llegada de soluciones de car sharing, como Car2go en Madrid, han acercado la movilidad eléctrica al ciudadano y le ha hecho perder el miedo.

 

El vehículo eléctrico, pieza clave en la movilidad sostenible

Para AEDIVE el vehículo eléctrico forma parte del cambio cultural que está produciendo hacia una movilidad sostenible donde hay que apostar menos por el vehículo privado y más por fórmulas de intermodalidad ,donde interviene el transporte público o el car sharing, entre otros. “Apostamos por la reducción de la presencia del vehículo privado porque es necesario descongestionar las ciudades fomentando el uso del transporte público cero emisiones, trabajando con fórmulas como el car sharing y racionalizando el uso del vehículo privado”, comenta Arturo Pérez de Lucia.

Es por ello que el director gerente de AEDIVE considera que es necesario tener administraciones comprometidas y que tomen decisiones. “Si quieren reducir drásticamente las emisiones tienen que trabajar en la descongestión del tráfico y el fomento de vehículos eficientes energéticamente y cero emisiones. Esto obliga a implementar medidas que quizás son impopulares, pero la historia nos ha demostrado que las medidas impopulares al final se agradecen”.

 

 

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