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UNEP FI, la alianza de Naciones Unidas y el sector financiero, más activa que nunca
Jacki Johnson y Antoni Ballabriga,
copresidentes del Comité Directivo de UNEP FI
06/02/2020Qué retos se han marcado al frente de la copresidencia del Comité Directivo de UNEP FI?
Jacki Johnson. Uno de los retos al que nos enfrentamos es estar presentes en diversas partes del mundo, al tiempo que debemos atender nuestras respectivas responsabilidades. No obstante, un buen Secretariado y unos miembros activos e implicados nos ayudan sobremanera a conseguirlo. Igualmente, mantenemos conversaciones abiertas con mucha frecuencia y dedicamos tiempo a preparar conjuntamente las reuniones formales y otros compromisos. Finalmente, diría que la sesión de estrategia anual del Comité de Dirección Global nos sirve como garantía de que reunimos la experiencia necesaria y comprendemos las necesidades de todos nuestros colegas y las del Secretariado.
Creo que tenemos una oportunidad clave de conseguir que el número de nuestros miembros siga creciendo y, de este modo, garantizar que estamos representando a la mayor cantidad posible de dólares invertidos y de servicios de banca y seguros premium de todo el mundo. Estamos muy satisfechos de estar superando nuestras expectativas, porque nos permitirá tener el mayor impacto y asegurar que lideramos el camino para completar con éxito el Plan Estratégico de UNEP FI.
Jacki Johnson: “Es importante pasar de un concepto de responsabilidad corporativa a otro de sostenibilidad corporativa”
Antoni Ballabriga. Una de las misiones básicas del Comité Directivo es establecer y revisar periódicamente los objetivos estratégicos de UNEP FI, para que conserven y mejoren el valor y la naturaleza transversales de la organización. Impulsar la sostenibilidad en el sistema financiero requiere una aproximación sistémica que integre a las tres principales industrias (banca, inversores y aseguradoras) y que las ponga a trabajar conjuntamente en aquellos temas que nos afecten a todos. El reto que tenemos por delante es el de asegurarnos de incorporar todas las visiones y aportar valor al sistema. Un buen ejemplo de ello son los proyectos temáticos que implican a todas las industrias y que, al ser tratados de manera coordinada, generan sinergias relevantes que podemos aprovechar, tales como la definición de metodologías para implementar las recomendaciones TCFD sobre cambio climático, la definición de estándares y modelos para la gestión del capital natural o la iniciativa sobre “Impacto Positivo”, para ayudar a las entidades financieras en la gestión del impacto de sus actividades.
Desde el sector financiero y Naciones Unidas vemos avances importantes en este camino que hemos emprendido juntos. Una colaboración que debe estar a la altura de los enormes retos que enfrentamos como sociedad con la vista puesta en la consecución de los ODS. En los últimos tiempos, esta colaboración se ha estrechado y se ha intensificado. UNEP FI, la alianza de Naciones Unidas y el sector financiero está más activa que nunca.
¿Qué papel debe jugar el sector financiero en el desarrollo de un futuro sostenible?
Antoni Ballabriga. La industria financiera tiene mucho que decir en este proceso de transformación. Somos financiadores y movilizadores de capital en los mercados. Nuestra responsabilidad es enorme, tanto dentro del proceso de transición ecológica, como en el irreversible camino hacia una descarbonización de nuestra economía. Y nuestro papel, por lo menos en BBVA, lo resumimos en tres palabras: financiar el futuro.
Las entidades financieras deben integrar la sostenibilidad en sus estrategias de negocio. No puede ser de otra forma. Y lo deben hacer por dos razones. Una es por el respeto al propio planeta. La otra tiene que ver más con los negocios en el sentido más tradicional y, a la vez, es lo que hace que tenga sentido integrarla en nuestras estrategias. Esto es lo que va a pasar: va a producirse un traslado masivo de valor de unas actividades y sectores hacia otras y, con ello, una enorme cantidad de activos van a quedar abandonados.
