ENTREVISTA

Las empresas deben ir más allá de las donaciones y seguir la evolución de los proyectos en los que colaboran


Jordi Folgado,

director general de Fundación Vicente Ferrer

Jordi Folgado 17/01/2013

El programa de desarrollo integral de la Fundación Vicente Ferrer beneficia a más de dos millones y medio de personas en el estado de Andhra Pradesh, en los distritos de Anantapur y Kurnool, en India. La fundación trabaja en los ámbitos necesarios para el desarrollo de las comunidades: ecología, educación, sanidad, mujer, vivienda y personas con discapacidad. Más de 2.600 personas trabajan en la fundación en la India, de las cuales más del 99% son indios. Escuelas, viviendas, hospitales, desarrollo rural y la sostenibilidad de los proyectos se llevan a cabo en 3.110 pueblos de la zona.
Más de 1.900 personas son atendidas diariamente en los hospitales de la Fundación en la India. Más de 134.000 niños y niñas están apadrinados, más de 48.000 personas reciben nutrición en los centros de la Fundación, más de 1.300 niños y niñas con discapacidad estudian en las escuelas de la Fundación. Se han instalado 324 sistemas de energía solar fotovoltaica y se han plantado casi cinco millones y medio de árboles frutales distribuidos a los agricultores. Éstas y otras cifras avalan que la Fundación Vicente Ferrer suma a una férrea voluntad de ayudar la eficacia de una gestión con resultados irrevocables.

La Fundación nace con la llegada de Vicente y Anna Ferrer a la India, ¿cómo fueron sus inicios?
Cuando en 1969 Vicente y Anna Ferrer llegaron a Anantapur los geólogos pronosticaron que en 50 años toda la zona sería un desierto. Pero ellos elaboraron un plan para recuperar la fertilidad del suelo y hacerlo sostenible para su gente. La tierra es la única garantía del sustento de su población. Aquel primer proyecto de la Fundación Vicente Ferrer fue tomando cuerpo en forma de embalses, muros de contención, reforestación, sistemas de riego, usos de energías renovables y promoción de la horticultura, la pesca y la ganadería.
Después, y sólo una vez asegurado el sustento diario, desarrollaron una red sanitaria. En las zonas rurales de Andhra Pradesh los problemas de salud derivaban esencialmente de la mala alimentación y de la falta de información. Las aldeas quedan aisladas, a mucha distancia del hospital más cercano, y las malas comunicaciones obligan a las familias a perder tiempo y dinero que no poseían. La Fundación se puso manos a la obra y comenzó a desarrollar una red de clínicas rurales y hospitales generales que ofrecen servicios de calidad a ls personas más desfavorecidas, sin que la estabilidad de la familia se vea afectada.

¿Cuándo llegó el pilar de la educación?
Sólo después de asegurar el sustento y mejorar el acceso a la salud fue el momento de conseguir que los niños intocables fueran a la escuela. Resultó complejo porque los propios padres creían que la educación no era para ellos por pertenecer a la casta más baja. No tenían ninguna esperanza en modificar sus condiciones de vida, estaban haciendo lo mismo que sus antepasados. Se empezó dando unas rupias a las familias para mitigar la falta de los niños a la hora de trabajar en el campo cuando empezaban a asistir a la escuela. Cuando los primeros niños empezaron a leer fue muy simbólico y emocionante porque podían leer los diaros a sus padres y abuelos. Nunca nadie antes de su casta había sabido leer.
Una vez superada la primera generación el proceso ya fue imparable, porque los hombres y mujeres que habían aprendido a leer gracias a la Fundación querían lo mismo para sus hijos. Y hay que destacar también el altísimo nivel de implicación de los estudiantes.
Tenemos una selección de los 200 mejores estudiantes, a los que se lleva a las mejores Universidades de toda la India, de manera que cuando los intocables necesiten un médico haya un médico intocable, cuando necesiten un ingeniero haya un ingeniero intocable, etc. Eso no acabará con el sistema de castas, cosa que Vicente Ferrer no creía posible a corto-medio plazo, pero sí aumentará la confianza y la autoestima de los intocables y mejorará su calidad de vida.
Todos ellos tienen el compromiso de retornar a la comunidad lo que han recibido o bien los recursos invertidos en su formación.

