Óscar Codón
07/04/2025

Debemos garantizar la movilidad sostenible e inclusiva para todos los colectivos

Óscar Codón, director general de Fundación Capgemini

Recientemente, la Fundación Capgemini ha presentado el Libro Blanco para un vehículo autónomo inclusivo, un documento que busca sentar las bases de la movilidad autónoma para todas las personas, especialmente las que están en riesgo de exclusión, como las mayores y los usuarios con discapacidad, que son las que tienen mayor riesgo de sufrir la brecha digital que supone la implementación de nuevas tecnologías. Hablamos de este proyecto en una entrevista en exclusiva con el director general de Fundación Capgemini, Óscar Codón. Un proyecto que cuenta con la participación de socios tan relevantes como Cruz Roja, la Fundación ONCE, la DGT, la Fundación MAPFRE, Save the Children, FICOSA y CARNET, entre otras entidades sociales, administraciones públicas, asociaciones, empresas y expertos.

¿Qué es el Libro Blanco de Capgemini? ¿Qué objetivos tiene?

El Libro Blanco de la Fundación Capgemini es un documento estratégico y reflexivo que aborda el desarrollo inclusivo, sostenible y equitativo del vehículo autónomo poniendo en el centro a todas las personas, independientemente de sus capacidades. Su principal objetivo es establecer las bases para una movilidad autónoma inclusiva, sostenible y accesible para todas las personas, incluyendo colectivos vulnerables como personas mayores, personas con discapacidad o personas en riesgo de exclusión social entre otros.

El vehículo autónomo representa una oportunidad para integrar a todas las personas en la movilidad, consiguiendo un diseño accesible, cómodo y funcional para todos. La implementación e integración del vehículo autónomo plantea una serie de desafíos que irán más allá de la propia tecnología, ya que este progreso tecnológico puede convertirse en un progreso social, en una gran ocasión para que todas las personas puedan disfrutar de su uso en vida cotidiana en el entorno urbano y rural.

 

¿Qué conclusiones destacaría?

Una de las principales reflexiones que se desprenden del Libro Blanco es que el vehículo autónomo debe concebirse poniendo en el centro a las personas, a través de un servicio universal para toda la sociedad que garantice la movilidad sostenible e inclusiva para todos los colectivos. Para lograr este propósito, es fundamental escuchar las necesidades e inquietudes sociales de todos los colectivos, integrándolas desde un inicio en los procesos de innovación y desarrollos tecnológicos que requiere la disrupción que traerá consigo el vehículo autónomo en la forma en que las personas se desplazarán este siglo; un desarrollo que necesariamente considerará los dilemas éticos y las necesidades sociales, fomentando la equidad en el acceso a la movilidad.

Adicionalmente, el documento resalta la importancia de la colaboración multisectorial, involucrando a fabricantes, administraciones públicas, entidades sociales y la sociedad en general, para integrar diversas perspectivas desde el diseño hasta la implementación; y subraya que el vehículo autónomo debe adaptarse a los entornos urbanos y rurales con la finalidad de garantizar una interacción segura y eficiente, teniendo en cuenta tanto las características técnicas del vehículo como las necesidades de los usuarios. Por último, destaca el potencial impacto social positivo que puede generar el uso de esta tecnología, al contribuir a la igualdad social, minimizar siniestros, reducir la congestión urbana, mejorar la sostenibilidad ambiental y ofrecer opciones de movilidad accesibles para todos, siempre y cuando se asegure la seguridad y la aceptación social.

 

¿Cómo la movilidad autónoma puede ser una herramienta clave para la inclusión social de forma equitativa?

La movilidad autónoma tiene el potencial de actuar como motor fundamental de la inclusión social al avalar el acceso al transporte para todas las personas, independientemente de sus capacidades físicas, cognitivas o recursos económicos. Al eliminar la necesidad de conducir manualmente, facilita la movilidad de colectivos vulnerables como personas de edad avanzada, personas con algún tipo de discapacidad o grupos en situación de vulnerabilidad social.

