El estudio, que ha publicado la revista científica ‘Plos One’, se ha llevado a cabo mediante el análisis de dentaduras de cinco especies de humanoides de la Península, según informa Televisió de Catalunya. El microdesgaste que presentan sus dientes, en comparación con muestras de otras especies originarias del este de Europa, ha permitido concluir que dichos primates no se alimentaban sólo de hojas y brotes, sino que tenían una alimentación variada: unos preferían alimentos duros (frutos con cáscara o semillas), otros más blandos y hasta alguna especie habría alternado los dos tipos de comida en función del ámbito en el que vivían.
Esta diversificación de la nutrición llegó como respuesta a la llegada de un cambio climático, que habría comportado un descenso global de las temperaturas y una estacionalidad más marcada. A partir de aquí se amplió la gama de ecosistemas, lo que permitió que muchas de las especies que vivían en África pudieran expandirse hacia Europa y Asia. Sin embargo, aunque dicha expansión redujera la competencia para subsistir, la variación del clima fue la causa de que empezaran a escasear algunos alimentos favoritos de estas especies.
El líder de la investigación y especialista en desgaste dental, Daniel DeMiguel, explicó que “cuanto más plástica es una especie, más capacidad de adaptación tiene ante una crisis ambiental”. Así pues, estos humanoides que habitaban el centro de Europa no demostraron mucha plasticidad y se extinguieron entre 12 y 19 millones de años atrás. Los del este del continente sobrevivieron hasta hace 7 millones de años.