Pere Vandellós
01/04/2021

El fomento de las vocaciones tecnológicas es una asignatura pendiente que tenemos como sociedad

Pere Vandellós, CEO y cofundador de Clevertask

Desde sus inicios Clevertask ha creído firmemente en el papel de las empresas como impulsoras del cambio social y sabe que esto pasa por retornar a la sociedad parte de los beneficios, como obligación ética para conseguir una sociedad y un mundo mejores. La compañía entiende la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) como una herramienta para gestionar los impactos que la actividad de nuestra empresa causa sobre sus clientes, trabajadores, el medioambiente y la sociedad. En esta entrevista abordamos con el CEO y cofundador de Clevertask, Pere Vandellós, su visión sobe la RSE así como el papel que las empresas tecnológicas deben jugar en la actualidad, un momento de gran crecimiento, pero también grandes retos ante la gestión de los datos o las fake news.

En cinco años, Clevertask ha cuadriplicado su volumen de negocio. ¿Cómo se ha traducido este incremento en un mayor compromiso con la sociedad?

En lo económico, la RSC se integra en el plan estratégico de la compañía, mientras que en el plano medioambiental apostamos por reducir al máximo el impacto que produce la empresa e implantar medidas de máximo respeto al medioambiente: nuestras políticas de teletrabajo son un ejemplo de ello, al tiempo que también facilitan la conciliación personal y familiar.

En materia social, nos esforzamos en devolver a la sociedad lo que la esta nos da como compañía y en generar oportunidades de desarrollo social en el ámbito local en el que operamos. Constituyen muestras de ello la campaña solidaria de Navidad o el compromiso por la promoción de la igualdad en el deporte, con el patrocinio del equipo sénior de baloncesto femenino del Club de Básquet de Esparreguera, un municipio de la comarca del Baix Llobregat en la que se encuentra nuestra sede central y sobre la que a menudo ponemos énfasis en la concepción y el desarrollo de nuestras acciones.

Una de las características de las empresas tecnológicas es el importante manejo de datos. ¿Cómo potenciar la ética en la era del big data?

Es cierto que en los últimos tiempos el sector tecnológico se ha planteado esta pregunta que pasa por cómo preservar la privacidad de los datos, el respeto a los derechos de autor, el derecho al olvido o las fake news, entre otros. Y está en manos de las compañías el ampararlos bajo su responsabilidad o, por el contrario, entenderlos como responsabilidad de otros, esto es, de los usuarios, del legislador/regulador o de algún otro sector implicado.

En los últimos años han saltado a la luz algunos abusos producidos, en algunos casos, por parte de los gigantes. Tomemos el ejemplo del escándalo que protagonizó Facebook con la empresa Cambridge Analytica, algo que empezó aparentemente con un inocente test de personalidad en la red social y derivó en acusaciones de robo de datos, interferencia política y chantajes. Se trata de una cuestión de gran relevancia y en la que se está empezando a tomar medidas, aunque de forma desigual, por parte de los gobiernos.

Cabe señalar asimismo que en el ámbito europeo la legislación es mucho más restrictiva que los otros modelos (en esencia, el americano y el chino) que dominan la esfera de la Inteligencia Artificial (IA), y que sí protege la privacidad gracias al Reglamento Europeo de Protección de Datos (RGPD). El 8 de abril de 2019, la Comisión Europea puso en marcha una fase piloto con el fin de garantizar las directrices éticas para el desarrollo y el uso de la IA dentro del marco global de la estrategia europea para la Inteligencia Artificial. Pero aunque esto supone un avance en la materia, aún será difícil garantizar una homogeneidad, por lo que mientras tanto recae en cada persona la responsabilidad última a la hora de revisar cuidosamente las cláusulas de uso de los datos personales.

A pesar de que la irrupción de las nuevas tecnologías está creando nuevas posiciones laborales, la llamada Cuarta Revolución Industrial está destruyendo muchos empleos, sobre todo los de mayor automatización. ¿Qué puede hacer el sector tecnológico para favorecer la creación de empleo?