¿Qué otros temas se fueron desarrollando?
El tema de la lucha contra la discriminación de las mujeres fue otro de los más importantes. Hay que tener en cuenta que ser mujer e intocable es representar a lo más bajo de la sociedad en la India. Hasta sus hijos varones mayores de ocho años mandan sobre ellas. Las mujeres trabajan de sol a sol, son las últimas a la hora de comer, trabajan estén sanas o enfermas… Todo descansa sobre ellas y Vicente Ferrer quiso defender sus derechos, especialmente a través de la configuración de asociaciones de mujeres que fue creando. En ellas, denominadas sanghams, expresan sus problemas y buscan juntas soluciones, reciben formación para iniciar pequeños negocios, ahorran y generan ingresos para la economía familiar. Van consiguiendo día a día el respeto de sus maridos y vecinos y van participando en la toma de decisiones, tanto en sus casas como en sus pueblos. Las mujeres ahora son conscientes de sus derechos y esta unidad ha hecho posible el empoderamiento de la mujer rural.
En el año 1969 sólo un 3% de las niñas se escolarizaba y hoy lo hace el 100% en educación primaria y un 60% de ellas acaban la educación secundaria.
Más tarde también se acometió el tema de la vivienda, porque dormir a cubierto, cuando nunca antes ningún antepasado tuyo ha tenido casa refuerza la autoestima y la dignidad como persona. La Fundación Vicente Ferrer inició en 1996 la edificación de viviendas, construidas con materiales permanentes y sólidos. Las nuevas casas cuentan con dos estancias interiores y un pequeño porche, donde la familia acostumbra a realizar sus tareas diarias. Y todas las viviendas se registran a nombre de las mujeres, condición a la que insta la Fundación para impulsar su acceso a la propiedad y garantizar una estabilidad para ellas y sus hijos. Las familias destinatarias colaboran en la construcción de sus viviendas, en tareas no técnicas. De este modo, los beneficiarios no sólo valoran el esfuerzo que representa construir una vivienda, sino que su involucración en el proceso los dignifica. Se han construido ya más de 40.000 viviendas

Las personas con discapacidad ha sido otro de los colectivos en los que se ha centrado la ayuda, ¿de qué modo?
La pobreza es como el cáncer, tiene muchas ramificaciones y hay que atacarlas todas, de forma integral, porque sino no se resuelve, por eso en 1987 la Fundación empezó a organizar a las personas con discapacidad para que ellas mismas pudieran tomar las riendas de sus vidas, reclamaran sus derechos y se ayudaran entre ellas para resolver sus problemas. Así nacieron los primeros vikalángula sangham o asociaciones de personas con discapacidad. Además, se pusieron en marcha varias escuelas e institutos para niños y niñas con discapacidad y centros de rehabilitación que mejoran las condiciones del colectivo y sus familias. Ahora, muchos padres están recuperando la esperanza al saber, por ejemplo que la ceguera no impedirá que sus hijos pueden ir a la universidad y tener un vida digna.

¿Cómo valora la aportación de las empresas en España a la Fundación Vicente Ferrer?
Creo que en estos momentos deberíamos darle una vuelta de tuerca a la colaboración. Hay muchas empresas que tienen muy asumida la necesidad de colaborar con la sociedad pero debería haber un punto de inflexión hacia la eficia y la obtención de resultados en toda la ayuda a la cooperación. El mundo empresarial debería aplicar los mismos parámetros de gestión orientada a resultados cuando realiza sus actividades que cuando trabaja en cooperación. No pido nada más que que hagan lo que saben hacer.
Se necesita sostenibilidad económica, tanto en las empresas como en los proyectos de cooperación. Se ha de pasar a la responsabilidad de verdad. Las empresas han de actuar simplemente como empresas en el mundo del desarrollo. La responsabilidad de las ONG, como nuestra fundación, es la de actuar con eficacia y obtener resultados. La buena voluntad no es suficiente, se necesita también una buena gestión. Hay que hacer y hacerlo bien, porque ha de llegar un día en que nosotros no seamos necesarios. Es uno de los principios por los que debemos trabajar, ya que a menudo se han destinado muchos recursos pero sin mucha eficacia.

Premio a la prevención del SIDA

La transmisión de madre a hijo es la segunda mayor causa de contagio del VIH en la India. Hace cinco años la transmisión de este virus de madre a hijo en Anantapur era del 30%. Hoy esa cifra se ha reducido a tan sólo el 3%, el mismo nivel que en países desarrollados. Por este motivo, el gobierno de Andhra Pradesh ha premiado el programa de prevención de la transmisión vertical del VIH de la Fundación Vicente Ferrer.

Programa de Mujer a Mujer

El programa “De Mujer a Mujer” pretende lograr el empoderamiento y el avance de las mujeres de las comunidades y castas más desfavorecidas. El proyecto ha ayudado ya a miles de mujeres en peligro de exclusión a rehacer sus vidas y a tener una oportunidad real de salir adelante.
A través del programa “De Mujer a Mujer” las colaboradoras pasan a formar parte de la Sociedad Cooperativa, participando directamente en el desarrollo de cada una de las mujeres de la India rural. Cada aportación redunda en la mejora de la autonomía económica de una de las mujeres del sangham, además de impulsar el desarrollo integral de todo el colectivo.
La contribución del programa es de 9 euros mensuales, parte de los cuales se destina a abrir una cuenta bancaria a nombre de cada mujer. Esta cuenta a plazo fijo va generando unos intereses y, al cabo de los siete años que dura el programa, las socias indias se convierten en las propietarias de ese pequeño capital. Una mínima cuantía que les permite no sólo ganarse el respeto de sus familias y de la comunidad, sino que además garantiza su autonomía y seguridad de futuro. Ellas son quiénes deciden cómo y para qué emplear esos ahorros, con el acompañamiento y asesoramiento continuo de la FVF, que las anima a que los inviertan en pequeños emprendimientos y negocios y a que sigan ahorrando un poco de dinero como un seguro ante imprevistos o para utilizar durante la vejez.

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