ENTREVISTA

Uno de cada tres niños en España vive en situación de exclusión social


Javier Martos,

director ejecutivo de UNICEF Comité Español

Javier Martos 27/02/2019

UNICEF promueve los derechos y el bienestar de todos los niños y niñas en todo lo que hace. Junto a sus aliados, trabaja en 190 países y territorios para transformar este compromiso en acciones prácticas, centrando especialmente sus esfuerzos en llegar a los niños más vulnerables y excluidos para el beneficio de todos los niños, en todas partes.

 

UNICEF trabaja por la defensa de los derechos de la infancia. ¿En qué situación se encuentran?

En infancia vivimos un tiempo de claroscuros. Hay muchos claros que nunca se mencionan como, por ejemplo, que en una década se ha reducido a la mitad la mortalidad de menores de cinco años o que hemos avanzado en temas de vacunación infantil y en sistemas de protección a la infancia. Ahí se han producido avances significativos en determinadas regiones. Por ejemplo, América Latina ha avanzado mucho, la tasa de acceso a la educación primaria es del 97% y la práctica totalidad de los niños están vacunados, pero en otras regiones como África Subsahariana y algunos países de Asia los niños todavía siguen muriendo por enfermedades prevenibles como el sarampión, la rubeola, la diarrea o la neumonía. Por otro lado, en los últimos años también hay oscuros: las guerras. Millones de niños están siendo afectados por la guerra en Siria, en Yemen o los conflictos de República Centroafricana.

 

Y en España, ¿cómo es la radiografía?

En nuestro país, concretamente, las tasas de pobreza infantil se han elevado. Antes de la crisis, según el indicador AROPE, la pobreza infantil se situaba en el 24% y ahora nos encontramos en el 30%. Es decir, aproximadamente uno de cada tres niños en España vive en situación de exclusión social. Pero, además, al bajar el nivel de ingresos en general, ahora los niños son más pobres que antes, y esto provoca que la situación de marginación social y de dificultad sea mayor.

Son hijos de familias migrantes, de familias monoparentales, familias numerosas, niños y niñas gitanos… Estos son colectivos en los cuales los niños tienen unas condiciones de vulnerabilidad y de pobreza infantil más graves.

 

¿Estamos en niveles comparables al resto de Europa?

No. Estamos en una situación realmente preocupante porque somos el tercer país de la Unión Europea con más niños pobres, pero en cambio estamos invirtiendo aproximadamente la mitad de la media europea. Es cierto que el actual Gobierno ha introducido la figura del Alto Comisionado para la lucha contra la pobreza infantil y prevé más recursos en infancia, pero todavía no vemos ni las medidas ni los recursos necesarios para tener realmente un programa que sea efectivo. A día de hoy, entendemos que las políticas públicas de lucha contra la pobreza infantil en España son escasas y cuentan con poca inversión.

 

Entones, la salida de la crisis no se está traduciendo en un descenso de la pobreza…

Han surgido nuevos fenómenos que antes no existían como las familias trabajadoras pobres. Es decir, familias en las que uno de los progenitores trabaja, pero ese sustento no llega para vivir en una situación de integración social.

 

¿Qué significa ser un niño pobre en España?

Un niño pobre es aquel que sus padres no tienen recursos para pagar los libros escolares, que cuando se le rompen las gafas es muy difícil que le compren otras nuevas... En definitiva, es un contexto en el que hay más dificultades que en una familia plenamente integrada.

 

Aparte de la pobreza, ¿cuáles son los principales problemas de la infancia en nuestro país?

Tenemos a los niños migrantes que, en el caso español, se han duplicado. Son los mal llamados MENA (Menores Extranjeros No Acompañados), que nosotros llamamos niños migrantes o niños en búsqueda de asilo porque también hay adolescentes que cruzan la frontera huyendo de una guerra o de una situación de violencia. Aproximadamente, en la actualidad, hay 10.000 niños en estas circunstancias en nuestro sistema de protección. Este es un tema que nos preocupa porque ha ido creciendo y tenemos que implementar medidas.

