Han sido dos pasos importantes para que toda la compañía integre la sostenibilidad no solo desde la estrategia, sino también en el día a día del trabajo. Estamos trabajando con todos los departamentos y las fábricas para que vean cómo pueden contribuir a impulsar la sostenibilidad y cómo ésta ayuda a la empresa a ser más competitiva.
Estamos presentes en muchos países, con centros de producción en España, Alemania, Estados Unidos, en Sudáfrica y Malasia, y con oficinas comerciales en más de 60 países. Lo importante es que seamos capaces de llegar a todos los lugares donde está la compañía y que la sostenibilidad impregne todo el trabajo de la compañía, con un enfoque de mejorar la rentabilidad, crear valor, tener en cuenta a todos los grupos de interés con los que trabajamos desde empleados, inversores, clientes, proveedores, accionistas, etc.
Hemos estructurado nuestro Plan Director de Sostenibilidad en cinco pilares: Gobierno Ético, responsable y transparente; Ecoeficiencia y mitigación del cambio climático; Economía circular y producto sostenible; Equipo comprometido, cultura, diversidad y seguridad; y Cadena de suministro y el impacto en la comunidad.
Se trata de nuestro plan de mejora continua. Es decir, tenemos reuniones con todos los departamentos corporativos y con las fábricas, de forma que identificamos iniciativas que nos permiten mejorar el posicionamiento de la compañía en cada uno de los ámbitos medioambientales, sociales y de gobierno corporativo. El plan recoge y agrupa todas las iniciativas para darles impulso y transversalidad de forma que aproximadamente, en 2023, definimos 200 iniciativas que nos ayudan a seguir avanzando en la consecución de los objetivos.
Los “Objetivos 2030” muestran nuestro compromiso con mejorar la intensidad de carbono, la eficiencia energética y mejorar el uso de agua, reducir la accidentalidad en nuestras instalaciones, mejorar la reciclabilidad de nuestros residuos e incrementar la presencia femenina en nuestra plantilla.
Nos hemos fijado objetivos a 2030 y el plan de sostenibilidad nos ayuda a recorrer esa senda que tenemos que hacer para cumplir con los objetivos que, además, están vinculados a la retribución variable tanto de nuestro consejero delegado, directivos como empleados. Ligar la sostenibilidad a retribución es otra palanca que permite a la organización enfocarse a la consecución de los objetivos.
Nos hemos marcado el objetivo de reducir en un 20% la intensidad de carbono en 2030, respecto a 2015. Actualmente, hemos alcanzado una reducción de aproximadamente el 8%. También queremos reducir la intensidad en agua en un 20% y prácticamente ya lo estamos alcanzando. Habíamos puesto un objetivo respecto a la reducción de la accidentalidad y ya lo hemos alcanzado y hemos decidido poner otro más ambicioso o, por ejemplo, tenemos el objetivo de alcanzar el 90% de residuos reciclados en 2030 y ya estamos por encima del 80%.
Ahora, nos encontramos en un proceso de análisis y revisión de nuestro plan de descarbonización y de la fijación de un objetivo de reducción de emisiones de carbono teniendo en cuenta SBTi.
Son dos caras de la misma moneda. Por una parte, producimos acero inoxidable y aleaciones de alto rendimiento que es un material infinitamente reciclable. Es decir, podemos recuperar el acero, reintroducirlo en el proceso productivo y darle las mismas propiedades que tenía en su primer uso. Es un paradigma de economía circular porque, aproximadamente, el 90% de la materia prima que utilizamos para producir acero proceden de material reciclado y la principal materia prima es la chatarra.
Pero, por otro lado, en el proceso de producción del acero, necesitamos temperaturas de más de 1.600ºC y para alcanzar esas elevadas temperaturas, tenemos un consumo energético muy elevado, para el que utilizamos electricidad y gas.
