La mayor parte de las órdenes procedieron de inversores socialmente responsables (51%). Por países destacó la presencia de Francia (un 40%), Alemania y Austria (un 17%), países nórdicos (un 11%), Bélgica y Luxemburgo (un 8%) y Reino Unido e Irlanda (también un 8%). Por tipo de inversor, han participado gestoras de fondos de inversión (un 70%), aseguradoras y fondos de pensiones (un 18%), y bancos (un 9%), entre otros.
Un bono verde tiene como objetivo desarrollar el papel clave que los mercados de deuda pueden desempeñar en la financiación de proyectos que contribuyan a la sostenibilidad medioambiental. En los bonos verdes, los fondos se destinan exclusivamente a financiar o refinanciar, en parte o en su totalidad, proyectos verdes elegibles, ya sean nuevos o existentes.
El primer bono verde de BBVA llega pocos días después de que la entidad publicase su marco de emisión de bonos sostenibles, vinculado a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas. Este marco da respuesta a los inversores interesados en luchar contra el cambio climático. Con este tipo de emisiones, el banco canaliza fondos para financiar proyectos en sectores como las energías renovables, la eficiencia energética, la gestión de residuos, el tratamiento del agua o el acceso a necesidades esenciales y servicios como vivienda o finanzas inclusivas.
Este bono es parte de la estrategia de cambio climático y desarrollo sostenible de la entidad, con la que va a movilizar 100.000 millones de euros en financiación verde, infraestructuras sostenibles, emprendimiento social e inclusión financiera, de aquí al año 2025.
Esta es la tercera emisión en formato público de deuda senior no preferente que realiza BBVA. La primera se lanzó en agosto de 2017, cuando colocó 1.500 millones de euros al mejor precio alcanzado en Europa hasta ese momento (‘midswap’ más 70 puntos básicos, con un cupón del 0,75% para un plazo de 5 años). En febrero de 2018, colocó la emisión de este tipo más barata de un emisor español hasta la fecha, por 1.500 millones de euros, a un plazo de 5 años, en formato flotante.
Este tipo de instrumento es elegible para el nuevo requerimiento de pasivos que pueden absorber pérdidas, computable para normativas como el MREL en Europa. BBVA es uno de los pocos bancos europeos que ha dotado en su totalidad los requerimientos de capital híbrido (tanto AT1 como Tier 2). Con la emisión de hoy, la entidad refuerza el colchón de pasivos que potencialmente absorben pérdidas. En 2018, BBVA espera emitir entre 2.500 y 3.500 millones de euros de este instrumento, una cifra variable en función de las condiciones del mercado. Además, pretende seguir siendo lo más estratégico posible con relación al formato, la selección del momento temporal en que sale al mercado y el plazo.
