Algunas de las empresas eléctricas más grandes del país han sido lentas a la hora de reducir las emisiones de dióxido de carbono en los últimos años, pero a medida que las plantas eléctricas de carbón están siendo cerradas, EE.UU. ha tenido que desarrollar más energía eólica y solar, derivando en una caída de las emisiones de carbono, de acuerdo con el informe publicado por Bank of America, el Consejo de Defensa de Recursos Naturales, climate think tank Ceres y tres grandes empresas de servicios públicos como Exelon, Entergy y Calpine.
Las emisiones de dióxido de carbono plantas de energía de Estados Unidos eran un 14% más altas en 2014 de lo que eran en 1990. Sin embargo, la buena noticia para el clima es que las emisiones disminuyeron un 15% entre 2005 y 2014, y los primeros datos sugieren que cayeron un 6% entre 2014 y 2015, la reducción de emisiones a un nivel justo por encima de 1990, según este informe recogido por greenbiz.
Además, estimulado por las regulaciones ambientales bajo la Ley de Aire Limpio, los servicios públicos han reducido sus óxidos de nitrógeno y dióxido de azufre de las emisiones contaminantes del aire en más de un 75% desde 1990, y las emisiones de mercurio se cortaron 55% desde 2000.
La generación de electricidad es la principal fuente de emisiones de gases de efecto invernadero causantes del cambio climático, tanto en los EE.UU. como en todo el mundo, y el objetivo de la política climática más radical de la administración Obama - el plan de energía limpia- ha producido un giro en la elección de las fuentes de electricidad.
Sin embargo, los Estados con las tasas más altas de emisiones de centrales eléctricas de carbón son de Kentucky, Wyoming, West Virginia, Indiana y Missouri, que dependen fuertemente del carbón, según el informe. Los estados con las tasas más bajas de emisiones son Vermont, Idaho, Washington, Oregón y Maine.
