España tiene previsto continuar con la reducción de la inversión pública al menos un año más -según avanzó un informe del 2015 ercargado por SEOPAN a la consultora A.T. Kearney- con una inversión ligeramente superior a los 20.000 millones de euros, lo que supone una reducción del 42% frente a la inversión media ajustada por densidad de población de los últimos 20 años. Esta reducción de la inversión es la mayor frente a los países comparables de la Unión Europea..
Mientras España toma medidas de ajuste de la inversión, otros países europeos llevan un año apostando por una inversión sostenida en infraestructuras mediante importantes planes de inversión que, además, buscan en muchos casos reactivar la economía y crear empleo, según apunta este mismo informe.
"A pesar de la buena posición en ciertas infraestructuras de transporte, España presenta importantes carencias en el mantenimiento de las infraestructuras actuales y en la red de transporte de mercancías e infraestructuras logísticas, así como en las redes secundarias y enaccesibilidad y movilidad urbana. Además, España tiene un enorme déficit de dotación de infraestructuras y equipamientos para los ciudadanos, especialmente en agua, sanidad, educación, medioambiente y telecomunicaciones", defiende el documento. Unas carencias que habrían continuado durante este año, pese a las micro inversiones y el leve repunte de la economía.
Asimismo, "España necesita una inversión sostenida en infraestructuras para dar respuesta a cinco grandes tendencias globales", señalaba hace un año el informe. Unas tendencias globales que aún podrían actuar como potentes inductores de la inversión sostenida en infraestructuras:
Sin embargo, otras dos grandes tendencias globales continúan suponiendo un riesgo que los Gobiernos deben mitigar para no frenar la inevitable necesidad de inversión sostenida en infraestructuras en España:
"España debe apostar con firmeza y convicción por la inversión sostenida en infraestructuras como los países europeos de referencia para afianzar el proceso de transformación económica y social en el que está inmerso en aras del crecimiento económico, generación de empleo y bienestar social. La inversión sostenida en infraestructuras contribuirá significativamente al dinamismo económico, competitividad, sostenibilidad medioambiental y generación de riqueza y bienestar social de España reforzando su modelo de crecimiento y de generación de empleo para crear una visión de España a largo plazo con alto atractivo y potencial", recogía el documento.