El sector tecnológico es uno de los que más empleo demandan en la actualidad. Toda empresa, ya sea tecnológica o no, necesita de estos perfiles en sus plantillas y el fomento de las vocaciones tecnológicas es una asignatura aún pendiente que tenemos como sociedad. La demanda de profesionales crece a un ritmo exponencial, mientras que cada año entran menos estudiantes en carreras relacionadas con las TIC, algo que nos sitúa en un mercado competitivo en busca de un mismo perfil de profesional. Así lo demuestran varios estudios al respecto, como “El desafío de las vocaciones STEM” (de la patronal DigitalES y con datos del Ministerio de Educación), que ya apuntaba a que entre 2010 y 2017 las personas matriculadas en carreras técnicas como ingeniería y arquitectura habían caído un 28%.

Si bien es cierto que la automatización sustituirá algunas profesiones, también lo es que se crearán de nuevas. Asumimos que muchos de los empleos tradicionalmente mayoritarios y predominantes en el siglo XX –muchos de ellos sujetos a la industrialización– desaparecerán. La irrupción de la IA, la robótica o la cuántica va a requerir de profesionales con nuevos conocimientos, muchos de ellos de tipo tecnológico. El rol de las empresas tecnológicas es formar a estos futuros profesionales que van a dedicarse a esas nuevas profesiones, algunas solo intuidas y otras todavía desconocidas a día de hoy.

Ante esta realidad en Clevertask defendemos la importancia de impulsar la relación entre el ámbito educativo con el profesional/laboral, precisamente para alinear los dos mundos a lo que el mercado necesita y apostar por la creación de empleo. Ese acercamiento pasa por participar activamente en los foros de empleo de las universidades y escuelas de negocios, contar con acuerdos con escuelas de FP Dual donde los estudiantes compaginan sus estudios con una primera experiencia profesional con nosotros y lo mismo con varias universidades.

Otras iniciativas importantes son las que contemplan el reciclaje profesional y el modelo “lifelong learning” o aprendizaje continuo, que permite ajustar los conocimientos y habilidades a las necesidades constantes del mercado. Hay programas específicos como el de “Crea Futuro” de Microsoft, en el que hemos participado de forma activa costeando ocho becas a estudiantes para formarse durante seis meses en planes formativos específicos en tecnología.

La tecnología pone de manifiesto la desigualdad social e incluso, la puede aumentar. ¿Cómo se puede reducir la brecha digital y las desigualdades?

Las organizaciones cada vez tienen más peso en la economía mundial. La segunda década del siglo XXI está marcada por la tecnología y empresas como Google, Apple, Facebook, Amazon o Alibaba son las más innovadoras, con mayores crecimientos. Y todas se encuentran ante nuevos retos de responsabilidad social: de ellas depende abordarlos de manera proactiva o resistirse a reconocerlos. Algo similar ocurre también en compañías que están compitiendo, no solo en el sector tecnológico, sino que son nuevos actores clave en este proceso de globalización y transformación digital, en diferentes sectores, como el de los medios de comunicación, las discográficas o la banca. Así, muchas de las firmas tecnológicas vuelcan sus esfuerzos en dos entornos específicos: la responsabilidad medioambiental y las políticas relacionadas con las personas.

Entendemos que estas grandes empresas tienen el deber de plantearse seriamente cuál debe ser su papel en la sociedad y articularlo a través de una política de RSC seria, factible, ética y también con una visión globalizada y solidaria de la humanidad. Las organizaciones debemos colaborar esponsorizando de manera específica a los colectivos más desprotegidos y asegurando la igualdad de oportunidades en el acceso a la tecnología: una tecnología presente en el ámbito profesional, pero también en las relaciones sociales, familiares y personales. El concepto se refiere a democratizar la tecnología, como herramienta también para democratizar el conocimiento.

En España o en Europa hablaríamos, respecto a este factor de la sostenibilidad, de cerrar la brecha digital y que consiste en proveer de tecnología y medios para formar y educar en nuevas tecnologías a niños de todo el mundo que también necesitan las TIC para tener una vida mejor.

Las compañías tecnológicas se encuentran, a menudo, ante un déficit de talento femenino. ¿Cuál cree que es la fórmula para potenciar las vocaciones STEM entre las niñas/adolescentes?

Hay que actuar desde la infancia y fomentar las vocaciones tecnológicas entre las niñas ya desde la escuela para combatir esa imagen caduca de que son intereses o profesiones de hombre. Esto pasa por hacer de estas materias algo atractivo y útil para el colectivo al que nos dirigimos y ahí está donde tenemos que pensar muy bien cómo dar a conocer estas actividades. También en casa, los padres tenemos un papel importante a la hora de impulsar las vocaciones tecnológicas entre nuestros hijos e hijas, sin forzar a nada, solo dándoselas a conocer y poniendo a su disposición el conocimiento necesario para desarrollar sus capacidades.