Esta será, probablemente, la mayor disrupción experimentada en cualquier tipo de actividad económica en la historia de la humanidad. Y el sistema financiero debe actuar responsablemente, acompañando a las instituciones, las empresas y las familias, pero también promoviendo unos comportamientos y estilos de vida más sostenibles.
Jacki Johnson. Existen tres acuerdos globales que vinculan a países, compañías y sociedad civil a la hora de comprender conjuntamente los retos y las oportunidades del futuro. Estos acuerdos nos dan herramientas para lidiar con los desafíos complejos y sistémicos a los que nos enfrentamos, concretamente: el cambio climático, el cambio tecnológico y los cambios sociales, los cuales tienen un impacto directo en cada economía y comunidad.
El sector financiero puede jugar un rol muy activo en el modo en el que dirige el capital, desarrolla productos que satisfagan las cambiantes necesidades de los clientes y asegura que sus propias compañías siguen siendo relevantes y sostenibles para atender las necesidades de los usuarios, inversores y empleados a largo plazo.
Concretamente, los tres acuerdos globales a los que me refería son: el del Cambio Climático de París, los Objetivos de Desarrollo Sostenible y, en tercer lugar, el marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres, que busca lograr que nuestras comunidades sean más seguras y resilientes ante los desastres naturales. Hemos llegado a un momento histórico único en el que nuestro entorno natural está más ligado que nunca a nuestro progreso económico y social. Y viceversa. Esto significa que el liderazgo del sector financiero es hoy más crítico que nunca.
¿De qué manera las instituciones financieras pueden lograr que la sostenibilidad sea la piedra angular de sus estrategias de negocio?
Jacki Johnson. Los CEO y los consejos de las instituciones financieras deben liderar de una forma que tenga en consideración el complejo sistema interconectado en el que operan. Debemos asegurarnos de integrar una perspectiva a largo plazo que reconozca la relación entre el valor de los negocios y el valor de la sociedad. Es importante que vayamos un poco más allá de la visión de desplegar proyectos de responsabilidad corporativa a corto plazo en comunidades locales y que pasemos a otra visión en la que las compañías identifiquen y articulen su propósito corporativo a largo plazo, es decir, su razón de existir. Por ejemplo, IAG - Insurance Australia Group tiene claro su propósito de “Hacer de tu mundo un lugar más seguro”. Esto no es un lema de marketing, sino un propósito profundamente compartido que galvaniza el esfuerzo de todos los empleados, desde los que trabajan en la atención al público hasta la presidencia, y que les ayuda y guía en los momentos en los que hay que tomar decisiones difíciles al tratar de satisfacer objetivos competitivos.
Desde un propósito así, puede diseñarse una estrategia para asegurar que la sostenibilidad es la responsabilidad del consejo y del equipo directivo. Los planes anuales y los presupuestos pueden ajustarse para garantizar que se movilizan los recursos necesarios para materializar la estrategia. Es importante pasar de un concepto de responsabilidad corporativa a otro de sostenibilidad corporativa. ¡La relevancia y el futuro de nuestras instituciones depende de ello!
Antoni Ballabriga. En BBVA también somos un banco orientado a un propósito: “Poner al alcance de todos las oportunidades de esta nueva era”. Por ello hemos situado a la sostenibilidad en el centro de nuestra estrategia. Hemos adoptado un enfoque integral en relación con la sostenibilidad, que abarca no solo al cambio climático, sino también a otros desafíos ambientales y sociales. Estamos trabajando en los Riesgos Vinculados al Clima, y en las Oportunidades e Impacto Financiero (TFCD).
Antoni Ballabriga: “Somos financiadores y movilizadores de capital en los mercados. Nuestra responsabilidad es enorme”
Este enfoque por la sostenibilidad es también consecuente con la creciente preocupación acerca del papel que el sector financiero puede jugar a la hora de conectar las acciones de cambio climático con las vías de desarrollo inclusivo marcadas por la Declaración de Transición Justa, firmada en la COP24 por 53 países. Aunque no es suficiente: debemos ir un poco más allá para incluir los riesgos y oportunidades del cambio climático en nuestras estrategias y procesos de negocio.
