Lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible puede generar al menos 12 billones de dólares en oportunidades hasta 2030 y puede generar 380 millones de empleos por las oportunidades de negocio ligadas a estos objetivos. A modo de ejemplo, con solo alcanzar la igualdad de género, meta establecida en el ODS5, se agregarían 28 billones de dólares al PIB global en 2025 y se han identificado 60 oportunidades de negocio ligadas a los ODS en 4 sectores clave –alimentación, ciudades, energía y salud y bienestar-, que representan el 60% de la economía mundial y que permitirán el crecimiento estimado de los 12 billones de dólares.
Con estas cifras en la mano, la directora de relaciones con los grupos de interés de UN Global Compact, Sue Allchurch, opina que además de actuar responsablemente y buscar oportunidades de negocio en el desarrollo, el ámbito empresarial tiene la capacidad de inspirar, “porque tiene recursos y contactos internacionales que trascienden a los que tienen los gobiernos”. Además, destacó la necesidad de crear sistemas comerciales innovadores con un modelo integrado y circular, al tiempo que ha animado a los consumidores a que basen sus elecciones de consumo en la responsabilidad.
Precisamente en la mesa de debate “Empresas y ODS”, moderada por Isabel Garro, directora general de la Red Española del Pacto Mundial de Naciones Unidas, se abordó la implicación del sector empresarial en la consecución de los ODS. En su intervención, la directora general de Sostenibilidad de ENDESA, María Malaxechevarría, aseguró que trabajar en los ODS reporta un valor añadido a las compañías. “Nos imprime una nueva forma de trabajar y crear riqueza a corto, medio y largo plazo”. No obstante, recordó que las empresas no pueden actuar en solitario, llamando también a la acción a los inversores, por la capacidad de presionar a las empresas; a las Administraciones Públicas, por la capacidad que tienen para diseñar marcos; y a la sociedad, para que demande a las compañías los productos que deben desarrollar.
En esta misma línea, el director de Empresa Sostenible y Calidad de Vodafone, José Manuel Sedes, puso el foco en la minimización de los impactos y la vista a futuro. Asimismo, señaló la diversidad, la empleabilidad juvenil y la reducción de emisiones de CO2 como áreas estratégicas en las que trabajar durante los próximos años. Por su parte, Natalia Cebrián, directora de Calidad, Medio Ambiente y Seguridad de Contazara, abordó los retos que este escenario dibuja para las pymes. “La alta dirección debe considerar que la sostenibilidad se integre dentro de sus procesos estratégicos, algo que aún es complejo. Pero la economía circular es un ejemplo del impacto positivo sobre la cuenta de resultados”.
En la mesa redonda “Innovación para el desarrollo” se abordó la necesidad de “utilizar los recursos de forma que sea viable hacer más con menos”, tal y como aseguró el presidente de la Red Española de Pacto Mundial,Ángel Pes. Durante el debate sobre la importancia de la innovación para el desarrollo la presidenta de la Fundación COTEC, Cristina Garmendia, aseguró que los desafíos globales que representan los ODS solo se pueden abordar desde el conocimiento. Por ello, desde la entidad que preside definen la innovación como “todo cambio –no solo tecnológico- basado en el conocimiento –no solo científico- que genera valor –no solo económico-“. Ante este escenario, la educación es fundamental para poder cambiar el patrón actual de producción y consumo hacia otro modelo basado en la economía circular. Algo que, en sus palabras, “supone una gran oportunidad para las empresas”. A continuación, Fernando Soria, director Marketing Corporativo y Planificación Estratégica de 3M, evidenció esta oportunidad al afirmar que “en el momento que surge una idea de un nuevo proceso o producto, es necesario que integre desde el inicio los principios de la economía circular y atienda a todo su ciclo de vida”. Por su parte, el director de Estrategia de la Fundación Bancaria la Caixa, Ángel Font, argumentó que las entidades sociales deben ser el motor de este cambio ya que “poseen una visión a largo plazo que les posibilita asumir riesgos”. No obstante, no todo vale: la filantropía debe estar basada en evidencias, para que la toma de decisiones pueda fundamentarse en unos buenos resultados.
Cerrando la mesa, Leire Pajín, directora de Desarrollo Global, Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), se enorgulleció del avance que España ha experimentado en los últimos años en materia de cooperación y desarrollo. “Cuando se promulgaron los Objetivos de Desarrollo del Milenio en el año 2000, solo se apelaba a la responsabilidad de los gobiernos y las entidades no lucrativas. Hoy, el sector privado lidera la Agenda 2030”, recordó.
En el debate centrado en cambio climático y medio ambiente, moderado por Valentín Alfaya, presidente del Grupo Español de Crecimiento Verde, se destacó la oportunidad que la Agenda 2030 puede suponer para el ámbito empresarial e institucional si se fomenta de forma transversal. En este sentido, la directora general de la Oficina Española de Cambio Climático, Valvanera Ulargi, considera que el acuerdo alcanzado tras la COP 21 ratifica la importancia que la comunidad internacional está otorgado a esta materia. “Entre todos estamos implantado un nuevo sistema de desarrollo basado en la sostenibilidad y la colaboración público-privada”, explicó. En este modelo, el sector privado se revela como esencial, pues “la economía baja en carbono necesita que el ámbito financiero le acompañe”.
Por su parte, el director de Cambio Climático de Iberdrola, Gonzalo Sáenz de Miera, abordó la dimensión ética del cambio climático. “Lo hemos provocado los países desarrollados, pero lo están acusando más los que están en vías de desarrollo, a lo que hay que añadir el legado que dejamos para las generaciones venideras”. Además, señaló al modelo energético actual como el principal responsable de esta problemática, destacando la necesidad de virar hacia un modelo basado en la eficiencia y las renovables. Incidió en las cuatro claves que, a su juicio, son imprescindibles para afrontar la transición energética: fiscalidad verde, limitaciones al tráfico de vehículos de combustión en las ciudades exigencias de información a las compañías y concienciación.
En este sentido, Juan Batalla, director de la Fundación para la Sostenibilidad Energética y Ambiental (FUNSEAM), ha subrayado el esfuerzo que está realizando la industria para ser parte de la solución. “Se calcula que para alcanzar la descarbonización de la economía sería necesaria una inversión de 380.000 millones de euros de aquí a 2050”, ha contado. Además de la empresa, apuntó hacia otro actor fundamental para que este tránsito sea factible: los consumidores, que deben impulsarlo y exigir nuevas propuestas. Por su parte, el director de ECODES, Víctor Viñuales, reivindicó el principio de “quien contamina, paga”. Además, realizó un llamamiento a la acción: “No podemos dilatar las decisiones respaldándonos en la necesidad del beneficio a corto plazo y la tecnolatría. Cada dólar que no invertimos hoy en esta materia, supondrá un gasto de cuatro en 2020”.
