Aunque la Unión Europea, Estados Unidos y otros países críticos de esta ley europea de comercio de emisiones (EETS) consideran que la mejor manera de controlar las emisiones de CO2 derivadas de la industria de la aviación es acordar una acción global a través de la Organización Internacional de Aviación Civil (ICAO, en sus siglas inglesas), Naciones Unidas todavía no ha determinado ningún plan.
Según explica Green Biz, en una carta que se hizo pública el pasado martes, economistas de diversas universidades (entre las que se cuentan Harvard, Stanford, Columbia, Princeton y Berkeley) pedían al presidente Obama que apoye la política de la Unión Europea como un primer paso hacia un acuerdo global. “Le imploramos que apoye los innovadores esfuerzos de la Unión Europea por establecer un precio del carbono derivado de la aviación a través de un sistema de comercio de emisiones (EETS), o al menos, de dejar de oponerse a dichos esfuerzos”, escribieron.
Actualmente, la industria de la aviación genera un 3% de las emisiones globales, pero se espera que este porcentaje se multiplique por cuatro hacia 2050, debido al aumento de los viajes en avión.
Esta carta, firmada por 26 economistas, responde de alguna manera a otra que siete aerolíneas escribieron a la Comisión Europea y a los principales líderes de la Unión para pedirles que pospusieran la inclusión de las aerolíneas en esta polémica legislación.