En los últimos años hemos avanzado mucho, pero nos queda todavía mucho por hacer. Hemos movilizado 30.000 millones de euros en finanzas sostenibles en 2018 y 2019, y pretendemos alcanzar los 100.000 millones hasta 2025. Nuestro Compromiso 2025, además, ha seguido afianzando sus otras dos líneas de actuación. Por un lado, en la reducción de riesgos ambientales y sociales asociados a la actividad de la entidad, minimizando sus potenciales impactos negativos directos e indirectos. Por otro lado, involucrando a todos los grupos de interés para impulsar de forma colectiva la contribución del sector financiero al desarrollo sostenible.
¿Cuáles son las principales amenazas a las que se enfrenta el sector financiero para materializar los ODS y cumplir con el Acuerdo de París?
Antoni Ballabriga. Los bancos juegan un papel crucial en la lucha contra el cambio climático y en la consecución de los ODS, gracias a su posición única para movilizar capital mediante inversiones, préstamos, emisiones y funciones de asesoramiento. En nuestro caso, en BBVA, creemos que tenemos una gran labor por delante en materia de ODS. En el futuro, pensamos utilizar nuestra posición para generar un impacto específico sobre el comportamiento de nuestros clientes, ayudándoles a transitar hacia un mundo más sostenible basado en unos Objetivos de Desarrollo determinados. Concretamente en acción por el clima, promoviendo la eficiencia energética, la economía circular y la reducción de la intensidad del carbono. Y en el ámbito del crecimiento inclusivo, movilizando las inversiones necesarias para construir infraestructuras inclusivas. En este sentido, van a lanzarse iniciativas de negocio en tres categorías: inclusión financiera, infraestructuras inclusivas y apoyo a los emprendedores.
Jacki Johnson. Los retos y oportunidades clave en los que el sector puede tener un mayor impacto son, en primer lugar, asegurar que el capital se movilice de un modo tal que genere valor para los ODS globales y nacionales, e integrando objetivos fundamentados en la evidencia científica y documentados en los acuerdos y aprendizajes internacionales. También debemos garantizar la transparencia y la información efectiva para facilitar un mejor proceso de toma de decisiones financieras, teniendo en cuenta los riesgos sociales y medioambientales en nuestros mercados financieros. El tercer ámbito es asegurar la sostenibilidad, resiliencia y estabilidad del sistema financiero. Y, finalmente, asegurar que los productos y servicios cumplan con las expectativas y necesidades de los consumidores y empleados, integrando aquí las de elección informada, inclusión financiera y bienestar.
¿Cuáles son las prioridades de UNEP FI en su promoción de las finanzas sostenibles?
Jacki Johnson. Nuestras prioridades son habilitar una red eficaz para compartir conocimientos y buenas prácticas, y garantizar que el sector apoye las políticas de divulgación de información financiera. El plan se enfoca en desarrollar metodologías y herramientas, establecer diagnósticos, promover el establecimiento e implementación de normativas y apoyar al liderazgo. En los dos últimos años, el número de nuestros miembros ha crecido y vamos por el camino de superar nuestro objetivo de un 30% de crecimiento en afiliaciones. El éxito se debe, en buena medida, a los sólidos partenariados que mantenemos.
Recientemente, UNEP FI ha presentado sus Principios de Banca Responsable. ¿Qué han significado para el sector de la banca?
