La errónea suposición de que las mujeres no se preocupan por inversión ha provocado una brecha entre hombres y mujeres en el acceso a la industria financiera. Además, según un artículo en Forbes el papel de las mujeres en el sector queda relegado al trato con otras mujeres, cuyos maridos son clientes potenciales.
Por otro lado, los planes de acción fijan el valor de estas esposas como principal punto de contacto, sólo una vez que el marido fallece. Casi como si por legado, el esposo le trasladara los conocimientos e interés por el mundo de los negocios y la inversión. Un hecho que Forbes niega, ya que existen numerosos casos de mujeres de éxito empresarial interesadas en invertir sus fortunas en otros negocios.
No obstante, el artículo también evidencia casos particulares en los que la mujer no muestra interés mientras está casada, pero tras quedar viuda o divorciarse empiezan a querer sumergirse en el mundo de las finanzas, a hacer reuniones con los gestores y otros profesionales financieros.
Forbes también destaca la preocupación por los mensajes de marketing que se envían desde el sector y que denotan que la inversión es un proceso complicado, hecho que desmiente por completo y que recomienda enfocarlo hacía como los asesores pueden ayudar a superar los retos.
Además, defiende que, a la hora de tomar decisiones financieras, las mujeres son más certeras que los hombres, pese a la cultura general extendida. De hecho, desde la perspectiva de los resultados, no sólo son las mujeres más inteligentes sino que toman mejores decisiones a largo plazo frente a los hombres, según una investigación llevada a cabo por Fidelity.
En términos generales, las mujeres asumen menos riesgos debido -en parte- a que tienen diferentes necesidades financieras a los hombres. Las mujeres prefieren un enfoque de colaboración para el aprendizaje y tratan de comprender completamente las opciones antes de tomar decisiones.
Por otro lado, el número de mujeres que trabajan en la industria se ha mantenido bastante estancado. Sólo el 23% de los profesionales en el sector son mujeres, un número que se ha mantenido más o menos plano durante más de una década, a pesar de un enorme crecimiento en el número total de personas certificadas CFP. De hecho, la Junta CFP tiene una iniciativa para reclutar específicamente a las mujeres en la profesión.