El glifosato es un herbicida de amplio espectro introducido en el mercado por Monsanto en los años setenta y comercializado en la actualidad bajo diversas marcas comerciales. En los noventa, la multinacional introdujo además plantas modificadas en laboratorio para resistir al herbicida.
Greenpeace alega que la introducción de estos nuevos cultivos en suelo europeo tendría consecuencias para los agricultores, la tierra y los consumidores, tal y como ya se ha demostrada en Estados Unidos y Argentina.
El pasado mes de octubre, el economista especializado en agricultura de Greenpeace Charles Benbrook elaboró un infome, basado en estudios sobre la experiencia en estos cultivos en Estados Unidos (sobre todo soja, maíz y remolacha azucarera) en el que pronostica que su introducción en Europa comportaría un aumento del uso del glifosato de un 1.000% en los próximos catorce años.