Antoni Ballabriga. En realidad, los Principios nacieron en París en 2018, gracias a 28 entidades financieras reunidas en el marco de UNEP FI. Entre esos bancos fundacionales se encontraba BBVA. Actualmente, más de 130 CEO de entidades internacionales, que representan un tercio del sistema bancario mundial, ya han estampado su firma en los Principios, cuyo objetivo fundamental es determinar el rol y las responsabilidades de la industria bancaria en la creación de un futuro sostenible, alineándose con los ODS aprobados por la propia ONU y con el Acuerdo Climático de París, concretado en 2015. Estos Principios están redefiniendo el papel de la industria en la sociedad para generar un impacto positivo en la vida de las personas.
UNEP FI también promueve metodologías que ayuden al sector financiero a implementar las recomendaciones del TCFD (Task Force on Climate-Related Financial Disclosures). ¿Cuáles son las líneas de trabajo en este sentido?
Jacki Johnson. IAG ha sido un participante activo en el proyecto piloto de UNEP FI en el ámbito de los seguros, dentro del TCFD. Este proyecto consiste en reunir a 16 compañías aseguradoras globales para desarrollar herramientas más potentes de evaluación de riesgos y ayudar al sector a entender mejor los riesgos del cambio climático en sus negocios. A nivel nacional, IAG también tiene una fuerte implicación con el sector y con el regulador, al tiempo que trabajamos en la implementación de las recomendaciones del TCFD. Dentro de la compañía, cerca de 300 directivos y el propio Consejo de Administración se han implicado en la preparación de la implementación.
Antoni Ballabriga. Gracias a esta metodología conjunta pretendemos dotar a la banca de una mayor transparencia y favorecer una mejor comprensión de la gestión de los riesgos y oportunidades vinculados al cambio climático. Las recomendaciones TCFD, promovidas por el Consejo de Estabilidad Financiera (FSB, por sus siglas en inglés), proponen que la divulgación de la información financiera relacionada con el cambio climático aborde cuatro categorías principales. en primer lugar el gobierno de la entidad en relación con los riesgos y oportunidades asociados al cambio climático; en segundo los impactos actuales y potenciales de los riesgos y oportunidades asociados al cambio climático en la estrategia de negocio de la compañía y en su planificación financiera; en tercer lugar, los procesos utilizados por la organización a la hora de identificar, evaluar y gestionar los riesgos y oportunidades asociados al cambio climático; y finalmente las métricas y objetivos utilizados para identificar y gestionar los riesgos y oportunidades más relevantes asociados al cambio climático.
El trabajo realizado en UNEP FI en la definición de metodologías para la evaluación del impacto financiero derivado de los riesgos físicos y los riesgos de transición está siendo un referente para las entidades e, incluso, para los órganos supervisores.
¿De qué manera se relaciona UNEP FI con los reguladores y los supervisores?
Jacki Johnson. UNEP FI colabora activamente con los reguladores y los bancos centrales. Esto se realiza por medio de foros, comunicación y proyectos. Por ejemplo, en el marco del Foro de Sostenibilidad de los Seguros (SIF), la PSI se coordina activamente con los supervisores y con las entidades miembro, tanto a nivel global como nacional. En Australia, la Australian Sustainable Finance Iniciative cuenta con el regulador financiero del país y con la Comisión de Activos e Inversiones como observadores dentro del comité directivo y como participantes activos en sus grupos de trabajo.
Antoni Ballabriga: “Debemos ir un poco más allá para incluir los riesgos y oportunidades del cambio climático en nuestras estrategias y procesos de negocios”
Antoni Ballabriga. Es importante señalar la colaboración constante con la NFGS – Network For Greening the Financial System, una red que engloba a bancos centrales y a supervisores y que reconoce que el cambio climático es una fuente de riesgo financiero. La NFGS publicó su primer informe integrado en abril de 2019, definiendo seis recomendaciones. La primera de ellas trata sobre cómo integrar los riesgos vinculados al cambio climático en los procesos de monitorización de la estabilidad financiera y en la microsupervisión. También tiene en consideración la misma aproximación secuencial al problema que mantenemos nosotros. Es por ello por lo que los reguladores lo están incorporando dentro de su ámbito. En este sentido, la Comisión Europea ya ha emitido un mandato a la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés) para que evalúe cómo los bancos deberían abordar este reto. De hecho, habrá un test de estrés vinculado al cambio climático. Queda mucho por desarrollar, pero, en definitiva, es muy destacable el nivel de aceleración que están adquiriendo estas cuestiones. La misma presidenta del BCE, Christine Lagarde, se ha comprometido recientemente a incluir el cambio climático en la agenda de la institución y ha llegado a reconocer que es consciente del riesgo de no hacer nada.
