25/10/2010 08:00:00

Buthán mide la Felicidad Interior Bruta como indicador de crecimiento

El I Congreso Internacional de la Felicidad de Coca-Cola ha contado con el primer ministro de Buthán

En la última jornada deI I Congreso Internacional de la Felicidad, organizado por el Instituto Coca-Cola de la Felicidad, el Honorable Primer Ministro de Bután, Lyonchhen Jigmi Thinley, ha hecho reflexionar a los asistentes sobre el modelo económico existente que mide el progreso en términos de PIB, advirtiendo que en el último siglo los recursos naturales se han ido consumiendo al mismo tiempo que aumentaba la prosperidad económica. Explicó que en Buthán miden también cada año la Felicidad Nacional Bruta.

Los mandatarios de Bután decidieron que el PIB dejaba ser el único indicador de crecimiento, "porque el crecimiento no es eterno, los recursos naturales son limitados y lo único que nos ha dejado este medidor es un futuro lleno de incógnitas", ha asegurado Jigmi-Thinley. Bután decidió cambiar de modelo de crecimiento y apostó por medir el bienestar de su país en base a lo que realmente importaba a sus habitantes: la felicidad.

Desde entonces, su gobierno se encarga de medir cada año la Felicidad Nacional Bruta (GNH, por sus siglas en inglés) y rige su política de crecimiento "en base a unos principios que equilibran las necesidades del cuerpo y la mente, promoviendo otro tipo de desarrollo como es la cultura, la educación, el bienestar y el respeto al medio ambiente", ha explicado el Primer Ministro.

Gracias a estos cambios Jigmi-Thinley considera a Bután un país con una población cada vez más feliz y reivindica la importancia de la felicidad en la vida porque, según ha explicado, "es la única fórmula que existe para conseguir la estabilidad mundial".

Por su parte, el cardiólogo Valentín Fuster ha intervenido también a lo largo de la mañana y, en su opinión, alcanzar la felicidad no es camino fácil. Para él, todo se trata de una cuestión de actitud, una afirmación que él mismo comprueba cada día: "Soy optimista a pesar de que a diario veo desgracias, pero sé que no debo abandonar mi misión porque gracias a esa actitud, cada vez estoy más cerca de la felicidad".

También ha participado en esta cita internacional el ex ministro de Trabajo Manuel Pimentel, que ha indicado que la felicidad es un camino a seguir que no puede ser distinto a nuestras metas. "Tenemos que saber disfrutar de la felicidad en cada jornada del camino y aprender a disfrutar de las circunstancias que encontremos, porque la felicidad no es permanente, sino que la vamos encontrando en las distintas variables de nuestro camino y debemos saber integrarlas", ha señalado. El ponente también ha aconsejado al público del congreso que aprenda a afrontar situaciones de dolor a lo largo de sus vidas "porque esto nos hace más sabios y, por tanto, nos permite dar un paso más hacia la felicidad".

Quizás las palabras más tiernas en torno a la felicidad han salido de la boca del Padre Ángel: "Debemos contagiarnos unos a otros la idea de que es posible hacer este mundo más feliz, porque afortunadamente la felicidad es un poder contagioso que viaja más rápido que la luz y el sonido". Pero el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia también ha hecho un llamamiento durante su ponencia: "La felicidad de los ancianos es una asignatura pendiente de la sociedad española porque muchos de nuestros mayores no sonríen porque se sienten solos, tristes y olvidados. Debemos darles un papel protagonista en la sociedad y en la familia, porque la soledad es una de las peores enfermedades de la población y unas de las principales causas de infelicidad".

De todos los ponentes del congreso, Edurne Pasaban ha sido la más tajante a la hora de definirse como una persona feliz. "Me ha costado 37 años de mi vida, pero hoy por hoy, ya puedo decir que soy feliz, y no sólo por hacer de mi mayor afición mi trabajo ni por haber conseguido alcanzar los 14 ochomiles más altos del mundo, sino porque, afortunadamente, hace tiempo me di cuenta de que la felicidad no depende de los demás sino de mi misma y eso me hecho conseguir este estado de una manera más fácil".