Por otra parte, los temas de educación también son fundamentales para nosotros. Es necesario que exista un consenso básico entre las fuerzas políticas y en las estructuras del Estado para dar respuesta a las necesidades que tiene nuestra infancia. No lo dice solo UNICEF, el Comité de los Derechos del Niño de Naciones Unidas y muchos reportes internacionales advierten de que los constantes cambios en las leyes afectan a la eficiencia de nuestro sistema educativo. Estos son los temas más relevantes, aunque, por nuestra misión, la infancia vulnerable y la pobreza infantil es un tema que queremos atajar con un pacto, con una alianza, con un consenso mínimo entre todos los partidos políticos que establezca que debemos de tener un enfoque para esos niños más vulnerables.

 

¿Cómo ha cambiado la solidaridad de la sociedad civil?

La sociedad española ha cambiado mucho porque el número de donantes regulares, no solo en UNICEF sino en todas las ONG, ha aumentado vertiginosamente. Tenemos 390.000 socios que, mensual o trimestralmente, nos apoyan económicamente con una permanencia media de diez años. Antes la gente donaba motivada por el impulso emocional de una emergencia, pero ahora la sociedad española se parece más a la de otros países europeos y se implica con una causa a lo largo del tiempo. Además, por lo general, la persona que es socia de una organización como, por ejemplo, UNICEF también colabora con otras organizaciones, como puede ser Greenpeace. Esta situación ocurre cada vez con más frecuencia y es una alegría porque demuestra que la sociedad española está más comprometida. Además, ello nos ayuda como elemento de influencia ante las autoridades.

 

De hecho, la influencia política y social es una de las labores importantes de UNICEF…

Efectivamente, es uno de nuestros roles más importantes y en el que más hemos profundizado en los últimos años con la idea de que en el ámbito de infancia no solo es necesario el compromiso cada vez mayor de las autoridades, de los políticos, de las comunidades autónomas, etc., sino también de los adultos. En este sentido, en los últimos años se ha producido un cambio en materia de participación infantil y los adultos estamos más abiertos a entender que un joven de 16 o 17 años puede participar en los debates de la sociedad. Incluso se ha planteado rebajar la edad de derecho al voto. Desde UNICEF, pensamos que si un joven participa en las cosas que le afectan, lo más probable es que luego sea partícipe de la vida social de su comunidad.

 

¿De qué forma colaboran con las empresas?

Muchas empresas españolas colaboran con los programas de UNICEF en América Latina, pero en general, no solo buscamos la colaboración económica, sino también lo que llamamos sensibilización. Por ejemplo, empresas como Meliá Hotels International nos ayudan a financiar los informes que realizamos sobre la situación de la infancia en España.

Por otra parte, cada vez estamos trabajando más en que la empresa se corresponsabilice de la situación de la infancia en los países donde opera, abordando temas de trabajo infantil en sus cadenas de valor, pero también de acceso a la salud de las familias de estas comunidades. En este ámbito, estamos observando un cambio muy significativo en el trabajo de las empresas y va a ser una de las líneas de actuación que potenciaremos en el futuro. Por ejemplo, en África Subsahariana hay empresas que pueden suponer un porcentaje muy elevado del PIB de un país. Si somos capaces de que esas empresas, que en muchos casos son multinacionales, cambien las relaciones con sus empleados y cumplan los derechos laborales podemos provocar un cambio muy profundo en el país. Ese es el salto que queremos dar. Pasar de una visión concreta de un programa o de un proyecto a que la empresa sea líder en los cambios internos y en sus proveedores, en todos los stakeholders y en la relación que pueden establecer con otras empresas del mismo sector.

 

La situación de la infancia en el mundo

En las últimas décadas se han conseguido grandes logros para la infancia, como la reducción a más de la mitad de las tasas de mortalidad infantil, un mejor acceso a agua potable y a educación, o una mejor nutrición. Sin embargo, todavía millones de niños se enfrentan a una vida de pobreza, desnutrición, falta de acceso a servicios básicos o riesgo de sufrir explotación, violencia y abusos.
• Cada día, 14.700 niños menores de 5 años mueren por causas prevenibles, o lo que es lo mismo, 5,4 millones al año.
• Más de 200 millones de niños menores de 5 años sufren algún tipo de desnutrición.
• 303 millones de niños de entre 5 y 17 años no acuden a la escuela.
• 73 millones de niños trabajan en las condiciones más extremas.
• 1.000 millones de niños, más de la mitad de la población infantil de 2 a 17 años, ha sufrido algún tipo de violencia en el último año.

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