La búsqueda de referentes femeninos del mundo de las TIC en los ámbitos empresarial, profesional y académico es otra de las claves para su impulso. En los últimos años se han fomentado a nivel social varias iniciativas que persiguen la búsqueda y el reconocimiento de referentes femeninos (Premios Dona TIC, por ejemplo), además de la divulgación del papel y el talento de las mujeres en el sector y también la voluntad de animarlas a estudiar ingenierías y a asumir posiciones de liderazgo en el mismo. Jornadas conmemorativas o reivindicativas como el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia (11 de febrero) dan visibilidad a esta problemática y poco a poco animan a luchar por la igualdad también en este terreno.

Se trata de vencer la brecha de género que afecta a muchos sectores, pero que en el ámbito de las STEM es muy profunda debido, por un lado, al origen de una sociedad patriarcal del que aún padecemos el poso y, por otro, a unos estereotipos de género que acercan más a los chicos a buenas aptitudes en el ámbito científico técnico y –de forma simultánea– alejan a las chicas de la posibilidad de sentirse atraídas por carreras de esta tipología.

En el caso concreto de las empresas tecnológicas también es importante la creación de órganos que fomenten la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres y velen por la incorporación de mujeres a sus plantillas, por la igualdad salarial ante puestos de igual categoría, por su acceso a puestos directivos o por la conciliación familiar. Por nuestra parte, contamos con un Plan de Igualdad que contempla estos elementos, mientras un comité de igualdad vela por el cumplimiento de las medidas previstas.

A raíz de la pandemia, Clevertask ha puesto en marcha iniciativas para combatir la brecha digital en niños y mayores a través de la tecnología. ¿Cuáles destacaría?

Cuando surgió la pandemia observamos como dos de los colectivos más afectados habían sido precisamente los niños y los mayores. Los primeros porque se habían quedado durante meses sin sus compañeros y amigos, sin colegio y, muchos de ellos, sin acceso a la educación por falta de medios. Los mayores, recluidos en residencias o aislados en sus casas sintiendo soledad, miedo y, a la vez, con ganas de ver a los suyos. Fue entonces cuando vimos la capacidad de la tecnología por ayudar a ambos: podíamos acercarlos a la educación, a sus clases, en el caso de los niños, y acercar a los mayores a sus seres queridos.

Así, pusimos la maquinaria en marcha para luchar contra la brecha digital en estos dos colectivos y decidimos colaborar con Save the Children y Amigos de los Mayores, dos entidades sin ánimo de lucro que, a la vez, compartían la inquietud por combatir la brecha digital. Con nuestra colaboración hemos dado acceso a la educación a través de la tecnología a más de 600 niños y niñas en situación de vulnerabilidad, y hemos ofrecido dispositivos tecnológicos y conectividad a largo plazo a personas mayores para acercarlas, de alguna manera, a sus seres queridos.

Una compañía tecnológica no tiene una elevada huella medioambiental, pero puede ayudar a sus clientes a reducirla. ¿Están trabajando en ese ámbito? ¿Qué iniciativas destacaría?

En muchos casos, las compañías tecnológicas llevan asociado un gran consumo eléctrico, lo que ocasiona un considerable impacto medioambiental. Por ello, es importante que éstas dispongan de una política de RSC adecuada que contemple el uso de energías renovables y favorezca políticas de teletrabajo, siendo compañías de huella de carbono cero.

Según el informe “Clicking Clean” de Greenpeace, grandes compañías como Apple, Google y Facebook ya se han unido al RE100. Se trata de una ambiciosa iniciativa mundial para implicar, apoyar y destacar a las grandes empresas que se han comprometido a utilizar un 100% de energía renovable, dando ejemplo de liderazgo en la lucha contra el cambio climático y en el desarrollo de una economía baja en carbono. Empresas como Google, por ejemplo, ya utilizan solo energía verde gracias a políticas que apuestan exclusivamente por las energías renovables. Y Amazon y Facebook se han fijado el objetivo a largo plazo de energía renovable al 100%.

En lo que concierne a Clevertask, favorecemos el uso de documentos digitales en detrimento de los impresos. Y participamos en grandes proyectos de innovación tecnológica en grandes compañías nacionales e internacionales, que favorecen nuevos modelos de teletrabajo así como procesos de digitalización “paperless”.

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