"Hoy se cumple un mes desde que nuestro barco fue abordado y capturado por las fuerzas armadas rusas y sus 30 tripulantes arrestados. Ahora, están acusados del absurdo cargo de piratería que podría suponer hasta 15 años de prisión, cuando su único objetivo era defender el Ártico de las empresas petroleras que lo están destruyendo", ha señalado desde Granada Miguel Ángel Soto, portavoz de Greenpeace. "Nuestros activistas no han actuado como piratas, sino como activistas no violentos que quieren evitar que empresas petroleras como Gazprom destruyan el Ártico y agraven el problema del cambio climático".
El pasado 18 de septiembre, hace hoy un mes, 28 activistas de Greenpeace, un cámara y un fotógrafo independientes fueron detenidos cuando las fuerzas armadas rusas abordaron el barco de Greenpeace Arctic Sunrise mientras estaba en aguas internacionales. Aunque el objetivo de la protesta fue denunciar los planes de la empresa petrolífera Gazprom en el Ártico, los detenidos fueron acusados de piratería, que según la legislación rusa podría conllevar una pena de hasta 15 años de cárcel. La corte regional de Murmansk ordenó prisión preventiva de dos meses, hasta al menos el 24 de noviembre, mientras se realiza la investigación. Los abogados han presentado apelaciones para su libertad bajo fianza, que no han sido admitidas en ninguno los casos que hasta ahora se han tratado.
"Los 30 del Arctic dieron la cara por todos nosotros, para defender nuestro frágil planeta y un clima en crisis, y ahora nosotros debemos dar la cara por ellos. Esta detención es un ataque contra cada una de las personas que alguna vez ha deseado alzar su voz para pedir un futuro mejor, para ellos y para sus hijos. Estas 30 personas son prisioneros de conciencia y todos somos responsables de su futuro", ha declarado Kumi Naidoo, director de Greenpeace Internacional.