"Durante décadas, la mayoría de las empresas han orientado sus estrategias hacia la maximización del retorno total de los accionistas (TSR). Ahora, sin embargo, los líderes corporativos están reconsiderando el papel de las empresas en la sociedad". Así lo destaca The Boston Consulting Group (BCG) en un informe donde describe las tendencias que hay detrás del cambio.
En primer lugar, apunta a que las partes interesadas -incluidos los empleados, los clientes y los gobiernos- "están presionando a las empresas para que desempeñen un papel más destacado al abordar desafíos críticos como la inclusión económica y el cambio climático". En particular, se reconoce que el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas no será posible sin la participación del sector privado.
En segundo lugar, destaca que "los inversores se están centrando cada vez más en las prácticas sociales y medioambientales de las empresas" a medida que "crece la evidencia" de que el rendimiento en esas áreas afecta el rendimiento a largo plazo.
En tercer lugar, explica que se están desarrollando normas para las que los temas ambientales, sociales y de gobernanza (comúnmente denominados ESG) son "materialmente financieros para la industria".
"A medida que estas tendencias ganan impulso, las empresas necesitan agregar una lente al entorno estratégico, una que considere lo que llamamos impacto social total", añaden.
Asimismo, el BCG afirma que “la evidencia del poder de este enfoque está aumentando” debido a que “gran parte de la investigación se ha enfocado en demostrar el vínculo entre el desempeño total de ESG de una compañía y su desempeño financiero“. Según este estudio, para industrias individuales, el desempeño no financiero fue “estadísticamente significativo” al predecir el valor de las empresas en todas las industrias analizadas.
Cuantificar el impacto social de una empresa
Para el BCG, los datos ESG son la mejor forma de cuantificar el impacto social de una empresa, aunque considera que estas medidas no están diseñadas para medir la ETI (Iniciativas de Comercio Ético, por sus siglas en inglés) de una empresa.
Las medidas de ESG que se relacionan con los productos o servicios de una empresa tienden a enfocarse en las “formas incrementales” en que una empresa mejora sus productos o los hace más accesibles.