En lugar de aplicarse solamente a los proveedores japoneses, las directrices se están aplicando a todos los países y materiales. Además de la evaluación en calidad, precio, envío y desarrollo, los proveedores también serán evaluados en cuanto a impacto medioambiental.
Las directrices antes se centraban en evitar el impacto medioambiental durante la producción, mientras que ahora intentarán cubrir todas las actividades de la compañía.