14/05/2012 10:03:40

La caza de elefantes y rinocerontes pone en peligro la biodiversidad de las selvas tropicales

La desaparición de los grandes mamíferos reduce drásticamente la dispersión de semillas y la biodiversidad de las selvas

Los grandes herbívoros como los elefantes y los rinocerontes se encargan de la dispersión de semillas, favoreciendo la regeneración del bosque y manteniendo su estructura y biodiversidad. Un estudio con participación española publicado en Biotropica ha alerta sobre el riesgo que supone la desaparición de estos animales para el equilibrio medioambiental de los bosques tropicales.

“Los megaherbívoros son jardineros”, declaró para el Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC) Ahimsa Campos-Arceiz, autor principal del estudio e investigador en la Escuela de Geografía de la Universidad de Nottingham en Malasia. La gran diversidad de especies vegetales presente en los bosques del este de Asia impide que haya espacio para todos. La poca luz y la ausencia de viento complica la dispersión de semillas, por lo que ésta sólo puede realizarse por animales que consumen la pulpa y diseminan la semilla al dejarla caer, regurgitarla o defecarla.

Pero para determinadas semillas de gran tamaño, “la planta necesita un animal grande que sea capaz de comer y transportar las semillas en buenas condiciones”, explicó al SINC Luis Santamaría, coautor e investigador en el Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (Imedea) del CSIC

Tanto elefantes como rinocerontes digieren poco la comida y son los portadores ideales de estas semillas. Sin embargo, según la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, los elefantes asiáticos están en peligro de extinción, y los rinocerontes de Java y Sumatra, en peligro crítico. La pérdida de hábitat y la caza furtiva han reducido en un 95% la población de elefantes y han dejado a los rinocerontes a un paso de la extinción. Actualmente, quedan menos de 50 individuos del rinoceronte de Java y 200 del de Sumatra.

El grupo de investigación evaluó la capacidad de otros animales como dispersores de semillas, como el tapir asiático, que por razones culturales no es cazado y también se trata de un herbívoro de gran tamaño. Sin embargo, los resultados de la investigación mostraron que los tapires sólo expulsaron el 8% de las semillas ingeridas, de las que ninguna germinó, frente al 75% de semillas expulsadas por un elefante, de las que germinaron el 65%.

Elefantes y rinocerontes no pueden por tanto ser sustituidos en su labor de dispersores, y “si desaparecen, las consecuencias más probables son el cambio de estructura del bosque y sotobosque, y la pérdida de ciertas especies”, explicó Campos-Arceiz. Las especies que dependen de animales grandes se harán cada vez más raras, mientras que las que dependen del viento o de animales más pequeños y abundantes aumentarán en densidad e importancia, lo que supondrá una menor complejidad estructural, esto es, una pérdida de biodiversidad.

Los investigadores sugieren proteger a la fauna y reintroducir especies previamente desaparecidas. Para Campos-Arceiz, “la prioridad es detener la caza ilegal”, que manifiesta además la necesidad de combatir la “absurda motivación de matarlos para vender sus cuernos y colmillos para la medicina tradicional, sin ningún tipo de efecto terapéutico, o productos ornamentales”.

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