Por último, la psicóloga Maria Jesús Álava y el experto en motivación Lofti El-Ghandouri han coincido en defender un mismo leitmotiv digirido a aquellos trabajadores que son infelices: "Los empleados no sólo tenemos derecho a ser felices en nuestros trabajos, sino que tenemos el deber de conseguirlo", han apuntado ambos, añadiendo éste último que la empresa debe implicarse en el proyecto de vida de sus trabajadores. "Si nuestra compañía forma parte de nuestros sueños, será más fácil que seamos felices y nos entreguemos a ella más fácilmente", ha apuntado El-Ghandouri.


La primera jornada

Gustavo Zerbino, uno de los supervivientes del accidente aéreo de los Andes de 1972, fue el encargado de inaugurar la primera jornada del congreso advirtiendo a los asistentes que ser feliz es una decisión y se debe practicar diariamente. Zerbino también señaló que el mundo vive actualmente una crisis de valores, mucho más importante que la económica.

"En la actualidad las personas piensan que las soluciones a sus problemas llegan de fuera, sin embargo, depende de cada persona buscar su propia salida. Ni mis compañeros en el vuelo que se accidentó en los Andes ni yo hubiéramos sobrevivido si hubiéramos pensado que nos iban a rescatar, nosotros mismos nos dimos cuenta de que debíamos buscar nuestra propia solución, no quejarnos, y gracias a ello, estamos vivos", explicó Zerbino.

Para el doctor Jesus Sánchez Martos, otro de los ponentes de esta primera jornada del congreso, ser feliz significa tener buena salud y una excelente memoria selectiva que nos permita recordar siempre que queremos los buenos momentos. "Vivir más, de la manera mejor posible y, por supuesto, siendo feliz". Este es el particular decálogo de la salud que el doctor compartió con los asistentes.

El filósofo Luis Arbea, por su parte, apostó por vivir el presente, reírnos de nosotros mismos y compartir la verdad para encontrar la fórmula de la felicidad. Arbea lo considera algo sencillo y al alcance de todos, por ello, confiesa estar totalmente convencido de que a pesar de las distintas trabas que nos pone la vida podemos ser mucho más felices de lo que somos.

Sonja Lyubormirsky, profesora de Psicología de la Universidad de California, desgranó, a través de las conclusiones de diversos estudios que había llevado a cabo, cuáles son las principales fuentes de felicidad de las personas.

Según esta experta, la herencia genética determina en un 50% el grado de felicidad que puede alcanzar una persona, siendo las circunstancias personales de cada individuo y sus comportamientos con los demás los factores responsables en un 10% y un 40%, respectivamente, del resto de su felicidad.

"La felicidad no es fácil como dicen los libros, conlleva trabajo y un compromiso personal y continuo de búsqueda de este estado. Debemos esforzarnos y emplear nuestra energía para lograr ser felices ya que cuando lo logramos nos sentirnos reconfortados y conectamos mejor con los que le rodean", explicó Lyubormirsky.

Para el psicólogo Javier Urra la clave para lograr ser felices es proponérselo. Una vez superada esta fase, existen una serie de pautas que nos llevan a alcanzar la felicidad de manera más fácil, entre ellas, creer en nosotros mismos, aceptar las cosas tal y como nos vienen y ver los problemas desde la distancia. "No hay que olvidarse de anteponer los pensamientos a los sentimientos, ni de aprender a desear lo que tenemos y disfrutar de ello, de esta manera conseguiremos adoptar una actitud optimista ante la vida", apuntó el psicólogo.

En su ponencia, el filósofo Javier Sádaba animó a los 600 asistentes del congreso a "ser lo que quieran ser y a reírse de ellos mismos para lograr ser felices". Este último consejo también lo dirigió a los políticos de este país, apostillando después lo siguiente: "aunque si lo hacen igual acaban todos en su casa".

A modo de conclusión, Sádaba se dirigió al público de esta manera para explicar cómo alcanzar la verdadera felicidad: "Si nuestras acciones son morales, en el sentido de avanzar en humanidad, y si sabemos ser libremente gozosos en la comunidad, entonces nos sentiremos satisfechos. Así se construye la verdadera felicidad: la vida buena".


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