Estamos trabajando en la reducción de las emisiones de CO2 de nuestra cadena de producción, pero hay determinados procesos productivos en los que todavía no existe tecnología disponible para poder llevar a cabo esa descarbonización. Por ejemplo, hemos trabajado con el uso de hidrógeno verde para sustituir el gas natural, pero la disponibilidad de hidrógeno verde es todavía escasa y a precios elevados.
Además, el poder calorífico del gas es tres veces el del hidrógeno, con lo cual necesitamos tres veces más volumen de hidrógeno que de gas natural para obtener el mismo calor. El desarrollo de este mercado puede ayudar al sector del acero en la descarbonización y hemos hecho un piloto en nuestra fábrica de Algeciras para demostrar que podríamos llegar a sustituir un 15% o 20% de gas natural en nuestras calderas, sin cambiar nuestra infraestructura y sin que afectara a las propiedades del acero. Ese es el problema: los cambios estructurales en los procesos productivos tienen periodos de maduración largos y periodos de inversión muy largos.
Efectivamente, el 90% de las materias primas que utilizamos es chatarra, que no tiene huella de carbono porque es un producto reutilizable. Pero, sin embargo, en ese 10% de materias primas que tenemos que utilizar para dar las propiedades específicas al acero inoxidable necesitamos añadir otras materias primas que son ferroaleaciones producidas en países muy distantes de nuestros centros productivos y cuya huella de carbono para su extracción y el transporte es relevante. De hecho, nuestro scope 3 representa cerca del 60% de nuestra huella de carbono.
La capacidad que tenemos de reducir esas emisiones de alcance 3 se centra en intentar que ese 10% sea cada vez menor. Es decir, que hagamos cada vez un mayor uso de chatarra de forma que sea lo más óptimo posible y nos permita incorporar menos ferroaleaciones para tener menos huella de alcance 3. A su vez, trabajamos para que esas ferroaleaciones sean más bajas en carbono, pero es un proceso complejo porque, por la propia definición del alcance 3, está fuera de la gestión de la compañía. Tenemos que trabajar con nuestros suministradores de materias primas y, en nuestras plantas, tenemos que ser lo más eficientes posible en el uso de chatarra para minimizar el uso de materias primas auxiliares.
Nuestros departamentos de I+D tienen un trabajo muy importante en la generación de nuevas soluciones. Por un lado, la creación de nuevos productos que den respuesta a las demandas de nuestros clientes que, además, están ligados a industrias del sector de las renovables, con las baterías, etc. Todos esos nuevos productos ya se piensan y se definen con criterios sostenibles.
Y, por otra parte, trabajan en la innovación de los procesos. Trabajan conjuntamente con los departamentos de Operaciones para mejorar la eficiencia en nuestro proceso, consumir menos energía, menos electricidad, menos gas natural, menos materias primas auxiliares, hacer un uso más eficiente de la chatarra.
Queremos ser neutros en carbono en 2050 siempre que las tecnologías disponibles lo permitan. Los retos que tenemos están íntimamente relacionados con la regulación europea, pero probablemente el principal reto es la descarbonización y en cómo el sector del acero puede hacer la transición hacia una economía baja en carbono. Ahí estamos trabajando en dos ámbitos. Uno más global, es decir, intentamos descarbonizar a toda nuestra cadena de valor a través de la mejora de la eficiencia energética, el uso de electricidad renovable. Por ejemplo, el año pasado, incrementamos un 50% el uso de electricidad renovable de nuestras instalaciones, cambiando determinados usos de gas natural a electricidad, con lo cual usando más electricidad renovable también podemos descarbonizar, estamos analizando cómo mejorar e incrementar el uso de la chatarra y reducir las materias que son una parte muy importante del alcance 3, y analizando nuevas tecnologías, como el hidrógeno verde o la captura de carbono.
Y, luego, hemos identificado en el mercado que hay determinados clientes y segmentos que piden productos premium en sostenibilidad. Ahí estamos trabajando en el lanzamiento de EcoAcerinox, un nuevo producto que va a tener una huella de carbono significativamente menor que nuestro producto estándar.