Jacki, usted también es copresidenta de la ASFI - Australian Sustainable Finance Initiative. ¿Cuáles son las prioridades de esta institución?
Jacki Johnson. El sector financiero de Australia entiende la urgencia y el papel crítico que debemos jugar para definir, en unos términos prácticos y concretos, cómo podemos contribuir sistemáticamente a la transición del país hacia una economía, una sociedad y un medio ambiente más resilientes, sostenibles y prósperos. Por este motivo, la ASFI fue creada hace un año e integra a más de 130 líderes y 80 organizaciones que trabajan conjuntamente para elaborar una hoja de ruta financiera que pueda enseñar al país cómo puede demostrar liderazgo del sector financiero y asegurar que existe la adecuada contabilidad del impacto de los servicios financieros en la sociedad, el entorno y nuestra economía. También busca asegurar que las comunidades y los consumidores acceden a los productos y servicios financieros adecuados en el marco de un clima y una sociedad cambiantes. es decir, apoyarles en la elección informada y en la toma de decisiones cuando seleccionen los productos que necesitan.
Paralelamente, la ASFI trabaja para alinear e implementar las herramientas, marcos de trabajo y estándares adecuados para asegurar la estabilidad financiera a largo plazo y satisfacer las necesidades de la sociedad y del medio ambiente. Y, finalmente, reforzar las metodologías de evaluación de modo que todos los riesgos y oportunidades puedan ser tenidos en cuenta, poniendo el foco en la toma de decisiones a largo plazo.
El sector financiero ha tenido en cuenta el riesgo de un aumento en el número de acontecimientos tales como incendios o inundaciones. Las trágicas circunstancias que hemos experimentado en los últimos tres meses solo enfatizan el papel crítico que debemos jugar.
El sector financiero ha unido fuerzas para afrontar esta emergencia. ¿De qué manera se puede escalar la preocupación hacia los consumidores?
Antoni Ballabriga. Guiados por nuestro propósito, pretendemos esa llegada al cliente de forma efectiva y progresiva. Para este 2020, el presidente de BBVA, Carlos Torres Vila, marcó el objetivo de conseguir que todos los productos de la entidad tengan su equivalente sostenible. Hasta la fecha, el camino realizado para clientes institucionales y corporativos a través de CIB ha sido muy destacado y nos ha posicionado como uno de los líderes en el mercado de bonos verdes y sostenibles. Pero, además, continuaremos con nuestro compromiso que va más allá de no financiar a ciertos clientes, y que tiene más que ver con ayudarles a trabajar en la transición hacia otros modelos más sostenibles. El asesoramiento será un componente esencial de la propuesta de valor y fundamental para acompañar el cambio de comportamientos de nuestros clientes y de la sociedad en su conjunto.
Jacki Johnson. Debemos asegurarnos de galvanizar una acción común y más potente. El lenguaje es importante, pero debemos hacerlo de una manera que no genere ni miedo ni parálisis. Debemos mostrar todo lo que puede hacerse y qué estamos dispuestos a hacer como líderes. Mostrar el arte de lo posible, compartir una visión… Desde ahí, podemos implicar a los usuarios y educarles y apoyarles en la toma de decisiones activas que redunden en un estilo de vida más sostenible.