Asimismo, el desarrollo de vehículos autónomos accesibles y compartidos traerá consigo nuevos modelos económicos y sociales, permitiendo que el transporte sea más asequible y flexible, reduciendo barreras económicas y promoviendo la equidad; y conectando zonas menos accesibles, lo que mejorará la integración territorial y la igualdad de oportunidades en el acceso a servicios esenciales como salud, educación y empleo.

 

¿Cuáles son las principales barreras que hacen que determinados colectivos no puedan acceder a esta tecnología?

Debemos abordar, desde un inicio, todas las dificultades que hoy en día limitan la utilización de los coches en los colectivos más vulnerables para transformarlas en oportunidades. Habrá que encarar nuevos procesos de fabricación y servicios para asegurar que la utilización del vehículo autónomo sea una opción de movilidad para todos, incluso para aquellas personas con recursos económicos limitados. También será necesario desarrollar diseños flexibles que den respuesta a la diversidad funcional de personas con discapacidad, evitando las dificultades actuales, al no estar adaptados, a la hora de garantizar su uso seguro y cómodo. Deben enfrentarse las barreras tecnológicas para hacer posible que los colectivos con mayores dificultades en el mundo digital puedan encontrar en estos vehículos una oportunidad para manejar interfaces más sencillas, facilitando su integración y ayudándoles a reducir su brecha digital.

En esta línea, tenemos que trabajar en generar confianza en las nuevas tecnologías, entendiéndolas como un facilitador y garante de seguridad ante aquellas personas que puedan verlo como un temor o inseguridad, al delegar en estos el control del vehículo. Para superar estas barreras, es fundamental desarrollar vehículos accesibles, económicos y acompañados de formación y asistencia personalizada que faciliten su uso.

 

¿Por qué la integración de los vehículos autónomos transformará los entornos urbanos? ¿Qué diferencias aporta frente a otros vehículos cero emisiones?

La integración de los vehículos autónomos transformará de manera sostenida los entornos urbanos porque permitirá una movilidad más eficiente, segura y accesible, optimizando el uso del espacio público y reduciendo la congestión del tráfico. A diferencia de otros vehículos de cero emisiones, los vehículos autónomos no solo contribuirán a disminuir la contaminación ambiental, sino que también ofrecerán una gestión inteligente del tráfico gracias a la interconectividad y toma de decisiones en tiempo real, lo que se traducirá en una circulación fluida, la reducción de atascos y una mejor coordinación entre vehículos.

Igualmente, al ser autónomos, podrán operar de manera continua sin depender de la intervención humana, mejorando la eficiencia en el transporte público y privado. Por otro lado, su capacidad para adaptarse a diferentes necesidades y colectivos posibilitará una movilidad más inclusiva y equitativa, frente a otros vehículos actuales que no cuentan con esta versatilidad ni con sistemas de conducción asistida que favorezcan a colectivos vulnerables.

 

El Libro recalca la necesidad de considerar los dilemas éticos asociados a la toma de decisiones por parte de los vehículos autónomos. ¿De qué dilemas estamos hablando?

El Libro Blanco destaca la importancia de abordar los aspectos éticos desde una visión integral para garantizar el correcto uso de estos y la implicación que tendrá sobre las personas en aquellas situaciones que se puedan producir cuando los vehículos autónomos deban tomar decisiones en situaciones de emergencia o riesgo. Estos dilemas sobre los que trabajar se centran en cómo el vehículo deberá actuar cuando cualquier decisión pueda llegar a tener algún tipo de consecuencia negativa para los usuarios, otros vehículos que convivan con ellos o los peatones.

Con respecto a estos y otros dilemas éticos, ya se está trabajando en numerosos proyectos de I+D con el objetivo de abarcar todos los escenarios posibles y minimizar los riesgos que puedan producirse para respaldar una seguridad y drástica reducción de la siniestralidad frente a la situación actual. Este es un camino complejo que debe llevarse a cabo de manera integral porque son muchos los agentes y responsables según el momento o la casuística de los accidentes que pueden surgir. Sin duda, la tecnología es un driver determinante para dar una respuesta adecuada y segura, respetando valores sociales y culturales. Para que estos sistemas sean aceptados socialmente, es fundamental que la toma de decisiones sea transparente y refleje principios éticos consensuados.

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