La Agencia Internacional de Energía (AIE) señala en su informe 'Perspectivas para la Transición Energética – Necesidades de Inversión para un Sistema de Energía bajo en carbono', preparado a petición de Alemania, que para "limitar la subida de las temperaturas medias globales por debajo de los 2 grados centígrados" y que el estancamiento de las emisiones globales de CO2 continúe en el futuro, las emisiones deben descender un 70% en 2050, por lo que es necesario que las eléctricas dupliquen su inversión, hasta los 3,5 billones de dólares (3,26 billones de euros)".
Según el documento, en 2050, “casi el 95% de la electricidad tendría que ser de bajo contenido de CO2, en comparación con alrededor de un tercio de hoy” y “7 de cada 10 automóviles tendrían que ser eléctricos, en comparación con 1 de cada 100 en la actualidad, y todos los edificios deberían ser reacondicionados”.
No obstante, la AIE advierte que, aún así, “seguiría siendo necesaria la inversión continua en combustibles fósiles para garantizar la seguridad del suministro", y que "el gas natural tendría un papel importante como elemento de transición, mientras que deberá compensarse la demanda de petróleo”.
En ese sentido, “una transformación tan profunda del sector requeriría medidas políticas ambiciosas, como la eliminación rápida de los subsidios a los combustibles fósiles y el aumento de los precios del CO2”, concluye.