Jacki Johnson: “Los retos y oportunidades clave son asegurar que el capital se movilice de un modo tal que genere valor para los ODS”
En Australia el sector financiero ha estado haciendo esto de manera proactiva. En los últimos años, IAG ha estado proporcionando datos a sus consumidores de una forma que les permite elegir dónde van a vivir y qué deben hacer para mitigar los efectos de los cambios climatológicos. A veces es difícil, porque a nadie le gusta creer que un acontecimiento ambiental va a tener un impacto negativo sobre su vida. Pero, tristemente, muchas comunidades y familias han experimentado ya la influencia de estos acontecimientos, ya sea el riesgo de un fuego en sus propiedades, las interrupciones en el traslado cotidiano o la polución causada por el humo, repercutiendo en la salud de sus familiares. Esto nos da también la oportunidad de colaborar con nuestros clientes de un modo proactivo y útil para asegurar el cambio de comportamientos.
¿Cómo resumirían sus contribuciones personales y profesionales al ámbito de las finanzas sostenibles?
Jacki Johnson. Durante más de 25 años he sido una alta ejecutiva y directora muy comprometida con el sector financiero. He vivido en primera persona la necesidad de disponer de productos bancarios y de seguros para adquirir un hogar y, por desgracia, también he visto la devastación en las comunidades sometidas a desastres naturales.
Comencé mi carrera como terapeuta ocupacional y como científica especializada en la seguridad. Desde esa temprana experiencia comencé a apreciar la importancia de ayudar a la gente a prevenir los riesgos que puedan influir sobre sus vidas y que, en caso de que suceda lo peor, sea posible ayudarles a adaptarse, recuperarse y, ojalá, a prosperar.
Todo ello me confiere una perspectiva única que, en combinación con mi experiencia en el ámbito del conocimiento y los servicios financieros, me posibilita ayudar teniendo en cuenta los riesgos y oportunidades sistémicos a largo plazo.
He realizado contribuciones personales como CEO de IAG en Nueva Zelanda tras los devastadores terremotos y temporales que sufrió el país, y también presidí el Consejo de Seguros de Nueva Zelanda en los años en los que hubo que navegar las aguas desafiantes de la recuperación a largo plazo. Lograr que el capital global llegara al país y asegurar que los ciudadanos pudieran acceder a seguros y a préstamos para sus viviendas requirió de mucha atención y liderazgo.
Así pues, estas experiencias han reforzado mi compromiso en emplear mis habilidades y conocimientos en un modo que impulsen el cambio de sistema en un entorno de cambio del clima, tanto a nivel global como local. Adicionalmente, a poner el foco en el papel del liderazgo ético cuando lo que se necesita es cooperar y colaborar para galvanizar una acción que promueva el cambio de conducta y de políticas y que no ahuyente a la gente ante los desafíos y cambios requeridos.
Antoni Ballabriga. Coincido plenamente con la visión de compromiso personal que comenta Jacki. En mi caso, a lo largo de toda mi vida profesional siempre me ha guiado el propósito personal de no aceptar la realidad tal cual nos llega, sino de pretender transformarla. De trabajar en algo que tenga un sentido y una trascendencia. De contribuir a hacer algo grande para dejar este mundo mejor de lo que lo hemos encontrado e impactar en la vida de otras personas de una forma positiva y masiva.
Estar en mi rol en BBVA supone una posición privilegiada. Poder trabajar en el seno de UNEP FI era algo inimaginable para mí, por lo que siento una enorme responsabilidad por promover el cambio sistémico que necesitamos. Y esto no va de que una sola entidad lidere: esto va de cambio sistémico. Y para ello nos necesitamos a todos. En este sentido, me inspira mucho la provocativa reflexión del profesor Otto Scharmer, del MIT, responsable de la U-theory: “Nuestra sociedad debe pasar de una economía de ego-sistema a una economía de ecosistema”. Ello requiere de profesionales que piensen más allá de sus organizaciones y que actúen incluyendo a todos en el sistema. Copresidir el Comité Directivo de UNEP FI me permite estar mucho más cerca de este sueño y propósito.
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